viernes, 18 de diciembre de 2015

LENTEJAS (18/12/2015)

El próximo domingo, los españoles elegimos a nuestros representantes políticos en el parlamento de la nación y, al mismo tiempo, decidimos sobre el futuro de unos cuantos cientos de compatriotas que aspiran a ganarse la vida en la profesión política. Es decir, que además de los ideales, están en juego las lentejas. Como somos un país de tradición católica en el que hablar de dinero está mal visto, tendemos a olvidar esta prosaica realidad que, en ocasiones, ayuda a explicar algunos comportamientos que juzgamos desvergonzados o directamente deshonestos. En estos días, circulaba por las redes sociales un vídeo en el que Toni Cantó, por entonces conspicuo militante de UPyD, ponía de vuelta y media a los que abandonaban su partido para unirse a Ciudadanos. “A mí estos cambios me producen cierto pudor. Me costaría hacer una cosa así.”, decía entonces el conocido actor, hoy número dos por Valencia en las listas del partido de Albert Rivera. No es mi intención atacar a Toni Cantó, ni dejarle en evidencia. Me limito a constatar que el factor económico, un magnífico sueldo durante cuatro años y quién sabe si más, es un argumento tan poderoso como la ideología. Por otro lado, no me cuesta demasiado ponerme en el pellejo de un artista como Cantó, porque conozco bien la desagradable incertidumbre que jamás abandona a los de su condición y que te hace preguntarte de qué vas a comer pasado mañana. Por tanto, antes de lanzarme a la yugular, encuentro más honesto preguntarme: ¿sería yo capaz de hacerlo? Humm… veamos: lentejas aseguradas para una década, una profesión interesante, mis padres, al fin orgullosos de su hijo, mi mujer, mucho más comprensiva con mi falta de puntería en el retrete… Vaya dilema. Menos mal que nadie me lo ha propuesto. Porque se me iba a caer la cara de vergüenza.

viernes, 11 de diciembre de 2015

EL TIEMPO DE LOS DESENGAÑOS (11/12/2015)

Los líderes políticos son como los entrenadores de fútbol: disfrutan de momentos de gloria, pero a todos sin excepción les llega la caída. En el caso de una actividad tan poco sofisticada como el fútbol, el azar interviene para que tarde o temprano se dé la combinación fatal de resultados que lleven a la destitución del entrenador. En el caso de la política, el problema reside en una falsa ilusión que se repite una y otra vez. El ciudadano cree que los políticos pueden - ¡y deben! – hacer que desempleo baje, los sueldos suban, los precios bajen, los servicios sociales lo cubran todo, y que la sanidad y la educación sean gratuitas, universales y de alta calidad. Una tarea titánica y, por desgracia, irrealizable. Fatídicamente, la ilusión por todos los proyectos políticos renovadores acaba desvaneciéndose y sus líderes arrinconados en alguna sinecura oficial, desprestigiados y viviendo de la gloria pasada. Cualquier político profesional conoce este destino, pero el ansia de poder es más fuerte. Su mayor irresponsabilidad consiste en hacer promesas que no podrán cumplir – obviamente, para lograr los votos necesarios - en lugar de plantear los problemas de una forma más realista. Por ejemplo, reconociendo que para que una sociedad mejore, sea más productiva y más pacífica, se requiere el esfuerzo individual de cada uno de sus miembros. Que el político puede crear las condiciones que favorezcan la prosperidad, la justicia social o la igualdad de oportunidades, pero jamás podrá por sí solo conseguirme trabajo, dar un giro a mi negocio o mejorar mi formación. Todo esto lo tendré que hacer yo, y esa será mi responsabilidad. Lógicamente, este discurso no existe, y menos aún en estos días. Hoy los políticos prometen y los votantes nos ilusionamos. En el fondo, la campaña electoral es una fiesta. Disfrutémosla. Ya llegará el tiempo de los desengaños.

lunes, 7 de diciembre de 2015

BERTÍN (05/12/2015)

La presencia de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy en el programa de entrevistas “En tu casa o en la mía” ha sido el espaldarazo definitivo a su éxito. Bertín Osborne es el hombre de moda. Los directivos de las cadenas se preguntan cómo podrían repetir el milagro de un 24% de share con un producto tan barato. Los políticos de segunda fila maquinan para que el jerezano les invite, y que toda España vea lo divertidos que son después de tomarse un par de vinos. La progresía patria, que le tiene bastante tirria por aquello del señorito andaluz y el apellido pijo, se devana los sesos para no desgastar demasiado las palabras “caspa” y “rancio”, que les son tan queridas. Sospecho que a Bertín estas críticas le traen al pairo. Después de recorrerse los escenarios de toda España durante casi 40 años como el latin lover nacional, ha acumulado la experiencia suficiente para saber que es imposible gustar a todo el mundo y que el éxito siempre granjea enemigos, aunque seas el tipo más simpático del mundo. Y luego está el casoplón, la guapa mujer venezolana, sus hijas estupendas, el metro noventa, la sonrisa de pícaro conquistador... Los motivos para despertar envidia se le amontonan. Personalmente, no me cuesta nada alegrarme de su éxito. Por encima de sus cualidades musicales, que tampoco desdeño, o de su porte de galán clásico, siempre he valorado su personalidad. Bertín es un tipo que no se esconde, que dice lo que piensa y que no va por ahí criticando al personal. Cuando en la vida le han venido mal dadas -en ese justo momento en que se sabe de qué pasta está hecho cada uno- ha sido coherente y ha plantado cara. Lo demostró en uno de los episodios de su programa, cuando apareció junto su hijo, afectado de una grave enfermedad. Lo hizo con naturalidad. Con valentía y sin alardes. Como lo hacen las personas de bien.     

domingo, 29 de noviembre de 2015

CULTURA (27/11/2015)

El mejor antídoto contra la violencia es la cultura. Una de las causas más probables de la desaparición del espíritu guerrero en las sociedades europeas fue la generalización de la cultura. El cultivo de las artes dejó de ser un monopolio de las élites y, casi al tiempo, a los jóvenes europeos se les enfrió el ardor patriótico y dejaron de considerar a la guerra como una actividad honorable y propia de caballeros. Desgraciadamente, el conflicto sirio - por poner un ejemplo de dramática actualidad - no se arregla con exposiciones de arte contemporáneo o cursos de escritura creativa. La cultura es una planta de crecimiento lento y solo se desarrolla en un ambiente propicio, empapado de libertad y tolerancia. Eso es algo que sabe muy bien alguien como Daniel Barenboim. El afamado director de orquesta lleva años utilizando la música para acercar a jóvenes israelíes y palestinos, inyectando una dosis de cultura en el corazón de uno de los conflictos políticos más enconados de todos los tiempos. Aparentemente, una gota en el océano; en una realidad más profunda, una apuesta por la paz con repercusiones insospechadas. Esta semana, el conservatorio de Alcañiz acoge a un grupo de estudiantes suizos en el marco de un intercambio cultural con el conservatorio de Ginebra. Afortunadamente, las relaciones entre el Bajo Aragón y el cantón ginebrino no pueden ser más pacíficas. Sin embargo, eso no resta valor a la iniciativa. A buen seguro, la experiencia de convivencia entre suizos y alcañizanos será enriquecedora y dejará una huella imborrable en unos y en otros. Cultura de paz, en definitiva. El viernes por la tarde, además, un magnífico concierto en el teatro de Alcañiz. Por una bendita casualidad, mi sobrino Julio, alumno del conservatorio de Ginebra, formará parte de la orquesta. Comprenderán que no pienso perdérmelo.     

