Preguntado Pablo Echenique sobre si subiría los
impuestos para hacer frente al aumento del gasto social propugnado por su
partido, el cabeza de lista de Podemos en Aragón contestaba que sí, pero solo a
las rentas más altas. El mismo día, otro periodista, en un contexto
completamente distinto, preguntaba al ganador de los 354.000 euros del último
bote del programa televisivo "Pasapalabra" qué iba a hacer con tanto
dinero. Luis Esteban, que es zaragozano y policía nacional por más señas,
respondía con humor que esa cantidad era bastante engañosa porque el señor
Montoro ya estaba preparado para aplicarle el tipo máximo del IRPF. Un 50%,
aproximadamente. Me pregunto qué resultado arrojaría una encuesta en la que se
preguntase al personal qué le parecería que la Agencia Tributaria se quedase
con la mitad de sus beneficios en un proyecto personal, empresarial, creativo o
deportivo, que ha sido el resultado exclusivo de su esfuerzo, su sacrificio o
su talento. Sospecho que una inmensa mayoría lo calificaría de injusticia, indecencia,
robo o confiscación. Eso mismo debió pensar Juan Carlos Monedero, ideólogo
oficial de Podemos, cuando se encontró con la mala noticia de que tenía que
entregar al fisco la mitad de los 425.150 euros que había ganado con su
brillantísimo, casi cegador, trabajo de asesoría para las instituciones
bolivarianas. Tan ofuscado se debió sentir que creó una sociedad instrumental
para evitar el temido IRPF, y tributar por el más benigno Impuesto de Sociedades,
que tiene un tipo del 30%. Si el paladín de la izquierda que amenaza con
subvertir el régimen establecido hace algo así, ¿qué no haremos los demás,
simples pequeñoburgueses, en una situación parecida? Y ahora Echenique amenaza
con subir aún más los impuestos. Uf. Menos mal que no soy rico.
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