Que suba el precio de la luz hace tiempo que dejó
de ser noticia. No en vano, la factura eléctrica de los consumidores españoles
se ha incrementado un 63% en los últimos ocho años. Que el ministro del ramo
afirme que los precios no subirán para desdecirse a la semana siguiente,
desgraciadamente, tampoco sorprende demasiado. Con la excusa de la complejidad
del sector y de que para entender la tarifa eléctrica uno debe estar titulado
en varias ingenierías superiores, la clase política española nos lleva tomando
el pelo con este asunto desde tiempos inmemoriales. Y esquilmando nuestros
bolsillos, naturalmente. El ministro hace un esfuerzo pedagógico y afirma: “La
realidad es muy simple. El coste de generar electricidad es mayor al precio que
el consumidor paga por ella. Eso genera un déficit tarifario” Cuando oigo estas
palabras se me pone cara de búlgaro subsidiado que ha vivido en la arcadia
comunista hasta que la caída del muro le ha hecho despertar. ¿Es posible
presentar el asunto de forma más cínica? ¡Ahora resulta que la culpa es
nuestra, por dar la espalda a la realidad! Lo que el señor Soria olvida decir
es que el coste de generar electricidad se ha disparado por la incalificable
gestión de los políticos que le precedieron; aquellos que cometieron errores de
cálculo gravísimos, que cuestan al contribuyente cientos de miles de millones
de euros. Y mientras tanto, los directivos de las compañías eléctricas
españolas son los mejor pagados del mundo y en sus consejos de Administración
se han sentado y se sientan sin ruborizarse ex-Ministros de Economía y
ex-Presidentes del Gobierno con sueldos multimillonarios. Creo que todo es más
sencillo de lo que nos quieren hacer creer. Esto es un robo, pero sin guardar
las formas. Por pura educación, díganlo: manos arriba, esto es un atraco.
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