jueves, 19 de noviembre de 2015

EUROPA EXISTE (20/11/2015)

Quizá no tengamos la autoestima de los americanos o las ganas de trabajar de los chinos, pero los europeos somos cada día más fuertes porque estamos unidos. Alguno arqueará las cejas al leer esta sentencia tan optimista y no es extraño: en los últimos tiempos, los europeos le hemos cogido gusto a sacudirnos con el cilicio, como hacía el malo de El código Da Vinci, para mortificarnos con la flojedad de nuestras instituciones comunitarias y con todas esas monsergas del gigante económico y el enano político, que son como un grano supurante que nos gusta pinzar con las uñas de vez en cuando por el gusto que da. No, señoras y señores, Europa está cambiando. Los millones de euros gastados en redes transfronterizas – ferrocarriles, carreteras y túneles que desafían a la todopoderosa naturaleza -, en becas Erasmus que mestizan culturalmente – y a menudo también biológicamente – a nuestros jóvenes universitarios, y en subvenciones a aerolíneas low-cost que hacen posible que hasta el tipo más soso y cerril se haya hecho una foto delante de la torre Eiffel, el foro romano o el Big Ben, no se han ido por el desagüe sin dejar un poso que ahora se demuestra más profundo de lo que pensábamos. Los salvajes ataques terroristas de París de la semana pasada nos han enseñado más sobre nuestra condición de europeos que todas las campañas institucionales y elecciones habidas y por haber. Es la amarga lección que dejan las guerras. Todos somos Francia. Todos estamos junto a los que cayeron acribillados en los bulevares de París, porque ellos también somos nosotros. El estadio londinense de Wembley se vistió ayer con la tricolor y 90.000 gargantas entonaron la Marsellesa. Si Churchill o Monnet levantaran la cabeza, se pincharían hasta convencerse de que no es un sueño. Europa existe. Vive l´Europe! 

LA HAS CAGADO, WILLY (16/10/2015)

Comienzo estas líneas con el decidido propósito de poner la otra mejilla, como dijo otro famoso provocador hace algunos milenios. La verdad es que no lo has puesto fácil. Con tus recientes exabruptos has cabreado a tanta gente, que casi no nos queda mejilla que poner. A diferencia de ti, yo no voy a recurrir al insulto ni te voy a faltar al respeto; no me apetece sacrificar mis razones – que lógicamente aprecio mucho, porque para eso son las mías – en favor de un desahogo fugaz que acabaría dejándome insatisfecho. Tampoco voy a caer de negar tu pasado diciendo que solo has sido un actorcillo mediocre y frustrado. Porque no es verdad. Guillermo Toledo ha sido un actor de comedia notable, y yo lo he visto defendiendo y levantando textos medianos o mediocres con su gracia y su talento, que eran indiscutibles. Creo que eso no volverá a ocurrir. Cuando te cagas en los sentimientos de tus conciudadanos, cuando los insultas al defender tus ideas políticas, estás muriendo poco a poco como artista. Me parece muy bien que seas ateo, revolucionario, libertario, castrista o kropotkista; lo respeto. Pero eso no te da ningún derecho a cagarte en la Virgen del Pilar, ofendiendo innecesariamente a cientos de miles de personas que nunca te hicieron daño, y para quienes esa “figurita de madera”, como tú la llamas, significa mucho. Dices que te opones a que el espacio público sea ocupado por celebraciones y supersticiones. ¿No crees que eso correspondería a los zaragozanos decidirlo? También reconoces que ignoras el significado profundo de la Virgen del Pilar en Zaragoza. En eso aciertas de pleno. Porque la has cagado, Willy. Me temo que para volver a pisar la ciudad tendrás que venir escoltado o disfrazado. En otro caso, no te olvides el traje de buzo. Porque acabarás en el Ebro haciendo compañía a los mejillones.

viernes, 2 de octubre de 2015

LA PROMESA (02/10/2015)

Hoy he prometido a Charito, con la que me casé hace ocho años en el castillo calatravo de Alcañiz, socia de mi productora Albella Audiovisual y editora del blog hombredelfaro.blogspot.com, donde se pueden consultar las 482 columnas que, hasta hoy, este humilde servidor ha escrito para este bendito periódico, que no hablaría de cierta región del noreste de España donde se localiza un proceloso conflicto político que amenaza con agotar las reservas de paciencia del personal… Toma ya: he homenajeado a mi mujer, he alardeado de alcañicismo, me he hecho publicidad y he utilizado la palabra “proceloso”, todo en una sola frase. Por cierto, 483 columnas ya. Cuando lleguen al medio millar organizaré una fiesta muy fina e invitaré a mis lectores a una copa de cava turolense, no de esa región levantisca de cuyo nombre no quiero acordarme. Y luego está el asunto de la Volkswagen. He acudido al concesionario con mi Passat tuneado de segunda mano y me han dicho que no, que no me dan un coche nuevo. Que las emisiones de mi coche son como las de los coches históricos, que contaminan un huevo pero no pasa nada porque son muy pintorescos. Como me ha sonado a chunga, les he dicho que no sabían con quién estaban hablando. Efectivamente, me han contestado que no lo sabían. Lo voy a dejar pasar. Lo que verdaderamente me preocupa es que el gobierno ha decidido que los bebés deben ir en los coches con sus sillitas mirando al asiento de atrás. ¿Cómo demonios va a verme mi hijo conducir? ¿Cómo voy a ganarme su admiración? A lo mejor se piensa que el Passat tuneado es un coche futurista que se conduce solo y lo va diciendo por ahí… Hoy he prometido que no hablaría de ese proyectito de país y lo he cumplido. Eso sí, de mi confusión mental no me hago responsable. Vayan a reclamar al maestro armero.   

lunes, 28 de septiembre de 2015

ME SIENTO CATALÁN (25/09/2015)

Quizá estemos ante el proceso de liberación nacional más peculiar de la historia, en el que los sojuzgados quieren seguir formando parte del pueblo opresor. Los dirigentes del secesionismo catalán suspiran por la libertad, pero con el DNI español en el bolsillo. En otras palabras, que quieren seguir jugando en la liga española, vendiendo sus productos sin aranceles y recibiendo financiación a costa de las garantías españolas, pero sin renunciar a la construcción nacional, es decir, a la estelada, al himno y a las ficciones históricas. No, señores, así no funcionan las cosas. En las sociedades civilizadas, los cambios políticos no se hacen saltándose las leyes a la torera y amenazando con poner a siete millones de personas en el limbo jurídico internacional. Eso no es democracia, es revolución. En este delirante y chapucero proceso independentista se puede llegar a la insólita circunstancia de que sus promotores se lancen a crear “estructuras de estado” sin ni siquiera contar con el apoyo de la mayoría de los votos emitidos. Dicen que les basta la mayoría absoluta de los escaños, con toda la ingeniería electoral de por medio. Y al que no quiera votar en unas elecciones al parlamento autonómico, y estaría en su perfecto derecho de no hacerlo, se le endosa el carácter plebiscitario, le guste o no, simplemente porque lo han decidido ellos, un puñado de individuos entre los que se encuentran los peores gestores políticos de la historia de la democracia española. O quizá mundial. Cuanto más avanza este asunto, más me convenzo de que Cataluña es la región más española de la península ibérica: irreflexiva, pasional, alérgica al aburrimiento, poblada de individuos que se acuestan monárquicos y se levantan republicanos… Hoy me siento más catalán que nunca. No en vano, mi abuelo era catalán. Conducía tranvías. Se llamaba Agustín España.     

