viernes, 2 de octubre de 2015

LA PROMESA (02/10/2015)

Hoy he prometido a Charito, con la que me casé hace ocho años en el castillo calatravo de Alcañiz, socia de mi productora Albella Audiovisual y editora del blog hombredelfaro.blogspot.com, donde se pueden consultar las 482 columnas que, hasta hoy, este humilde servidor ha escrito para este bendito periódico, que no hablaría de cierta región del noreste de España donde se localiza un proceloso conflicto político que amenaza con agotar las reservas de paciencia del personal… Toma ya: he homenajeado a mi mujer, he alardeado de alcañicismo, me he hecho publicidad y he utilizado la palabra “proceloso”, todo en una sola frase. Por cierto, 483 columnas ya. Cuando lleguen al medio millar organizaré una fiesta muy fina e invitaré a mis lectores a una copa de cava turolense, no de esa región levantisca de cuyo nombre no quiero acordarme. Y luego está el asunto de la Volkswagen. He acudido al concesionario con mi Passat tuneado de segunda mano y me han dicho que no, que no me dan un coche nuevo. Que las emisiones de mi coche son como las de los coches históricos, que contaminan un huevo pero no pasa nada porque son muy pintorescos. Como me ha sonado a chunga, les he dicho que no sabían con quién estaban hablando. Efectivamente, me han contestado que no lo sabían. Lo voy a dejar pasar. Lo que verdaderamente me preocupa es que el gobierno ha decidido que los bebés deben ir en los coches con sus sillitas mirando al asiento de atrás. ¿Cómo demonios va a verme mi hijo conducir? ¿Cómo voy a ganarme su admiración? A lo mejor se piensa que el Passat tuneado es un coche futurista que se conduce solo y lo va diciendo por ahí… Hoy he prometido que no hablaría de ese proyectito de país y lo he cumplido. Eso sí, de mi confusión mental no me hago responsable. Vayan a reclamar al maestro armero.