Aragón
Televisión es mucho más que jotas. Esta afirmación será una obviedad para los
muchos aragoneses que ven cada día la programación de nuestro canal autonómico,
pero creo que merece la pena recordarlo en estos tiempos de pantagruélica
oferta televisiva. Hasta el mando a distancia, ese simpático aparatito que
nació con la heroica misión de mantener nuestras posaderas pegadas al sofá, está
perdiendo su gracia. La lista de canales que ofrece es tan abrumadoramente larga,
que creo muy posible que alguien no llegue jamás a saber de un programa
interesante por la trágica razón de que no presionó el botón el suficiente
número de veces. Y encima puedes acabar con una tendinitis.
Por eso, cuando se tiene a mano un cliché, los menos rigurosos se abrazan a él
para ahorrarse el trabajo de juzgar por sí mismos. Y así se llega a decir que
en Aragón Televisión están todo el día echando jotas.
Para
empezar, y por una cuestión de respeto, a la jota aragonesa hay que llamarla
así, con su apellido y en singular. La televisión autonómica le dedica un
programa semanal llamado “La Posada de las Almas”, en efecto, pero hay que
decir que es un envoltorio tan lujoso, tan bien realizado, pensado y ejecutado,
que dudo mucho que haya en España un programa musical de más calidad. En la
posada que regenta con gracia y talento David Marqueta se enseña tan bien a amar
la jota, que incluso a mí, que fui un mod del centro educado de espaldas a esta
cultura, me ha abierto los ojos.
Pero
seamos consecuentes con nuestro título. ¿Sabían ustedes que uno de los pioneros
del rock and roll en España surgió en Zaragoza y se llamaba Rocky Kan? En 1957
ya tocaba en la recién inaugurada base americana versiones de Elvis Presley.
Debo confesar con cierta vergüenza que hasta hace solo unos días jamás había
oído hablar de él. El encargado de sacarme los colores no fue otro que Gabriel
Sopeña, que dedicó un episodio de su “Canal Saturno”, el magazine cultural que
presenta cada martes en Aragón Televisión, a este titán del rock aragonés y al
esfuerzo de otros titanes como Luis Linacero por recuperar su música.
Si
son ustedes más de ciencias que de letras, no pasen pena. “En ruta con la
ciencia” les explicará qué son las células madre o la materia oscura del
universo. Los amantes del pelotón tienen “La jornada”, donde mi amigo Jorge San
Martín repasa la actualidad futbolera con su elegancia natural, y “El
avispero”, que analiza al detalle el día a día de los equipos aragoneses. En
“Oregón TV” está una de las plantillas de humoristas más brillantes de España,
el programa “Objetivo” es el “Informe Semanal” aragonés, y casi me dejo en el
tintero la hazaña diaria de “Aragón en Abierto”, los impecables informativos y
otros muchos programas que me gustan: el “Chino Chano” del entrañable Mariano
Navascués, el “Bien dicho” de la simpática María de Miguel, o “Un viaje
exquisito”, que ilumina con su elegancia Aitana Muñoz. Y me sigo dejando muchas
cosas que merecen la pena.
Si
no existiera Aragón Televisión, ¿qué otro canal hablaría de Rocky Kan, del
Pastor de Andorra, de Montoro de Mezquita o del queso de Radiquero? Obviamente,
ninguno. Porque la televisión autonómica es un servicio público que tiene como
misión la divulgación de nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra gente;
deportistas, empresarios, artistas, científicos o políticos. Dinero muy bien
invertido que pagamos, entre otros, usted y yo. Lo inteligente es aprovecharlo.
Porque la jota es muy grande. Porque esto es mucho más que jota.
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