viernes, 18 de septiembre de 2015

SELFIES (18/09/2015)

Para empezar, la palabra es una sonora derrota, una más, de las lenguas no anglosajonas frente al todopoderoso inglés. Una autofoto es una gilipollez; un selfie es algo cool, porque lo hacen las celebrities en la entrega de los Oscars y en el entierro de Mandela (vayan sumando los anglicismos porque me veo muy fuerte: hoy cae algún récord). Pero más allá del término que se utilice, el selfie está de moda y, como todo lo que se hace muy popular rápidamente, ha debido de tocar alguna tecla interna en la compleja psicología social de los humanos que lo justifica. Veamos, en primer lugar, mostrarnos a los demás se ha convertido en una obligación casi ineludible. ¿Pueden imaginar a alguien que se vaya de vacaciones a la India y que vuelva sin haber colgado una foto del Taj Mahal en las redes sociales? Pero no una foto del monumento, que esas ya están en wikipedia; ¡una foto del susodicho en el Taj Mahal! Es absolutamente impensable. ¿Por qué? Porque equivaldría prácticamente a no haber ido. Por tanto, hay un componente muy social en el fenómeno selfie, lo que parece algo positivo. Pero vayamos a la parte turbia, que también la tiene. Imaginen a alguien que viajara en el tiempo desde el pasado, desde aquellos días lejanos en los que cuando querías una foto no apuntabas la cámara a tu propia cara sino que pedías amablemente a un viandante que te la hiciera. ¿Qué pensaría? Lógicamente, que la sociedad actual está gravemente enferma. ¿Y qué pensaría cuando viera a alguien sacar un palo metálico telescópico, colocar la cámara en el extremo y hacerse una foto? Que la sociedad necesita una gran camisa de fuerza con costuras reforzadas. Con algo más de perspectiva, los que hemos visto nacer la moda selfie nos ponemos menos dramáticos: no es el fin del mundo. A lo mejor porque ya estamos locos sin remedio.

EL MISTERIO DE LA MANZANA MORDISQUEADA (11/09/2015)

Ya adelanto que esta columna no va de física, ni de la fruta que inspiró a Isaac Newton la ley de la gravedad. La manzana que hoy me ocupa solo se escribe en inglés – Apple – y representa a una de las compañías más rentables del mundo. Su fundador, el excéntrico Steve Jobs, fue un empresario genial cuyas ideas todavía impregnan hasta el último producto del catálogo Apple: teléfonos inteligentes, tabletas electrónicas, ordenadores y, últimamente, hasta relojes. En realidad, la compañía de la manzana mordisqueada no sólo alberga un misterio; está repleta de ellos. Para empezar, ¿cómo han conseguido que todos sus clientes se conviertan en los mejores embajadores de la marca? ¿Quién no tiene un amigo que aprovecha nuestro menor descuido para recitar las innumerables ventajas de tener el dichoso Mac? Ya le puedes decir las veces que quieras que tienes un PC, sencillamente, porque cuesta tres veces menos: le da absolutamente igual. ¿Dónde está el truco? ¿Hipnosis a escala planetaria? Pero es que las habilidades hipnotizadoras de los herederos de Jobs no solo afectan a nerds, frikis y demás fauna capaz de plantarse en una tienda Apple a las dos de la mañana para comprarse un reloj de 600 euros, no. ¡Afectan también a sectores económicos enteros! Tomen el caso de la industria de la comunicación, por ejemplo. Cada lanzamiento de un nuevo producto Apple consigue una repercusión mediática tan brutal, que si tuviera que contabilizarse como gasto publicitario no habría suficientes dólares en el mundo para pagarlo. ¡Y les sale gratis! Al menos en teoría... Espero no ser el único tonto que les hace publicidad sin ver un duro. O algún regalico, al menos. Un reloj no estaría mal. O un iPhone 6. No le haría ascos a un iPad. O a un macbook pro. Lo confieso: es que molan un montón.            

GUIRIS (04/09/2015)

Vuelvo a la playa después de muchos años y descubro que todos los carteles están en ruso. Como imagino que a los esforzados hosteleros de la Costa Dorada no les sobra el tiempo para hacer tontadas con el asunto lingüístico - eso se lo dejan a los mandamases de la Generalitat - deduzco que esto se ha llenado de rusos en mi ausencia. Rodeado de guiris me convierto en uno más, y los camareros, que a estas alturas ya tienen el aire cansado de los que añoran que venga el otoño y se nos lleve a todos de una ventolera, me confunden con un próspero industrial moscovita, o con el dentista de moda en el barrio más pijo de San Petersburgo, que las chancletas son más eficaces para igualar a las personas que todas las políticas sociales juntas. En esos momentos saco mi acento almozareño más puro, y les demuestro que soy un compatriota y que no procede que me metan una estocada hasta la bola por el Kas, la cerveza y las chips algo pasadas que nos han servido. Que no soy dentista, aunque a mi madre le habría encantado. En realidad, ser español y vacacionar en septiembre es señal de que no cortas el bacalao, de que nadie cuenta contigo para resolver las cuestiones pendientes "del nuevo curso", como ahora se dice; que el mundo puede funcionar sin ti de maravilla. Pues muy bien, no hay problema, he pillado la indirecta. Durante esta semana, voy a ser guiri. Hablaré a los camareros en inglés -con acento ruso- y cuando vea a Rajoy, a Sánchez o a Artur Mas por televisión me preguntaré quiénes son esos españoles tan raciales y simpáticos. Mientras cambio de canal a toda velocidad. Chico, qué relax. Por cierto, ¿qué tal le habrán quedado los braquets a la señora Stoseskya? Bueno, olvídate de eso ahora, ¿quieres? Estás de vacaciones y eres guiri. Disfruta mientras puedas.

viernes, 28 de agosto de 2015

LA VIDA ES CORTA (28/08/2015)

