martes, 23 de junio de 2015

UN PUNTO AZUL PÁLIDO (01/05/2015)

¿Recuerdan, estimados lectores, qué estaban haciendo el 14 de febrero de 1990?  Personalmente no tengo la menor idea, pero sepan ustedes – aquellos que ya habían nacido, claro - que aquel día alguien nos estaba retratando desde la distancia, y que esa foto legendaria fue bautizada con el poético nombre de “Un punto azul pálido”. La imagen fue tomada por la sonda espacial Voyager 1 a 6.000 millones de kilómetros de distancia, y en ella aparece el planeta Tierra como un minúsculo punto azulado en la vastedad del espacio, atravesado por un rayo de luz en medio del polvo cósmico. Sobrecogedor. La idea de realizar la histórica foto partió de Carl Sagan en 1980; el famoso astrónomo y divulgador reconocía que la fotografía quizá no tendría demasiado valor científico, pero que podría ayudar a la humanidad a entender mejor su lugar en el universo. Una década después y vencida la resistencia de los administradores de la NASA, alguien pulsó un botón desde la Tierra y la foto fue disparada. Hoy me pregunto cómo es posible haber escrito desde esta tribuna cientos de artículos en la última década, y no haber citado jamás “Un punto azul pálido”. Porque toda la actualidad política, económica, científica y ecológica, todas las tragedias naturales grandes y pequeñas pueden interpretarse a la luz de esa fotografía. La visión de la Tierra como una mota de polvo en el espacio nos recuerda que todos somos compañeros de viaje, y que esa condición es la que realmente importa, muy por delante de las diferencias religiosas o culturales. Si llegáramos a asumirla en toda su misteriosa profundidad, nos comportaríamos de forma más generosa y humilde con nuestros semejantes. Su contemplación debería ser obligatoria en todas escuelas del mundo. Si no la conocen, no se la pierdan. Tecleen en el buscador de internet: un punto azul pálido. Y viajen.

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