Y las patas de las mentiras también lo son. Eso es lo que parece que un grupo anónimo de hackers se ha empeñado en demostrar al apoderarse de las bases de datos de Ashley Madison, una peculiar empresa de contactos canadiense con más de 31 millones de clientes en 45 países. “La vida es corta. Tenga una aventura”. Así reza el slogan de la empresita de marras, un brindis a la infidelidad, a la cana al aire, una oferta de aventuras extramatrimoniales en el anonimato de internet que ahora puede convertirse en una pesadilla para millones de clientes - hombres en un 80% - que ven amenazada su reputación de buenos padres y madres de familia. Y no se crean que para ser cliente de Ashley Madison hay que vivir en Minnesota o Wisconsin: si consultan el mapa mundial de ciudades donde viven los aspirantes a infieles, se sorprenderán de ver nombres tan familiares como Andorra, Alcorisa, Calanda, Valderrobres, o Alcañiz. ¿Qué piensan hacer estos hackers con la información robada? Eso mismo se estarán preguntando desde hace días unos cuantos millones de infelices, entre ellos, posiblemente, alguno que esté leyendo estas líneas. No se sabe a ciencia cierta, pero seguro que nada bueno. La policía canadiense ha informado ya de varios intentos de extorsión y de un par de suicidios. La verdad, espero que a ninguna otra víctima se le ocurra una salida por la tangente tan radical y dramática. En los tiempos que corren, donde por suerte ya nadie amenaza a sus semejantes con la condenación eterna - o si lo hace, se le toma a bufa - no creo que los juicios sobre el comportamiento sexual o sentimental de los demás importen demasiado. Si alguien ha sido cazado en una mentira, que lo afronte con entereza. Y que aprenda la lección. Poner los cuernos a tu pareja siempre conllevará peligros y nadie, ni siquiera una tal Ashley Madison, podrá impedirlo.

sábado, 22 de agosto de 2015

NO TE PIQUES, PIQUÉ (21/08/2015)

Mi carrera de árbitro de baloncesto fue fugaz. Como buen empollón que soy, del reglamento me había aprendido hasta el pie de imprenta y mis jefes llegaron a la conclusión de que estaban ante una joven promesa del arbitraje aragonés. No tardaron mucho en averiguar su error. En mi primer partido se produjo la increíble fatalidad de que el equipo local, que ganaba de tres puntos a pocos segundos de la bocina final, encajó un triple desde una distancia sideral – y probablemente fuera del tiempo reglamentario – lo que le llevó a una prórroga que indefectiblemente perdió. Lo último que recuerdo es que abandoné el pabellón atravesando un pasillo humano que gritaba histéricamente: “¡Rabanito! ¡Rabanito!” Mi segunda experiencia no fue mejor. Uno de los jugadores se abalanzó sobre mí y lo tuvieron que sujetar entre varios compañeros. Al parecer le sentó fatal que al venir a pedirme explicaciones tras  el partido - de muy malos modos, por cierto - yo le contestara que su verdadero problema era que no sabía perder. La tercera fue la guinda. A uno de los escasísimos espectadores que contemplaban el partido se le ocurrió tomar el nombre de mi madre en vano, y esta vez fui yo el que quise las explicaciones: paré el partido, subí a la grada y le pregunté al individuo – que se quedó blanco como la nieve – que por qué afirmaba que mi madre era una prostituta, si no la conocía de nada… Allí acabó todo. Aquella experiencia me enseñó que un árbitro debe tener una personalidad de acero – es obvio que yo no la tenía - y despertó en mí una admiración por el colectivo que he conservado hasta hoy. Hace unos días, el jugador del Barcelona Gerard Piqué fue expulsado por mentar a la madre de un juez de línea y me alegré. Ayer le sancionaron con 4 partidos y me alegré todavía más. De haber estado delante se lo habría dicho: no te piques, Piqué.    

ASESINOS (14/08/2015)

Hace unos meses, en una chopera junto a la carretera, apareció el cadáver de un hombre. Alguien lo había dejado allí tirado, después de liquidarlo a balazos, indocumentado, con la esperanza de que el caso pasara a engrosar la lista de los crímenes sin resolver. Esperanza vana. La guardia civil, a quien se adjudicó la investigación por tratarse de un pueblo pequeño, comenzó a tirar del ovillo y acabó deteniendo a los culpables, un grupo de traficantes que se encontraba de paso en España. Al parecer, se trataba de un ajuste de cuentas porque la víctima viajaba con sus asesinos cuando se produjo el crimen. Este es el tipo de noticias que no llaman demasiado la atención – se trata de un suceso más bien vulgar – pero que describe muy bien la clase de país en el que vivimos: en España, si te cargas a alguien, tienes muchas posibilidades de acabar entre rejas. Un rasgo que distingue a las sociedades avanzadas de aquellas otras que viven más cerca de ese “estado de naturaleza” del que hablaba Rousseau. En las primeras existe una maquinaria policial y judicial muy bien engrasada, es decir motivada y razonablemente bien pagada, para que se cumpla aquel viejo dicho de que quien la hace la paga; en las otras, y tenemos abundantes ejemplos en países centroamericanos, la policía puede llegar a ser tan peligrosa como los mismos delincuentes, y la impunidad suele ser ley aún en los delitos más graves. Estos días de verano, en España, la prensa recoge noticias de asesinatos que se convierten en terriblemente mediáticos. Sin embargo, hay otros de mucho menos relumbrón. ¿Quién investiga y resuelve el asesinato de un extranjero, traficante, con escaso o ningún vínculo con nuestro país? Un cuerpo policial de primer nivel mundial, como el español. Con nuestros impuestos lo pagamos. No me cuesta nada sentirme orgulloso.

viernes, 7 de agosto de 2015

PEPINOS NUCLEARES (07/08/2015)

Después de arduas negociaciones, el pasado 14 de julio se firmaba en Viena el acuerdo para limitar el programa nuclear iraní, por el que el régimen de los ayatolás se compromete a no desarrollar ni adquirir “bajo ninguna circunstancia” armas nucleares. El asunto, cuyas auténticas repercusiones se nos escapan a los simples mortales, justificó la reunión de los países más poderosos de la tierra: Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania. Sería difícil encontrar, dentro de las actividades humanas, una disciplina más hipócrita que la diplomacia nuclear internacional. El punto de partida de cualquier negociación sobre el tema debe comenzar así: yo tengo derecho a poseer armas nucleares y tú no. ¿Por qué? – pregunta alguien. Por dos motivos – responde el otro. Porque no eres mi amigo y porque no me fío de ti. Y así acaba todo. Bueno, a continuación el iraní toma la palabra y larga un discurso-denuncia sobre la injusticia que supone que su gran enemigo – Israel – disponga del arma y ellos no. No sé exactamente qué ocurre después. Imagino que todos dirigen su mirada a Obama y este enseña su bonita dentadura mientras dice: ¿pasamos a discutir los detalles? Legiones de funcionarios preparadísimos pergeñan un estricto calendario de inspecciones para impedir que los ayatolás nos tomen el pelo, se alcanza el acuerdo, y se levantan las sanciones que pesaban sobre Teherán desde tiempos inmemoriales. Fotos conmemorativas, apretones de manos y fin de la historia… No me interpreten mal. Bendita diplomacia y bendita hipocresía. Cuando se negocia en el siniestro mercado de los pepinos nucleares, hay que dejarse los escrúpulos en casa. Lo importante es minimizar riesgos y conseguir que Hiroshima siga siendo irrepetible. ¿Y en las fotos? Sonreír, sonreír. Como si no hubiera un mañana.  

lunes, 3 de agosto de 2015

CECIL (31/07/2015)

Cecil era un león que vivía en el Parque Nacional de Hwange, Zimbabue, y un dentista lo mató. No, no es que tenga intención de ajustar las cuentas a todo el gremio dental por alguna escabechina perpetrada contra alguno de mis molares, no. Walter James Palmer, que así se llama el matarife, podría ser dentista, columnista de prensa escrita o fresador. Es indiferente. Lo relevante es que su "hazaña deportiva" lo ha colocado en la palestra internacional y medio mundo a estas alturas sabe qué aspecto tiene, en qué trabaja o a qué dedica el tiempo libre. Resulta que al muchacho le gusta la caza mayor o el "big game". Es curioso que la lengua anglosajona todavía lo llame juego, como si el tiempo no hubiera pasado y esas fotos de color sepia en las que los ociosos aristócratas de los siglos pasados posaban junto a sus víctimas todavía fueran algo de lo que sentirse orgulloso. Nuestro Walter también se hacía fotos, pero a todo color. Al parecer su perfil de facebook está lleno de imágenes de rinocerontes, osos y leones muertos, junto a los que posa con una expresión tontuna, de infinita estupidez. Es probable que esa cuenta ya no exista. Muy pronto, su bonita clínica dental también tendrá que cerrar las puertas, acosada por la reacción indignada de miles de conciudadanos. Walter se ha equivocado de época, de siglo. Pensaba que abatir a escopetazos a un león era algo con lo que se podía ir por la vida. Walter, tan hábil con el torno, tan agradable con sus pacientes, ha resultado ser torpísimo porque ignoraba que la sensibilidad del resto de los miembros de su especie ha evolucionado de tal manera, que para la abrumadora mayoría, la muerte gratuita, innecesaria y caprichosa de este animal grandioso equivale a un delito imperdonable. No es tan inverosímil. A nuestro querido rey Juan Carlos también le pasó, en versión elefantiásica. Y fue el comienzo de su fin.

viernes, 24 de julio de 2015

EL FRACASO DE ARTUR MAS (24/07/2015)

Esta es la crónica de un fracaso anunciado y a Artur Mas le faltan muchos mimbres para ser el héroe legendario que cae derrotado luchando hasta el final, bandera en mano. Al fracaso de Mas le faltará gloria y le sobrarán reproches. El más importante de todos, el haber arrastrado al pueblo catalán, tanto a partidarios como a detractores, a una situación límite en la que la perspectiva de saltarse la ley pondrá en peligro la estabilidad y la convivencia. El conglomerado independentista perderá las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. Esta predicción descansa, en primer lugar, en la soberana insensatez que supone levantar nuevas fronteras en Europa, cuando todo – lo político, lo social, lo económico, lo tecnológico y hasta lo filosófico – camina exactamente en la dirección contraria. Pero también han aparecido recientemente tres argumentos muy poderosos para justificarla. Convergència i Unió ha saltado por los aires. A Duran i Lleida no le ha quedado otra que hacer las maletas y regresar al nacionalismo moderado y conservador de donde nunca quiso salir. El resultado es que muchos antiguos votantes de CiU, que reniegan del extravío soberanista y de la mezcla con partidos de izquierda, ya tienen a quien votar. Luego está Ciutadans de Catalunya, formación en alza que ha hecho de la pérdida del complejo españolista una marca de la casa. Y por último, la recuperación económica, que se confirma mes a mes y que pone cada vez más difícil al President culpar al estado español de todos los males. A esta conjura de circunstancias adversas, Mas opone una lista única que es un homenaje a la confusión y a la incertidumbre: políticos, civiles que aspiran a ser políticos y entrenadores de fútbol expatriados. Esta es la crónica de un fracaso anunciado. Y solo veo perdedores en el horizonte.

viernes, 10 de julio de 2015

EL FALSO QUIJOTE (10/07/2015)

El ladrón se llamaba Alonso Fernández de Avellaneda y, al igual que la obra literaria que se atrevió a usurpar, ha pasado a la posteridad como paradigma de lo insuperable: el pirata intelectual más grande de todos los tiempos.  Avellaneda - o como quiera que se llamase, porque resistió a la vanidad de emplear su verdadero nombre – no se limitó a reproducir sin permiso del autor la novela más exitosa de su tiempo. Ni siquiera la plagió. Lo que hizo fue escribir y publicar una segunda parte, con los mismos personajes, retomando el relato en el mismo lugar donde lo había dejado la primera, “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, compuesta por un tal Miguel de Cervantes. El disgusto del alcalaíno al enterarse debió ser mayúsculo. Corría el año del Señor de 1614 y Cervantes se encontraba algo atascado con la segunda parte de las aventuras del personaje que le había dado fama, cuando llegó a sus oídos que en una imprenta de Tarragona se había publicado… ¡el libro que él estaba escribiendo! La puñalada no podía ser más trapera y, con buen olfato, sospechó de Lope de Vega, su gran enemigo. Para mayor escarnio, esta obra maestra de la felonía, este falso Quijote, estaba muy bien escrito. Para un Cervantes en la ancianidad aquello parecía la estocada definitiva. Sin embargo, la jugada les salió mal a Avellaneda y a sus turbios inductores. Con la aparición del falso caballero desaparecieron las dudas de su verdadero creador, la pluma cervantina voló, y al año siguiente, en 1615, se publicó la segunda parte del auténtico Don Quijote. Hoy se conmemora el cuarto centenario de su aparición. Irónicamente, gracias a su suplantador, el caballero andante pudo morir en la cama y alcanzar la definitiva inmortalidad. Miguel de Cervantes le seguiría pocos meses después. Se había ganado el descanso para toda la eternidad.

EL MOFLETE (03/07/2015)

Las modas en el vestir son uno de los fenómenos más reveladores de la complejidad de la condición humana. Desde la noche de los tiempos, individuos de todas las culturas han cubierto sus anatomías con una infinita variedad de materiales, formas y colores, en función de unos códigos sociales también infinitos que hablan de estatus, poder, sexo, oficio... ¡Y lo más sorprendente es que nacen espontáneamente! Cualquiera puede crear una forma de vestir pero nadie, ni siquiera los llamados creadores de tendencias, puede crear una moda. Es un mecanismo que nace democráticamente – es la suma de individuos la que convierte un gusto en moda – para convertirse en una tiranía – nacida la moda, oponerse a ella puede acarrear dificultades de adaptación. Bueno, vayamos al grano, o mejor, al moflete. Entre las jovencitas españolas se ha extendido la moda de vestir unos pantalones cortos, cortísimos, que en las más aguerridas llega a enseñar el comienzo de la nalga. Lo que viene a llamarse popularmente “el moflete”, como un préstamo que hacen los carrillos a las nalgas ante la ausencia de un término mejor que las designe. Llegados a este punto, no sé muy bien cómo seguir. Mi vocación de inquisidor es nula, se lo aseguro. Lo que ocurre es que, por razones de edad, veo el asunto más como un padre que como aquel jovenzuelo que un día fui, quien a buen seguro recibiría esta moda de los “shorts” como una bendición. No me gustaría que mi hija los llevara, la verdad. Y el motivo es bastante simple: el mundo es un lugar mucho menos civilizado de lo que parece, en el que escasean los poetas y abundan los depredadores. La adolescencia es una época maravillosa pero afortunadamente breve; en pocos años regresan la sensatez a las seseras y los pantalones a una altura más razonable. Sufridos padres: sean pacientes.

LA BANDERA (26/06/2015)

La sombra de Franco es alargada, pero no tanto. Cuarenta años después de la desaparición del personaje más nefasto de la reciente historia de España, los políticos en este país comienzan a hacer un uso normalizado de los símbolos nacionales. Algunos, como los cachorros de Podemos, incluso se atreven con la palabra “patria”, un tabú que todos hemos evitado durante años y que ya casi considerábamos un término exclusivamente latinoamericano, demasiado sentimental para el delicado gusto europeo. La apropiación del concepto de España por parte del dictador, que solo incluía en él a sus seguidores, dejó a los españoles recién nacidos a la democracia bastante desorientados sobre cómo debían ser, eso, españoles. En medio de la confusión general prosperaron los nacionalismos y muchos empezaron a sustituir “España” por “este país” y a hacer alarde de los símbolos regionales, menos sospechosos que “la Rojigualda”, sobre la que pesaba la incómoda acusación de ser propia de fachas. Y en estas llega Pedro Sánchez, líder socialista recién salido de la tahona, y se sube a un escenario con una bandera constitucional española del tamaño de una vela mayor. Sí, ya sé que entre medias hemos ganado un mundial de fútbol y que el mismo Aznar ya jugó la baza patriótica en sus discursos electorales cuando era el político de moda en España. Pero lo de Sánchez el domingo pasado fue un hito sin precedentes. Valiente y algo demagógico. Arriesgado, pero también temeroso: la bandera no era de tela sino un plasma, susceptible de ser apagado si la cosa se ponía fea. Rompedor, indiscutiblemente: no se había visto a un líder socialista dar un discurso en traje y corbata desde Tierno Galván. Está claro que la nueva generación de políticos ya marca su propio estilo. Sin complejos. Que ya va siendo hora.    

martes, 23 de junio de 2015

LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO (19/06/2015)

En la prehistoria digital, a un político era mucho más difícil encontrarle un muerto en el armario, unas declaraciones escandalosas o una foto en situación comprometida. Para conseguir algo así, era necesario contratar a un detective que rebuscara en recónditos archivos y comprara los silencios de ex-amigos o colaboradores despechados. Al final, si el cargo público en cuestión era de derechas, se acababa encontrando un artículo suyo en alguna revista juvenil universitaria en el que decía que Francisco Franco "había sido un hombre insustituible, con muchas más luces que sombras", o algo parecido. Si era de izquierdas, aparecía invariablemente una foto suya junto al rumano Ceaucescu, en algunas jornadas de intercambio cultural de las juventudes marxistas europeas... Pero los tiempos han cambiado. Que se lo pregunten a los miembros de la candidatura de Ahora Madrid al Ayuntamiento de la capital. Primero fue el concejal de Cultura, Guillermo Zapata, con los tristemente famosos chistes sobre el Holocausto y las víctimas del terrorismo que le han costado el puesto antes de llegar a ocuparlo. Pero no está solo. Su compañera, Rita Maestre, se enfrenta a un delito contra las libertades fundamentales, presuntamente cometido en el curso de una protesta contra la capilla católica de la Universidad Complutense. Y podríamos seguir, porque en el futuro seguirán apareciendo más tuits, vídeos, fotos y declaraciones fuera de tono de cargos públicos electos o aspirantes. ¿No sería más inteligente morderse la lengua o renunciar a ser el tipo más original de la pandilla? Sin duda. El problema de la muchachada revolucionaria de Podemos es que ellos han sido los primeros en la era de Twitter. Muchos habrán aprendido la lección. Las tonterías, sobre todo si decimos o hacemos muchas, mejor dejarlas para la intimidad.

TÁPENSE (12/06/2015)

No lo ha dicho un obispo, ni un censor. Lo dice Carolina Herrera. La diseñadora venezolana, que da nombre a una de las empresas de moda más prestigiosas del mundo, ha puesto el grito en el cielo al comprobar cómo las celebrities se han lanzado a una peculiar competición por lucir el vestido más transparente. “¿Cómo puedes ser un icono de la moda si no llevas ropa?”, se pregunta la elegante septuagenaria en una reciente entrevista para el Washington Post. No sé si Beyoncé, la incombustible Jennifer López o Kim Kardashian se habrán dado por aludidas, pero es seguro que el dardo no habrá pasado desapercibido en los cuarteles generales de las firmas de moda que han sucumbido a la obsesión por la transparencia, como la denomina la señora Herrera, algunas tan importantes como Versace, Roberto Cavalli o Givenchy. ¿Guerra comercial o discrepancias sobre el concepto de belleza? De todo un poco. En un mundo tan competitivo como la alta costura, sería ingenuo pensar que las declaraciones de alguien tan influyente no tienen repercusión sobre las cifras de negocio o las estrategias empresariales. Pero estoy seguro de que la veterana diseñadora, además, está convencida de lo que dice. Y yo le doy la razón. Que todo el mundo te mire – porque eso es algo que las dichosas transparencias consiguen, indiscutiblemente – no significa que tu vestido, o tu no-vestido en este caso, guste o sea bonito. Personalmente, creo que esas gasas transparentes, por mucha pedrería que les acompañe, son vulgares. Y en cuanto a su presunta sensualidad, a este humilde escribano le sugieren el mismo erotismo que una activista de Femen con los pechos al aire pintados con Rotring negro, junto al Kremlin en un día de lluvia. Es decir, poco. Pero, en fin, tápense o descúbranse, que este mundo es libre. Los demás miraremos.     

HIMNOS (05/06/2015)

Ser Rey de España es un oficio de emociones fuertes. Un día presides la final del torneo de fútbol que lleva tu nombre y recibes una monumental pitada, y al siguiente estás en los Campos Elíseos, pero esta vez agasajado por las más distinguidas autoridades de la república más vieja de Europa. ¿Burla a los símbolos nacionales o ejercicio de la libertad de expresión? Parece difícil negar que la intención de los que pitaron en el Nou Camp iba más allá de la reivindicación política. Había un componente festivo – tocar el pito junto a 50.000 personas debe ser más excitante que subirte al Dragón Khan – pero, sobre todo, un ánimo ofensivo, injuriador; la libertad de expresión nunca puede amparar una conducta así. La segunda parte del asunto es la verdaderamente complicada. ¿Cómo deberían reaccionar las autoridades? Aquí las opiniones van por barrios. Cuanto más a la derecha, más favorable a la sanción, y cuanto más a la izquierda, más contemporizadora. Finalmente no la habrá, y la absolución, aunque de mala gana, no deja de tener su lógica. ¿Cómo se puede castigar a alguien por ser irrespetuoso con su propio himno nacional? Porque hay algo bastante obvio que se ha pasado por alto: hasta el más recalcitrante de los independentistas tiene a la marcha real como el himno de su país, de la misma forma que es jurídicamente español y necesita de un DNI para viajar al extranjero. Sancionar por una infracción cometida contra uno mismo siempre es peliagudo, y a menudo poco práctico. Como acusar de un delito de lesiones a quien se autolesiona, o de injurias a quien se insulta delante del espejo. Además, la solución al problema del separatismo vasco y catalán no vendrá de las sanciones. Tampoco de la inacción o el conservadurismo. Parece que algunos se limitan a rezar para que la final de la Copa del Rey siempre la jueguen otros.     

LUIS, SÉ FUERTE, AGUANTA (29/05/2015)

Para encontrar explicaciones a las derrotas electorales, los comités ejecutivos de los partidos escenifican reuniones con rostros muy serios, en las que el gran líder se dirige a sus barones recurriendo al manido catálogo de excusas del mal perdedor: no hemos sabido transmitir el mensaje, debemos estar más cerca del ciudadano y bla, bla, bla. Esta vez no ha colado. A Mariano Rajoy se le ha revuelto el gallinero y en el Partido Popular empiezan a oírse voces que reclaman un cambio. Nadie ha pedido todavía la cabeza del presidente, pero algún barón regional se ha atrevido a sugerirle que “se mire en el espejo antes de ser candidato otra vez”. No es tan difícil. No hace falta ser un reputado politólogo para saber la causa principal de la sangría de votos que lleva afectando al partido de la gaviota desde las elecciones europeas: el caso Bárcenas. ¿Se imaginan que hubiera ocurrido en el Reino Unido si David Cameron hubiese enviado al tesorero del partido Conservador, imputado por corrupción, un SMS con el texto “Luis, sé fuerte, aguanta”? Cámbiese a Inglaterra por Francia, Alemania, Holanda o Noruega, y la respuesta será la misma: el primer ministro habría dimitido ipso facto. Mariano Rajoy no lo hizo, y de esa forma dañó irremediablemente el prestigio de su administración. El resto de la ejecutiva de su partido y de los miembros del gobierno se desprestigiaron solos, también por omisión: precisamente, por no pedir la dimisión de su líder. No, no es tan difícil. Porque puede que España no sea la democracia con más solera de Europa, pero tampoco los españoles somos unos completos analfabetos políticos. Rajoy cavó su tumba política el día que tecleó esas fatídicas palabras, y en el mismo momento en que lo asuma, comenzará el saneamiento de su partido. Si se tiene por hombre sensato, debería hacerlo cuanto antes.    

NUEVAS ELECCIONES, VIEJAS CAMPAÑAS (22/05/2015)

La revolución tecnológica de los teléfonos inteligentes y las tabletas, la extraordinaria expansión de las redes sociales y la posibilidad de disponer de conexión a internet – perdonen la escatología – hasta cuando estamos sentados en el váter, son todos fenómenos bastante recientes. Fenómenos que desde luego no existían, o al menos no en la misma medida, cuando elegimos por última vez a nuestros representantes municipales y autonómicos. ¿Qué papel han jugado estos revolucionarios medios de comunicación en la campaña electoral que ahora termina? Uno muy secundario, me temo. Todo ha sido un aburridísimo déjà-vu. Plúmbeos debates televisivos a la vieja usanza. Escuálidos mítines donde la preocupación máxima de los organizadores era que no se vieran las temibles sillas vacías. Spots televisivos sin fuerza. Propaganda en los buzones que en muchos casos se ha limitado a la papeleta electoral y poco más. Una falta de respeto, en mi opinión: si quieren que conozcamos los nombres de su lista de candidatos, deberían limitarse a ponerla en un folio y dejar la sacrosanta papeleta para el día de las elecciones. ¿Qué ha sido de Twitter, Facebook, Youtube? Imagino que los partidos los habrán utilizado profusamente, pero el impacto sobre los votantes ha sido limitadísimo. Juro por lo más sagrado que mi sobrina, que cuelga versiones de canciones grabadas con su móvil en internet, tiene más visitas en Youtube que algunos de los grandes partidos. La conclusión es sencilla: lo importante es el mensaje, y no tanto el medio con el que se transmite. Si no se tienen cosas que decir o no se sabe cómo decirlas, ni la tecnología más moderna podrá llenar ese vacío. Nuevas elecciones, viejas campañas. Por favor, no se olviden de tirar de la cadena.

ANIVERSARIOS (15/05/2015)

Se conmemora estos días el 70 aniversario de la rendición incondicional de Alemania, que puso fin a la II Guerra Mundial en el continente europeo. Aunque España tuvo una participación marginal en el conflicto, nuestro ministro de Asuntos Exteriores acudió al campo de Mauthausen (Austria) para recordar a los 5.000 españoles que allí murieron, víctimas de un refinado sistema de trabajo forzoso y exterminio al servicio del régimen nazi. El asunto de los aniversarios es inacabable. Después de los 70 años se recordarán los 75, que es cifra más redonda, y por supuesto los 80, 90, hasta llegar al siglo. Al pueblo alemán le quedan muchos recordatorios por delante para tener que asumir su papel de protagonista y agente causante de la mayor carnicería de la historia de la humanidad. ¿Cómo han logrado superar semejante trauma, si es que lo han hecho del todo? Con mucho empeño y dedicación, que es como hacen las cosas los alemanes. Aunque imagino que la procesión irá por dentro y que algunas heridas de aquella infame etapa de su historia no han cicatrizado del todo, hay que reconocer la valentía de Alemania para enfrentarse a su pasado. Estoy seguro de que una sociedad menos fuerte habría sucumbido; habría cambiado el nombre del país, los colores de la bandera y hasta el idioma; sus regiones habrían reclamado la independencia para escurrir el bulto y renegar del estado opresor. Lejos de eso, Alemania vuelve a ser la locomotora del continente y líder de un proyecto comunitario que defiende a capa y espada. Incluso el himno europeo lo compuso un alemán. Se llamaba Ludwig van Beethoven. El Himno a la alegría, inspirado en un poema de Schiller, otro alemán, dice: “Abrazaos, millones de seres. Este beso es para el mundo entero. Hermanos, por encima de la bóveda de estrellas tiene que haber un padre amante”.

BRITÁNICOS (08/05/2015)

Se empeñan en conducir por la izquierda, en permitir que la reina sea la persona más rica del país, en mantener su propia moneda, su propia medida en los recipientes de cerveza y un excéntrico horario de cierre en los pubs. Podríamos seguir enumerando peculiaridades británicas y ventilarnos el artículo en un plis-plas. Pero tampoco es plan. La cuestión es que los súbditos del Reino Unido de la Gran Bretaña estaban convocados ayer a las urnas - una más: ¿a quién se le ocurre celebrar unas elecciones generales un jueves? - para elegir a sus representantes en la Cámara de los Comunes. A pesar de que el sistema electoral británico está diseñado para obtener un resultado nítido y favorecer el bipartidismo – suma y sigue: para este extraño pueblo, el bipartidismo no es malo sino eminentemente práctico – esta vez las encuestas auguran un parlamento fraccionado que obligará a los políticos a negociar. A laboristas y conservadores, con el tradicional apéndice simpático de los liberal-demócratas, se les han unido esta vez los nacionalistas escoceses y una nueva formación, el Partido de la Independencia del Reino Unido. Si esto se da en un país de rancia tradición bipartidista como Gran Bretaña, no es de extrañar lo que está pasando en España: con tanto Ganemos, Podemos, Seamos y demás conjugaciones verbales de la primera persona del plural, pronto tendremos una papeleta electoral más larga que un rollo de Scotex. ¿Qué está ocurriendo en Europa, donde florecen últimamente más partidos que amapolas? Simplemente, que la clase política profesional está desprestigiada y que cada vez menos votantes la creen capaz de resolver los grandes problemas de nuestro tiempo: inmigración, corrupción, separatismo, entre otros. ¿Cree usted que puede contribuir a mejorar el mundo? Pues funde un partido. Quién sabe, a lo mejor le voto.

UN PUNTO AZUL PÁLIDO (01/05/2015)

¿Recuerdan, estimados lectores, qué estaban haciendo el 14 de febrero de 1990?  Personalmente no tengo la menor idea, pero sepan ustedes – aquellos que ya habían nacido, claro - que aquel día alguien nos estaba retratando desde la distancia, y que esa foto legendaria fue bautizada con el poético nombre de “Un punto azul pálido”. La imagen fue tomada por la sonda espacial Voyager 1 a 6.000 millones de kilómetros de distancia, y en ella aparece el planeta Tierra como un minúsculo punto azulado en la vastedad del espacio, atravesado por un rayo de luz en medio del polvo cósmico. Sobrecogedor. La idea de realizar la histórica foto partió de Carl Sagan en 1980; el famoso astrónomo y divulgador reconocía que la fotografía quizá no tendría demasiado valor científico, pero que podría ayudar a la humanidad a entender mejor su lugar en el universo. Una década después y vencida la resistencia de los administradores de la NASA, alguien pulsó un botón desde la Tierra y la foto fue disparada. Hoy me pregunto cómo es posible haber escrito desde esta tribuna cientos de artículos en la última década, y no haber citado jamás “Un punto azul pálido”. Porque toda la actualidad política, económica, científica y ecológica, todas las tragedias naturales grandes y pequeñas pueden interpretarse a la luz de esa fotografía. La visión de la Tierra como una mota de polvo en el espacio nos recuerda que todos somos compañeros de viaje, y que esa condición es la que realmente importa, muy por delante de las diferencias religiosas o culturales. Si llegáramos a asumirla en toda su misteriosa profundidad, nos comportaríamos de forma más generosa y humilde con nuestros semejantes. Su contemplación debería ser obligatoria en todas escuelas del mundo. Si no la conocen, no se la pierdan. Tecleen en el buscador de internet: un punto azul pálido. Y viajen.

TODOS TENEMOS PROBLEMAS (24/04/2015)

Mi amigo Carlos Pauner, el alpinista más grande que ha dado esta tierra y una de las personas más lúcidas que conozco, puede llegar a ser tan directo como un derechazo a la mandíbula: cuando algún conocido se le acerca a contarle sus penas y a lamentarse de lo mal que le trata la vida, le escucha durante un rato; sin embargo, si la cosa se alarga, acaba por interrumpirle: “¡Bueno, ya está bien! ¡Que todos tenemos problemas!” La suya es la deformación profesional propia de los que han salvado el pellejo muchas veces en situaciones límite, y valiéndose solo de sus propios recursos. Para Pauner, es obvio que lamentarse en medio de una ventisca a veinticinco grados bajo cero es la mejor manera de acabar convertido en estatua de hielo y decorar macabramente la ruta de ascenso a alguna de las cumbres más altas del planeta. Afortunadamente, la mayoría de los mortales no nos movemos por esas tierras inhóspitas, pero creo que la moraleja sigue siendo de utilidad aquí abajo. Nos quejamos demasiado. Somos una sociedad de llorones, y la queja permanente nos lleva a la parálisis. Alguien dirá que no nos faltan motivos pero… ¿hay alguien en el mundo que no los tenga? La especie humana ha evolucionado hacia unos seres tan delicados, que hemos ido estrechando la franja de la felicidad hasta convertirla en una línea casi invisible. Cuando no tenemos frío, tenemos calor. O no tenemos qué comer, o comemos demasiado. Si no cumplimos nuestros sueños, nos frustramos. Y si los cumplimos decimos, ¿ahora qué? Basta de quejas. Si tu país, tus políticos, tu cuenta corriente, tu jefe, tus compañeros de trabajo, tu marido, tus pies, tu vecino (el que pone la televisión a todo volumen), el perro de tu vecino… no te gustan, por favor, no hace falta que me lo cuentes. Que todos tenemos problemas.

MUERTOS (17/04/2015)

Dicen que la muerte nos iguala a todos. Pero hay algunos más muertos que otros. Hace algunas semanas, la noticia de la matanza de la Universidad de Garissa, en Kenia, donde 148 estudiantes murieron tiroteados por extremistas islámicos, mereció una cobertura mediática bastante discreta y algunos pusieron el grito en el cielo. Si el atentado contra la revista Charly Hebdo, en el que murieron 12 personas en circunstancias muy parecidas, provocó una conmoción enorme en todo el continente, no se entendía la relativa indiferencia hacia una salvajada bastante mayor. Como los occidentales somos escrupulosos de conciencia y nos gusta pensar que nuestra moralidad está por encima de la media, algunos se lanzaron a buscar excusas para justificar esta alarmante falta de empatía. Se habló de lejanía geográfica y de falta de calidad de la información que llegaba desde Kenia. Argumentos insuficientes, en mi opinión. La realidad es más descarnada y menos complaciente. Los muertos en Kenia, o en Nigeria, nos importan menos porque no son de los nuestros. Porque nuestros hijos no van de Erasmus a la Universidad de Garissa, y porque en Semana Santa preferimos ir a París antes que a Lagos. En realidad, los terroristas están bastante más globalizados que nosotros, que nos gusta vivir como si el tercer mundo no existiera. ¿Lejanía geográfica? La última tragedia en el Mediterráneo, con 400 inmigrantes muertos cerca de las costas italianas, no se ha producido demasiado lejos del naufragio del Costa Concordia, pero la muerte de 32 de sus pasajeros nos impresionó mucho más. Porque los europeos solo navegamos por placer, y lo hacemos en crucero. ¿Somos malvados e insensibles por ello? Somos simplemente humanos. Con un extraordinario margen de mejora. Podríamos empezar por ser algo menos hipócritas

COSMOLOGÍA POLÍTICA (10/04/2015)

Una de las consecuencias más estimulantes de la crisis general que sufrimos, es que nos ha dado la posibilidad de presenciar acontecimientos tan poco habituales como el nacimiento, la decadencia y hasta la muerte de un partido político. Hoy nos sentimos como esos cosmólogos que logran fotografiar el nacimiento de una estrella, el colapso de otra o cómo un agujero negro se traga a una galaxia sin dejar rastro. Para asistir al espectáculo no hace falta tener un telescopio. El drama se desarrolla bastante más cerca, y con el horizonte cercano de un Big Bang – léase elecciones municipales y autonómicas – que podría dejar el firmamento irreconocible. UPyD se muere. El proyecto político de la incombustible Rosa Díez se desvanece, barrido por una crisis que quizás no contribuyó a crear, pero que ha digerido muy mal. El fracaso de las negociaciones con Ciudadanos, el partido de la estrella en ciernes Albert Rivera, fue el preámbulo de la descomposición, con acusaciones de sectarismo hacia la líder y su cúpula directiva que se abrazan obstinadamente al timón de un barco que se hunde sin remisión. “Albert estará disfrutando”, dice Rosa con amargura. No creo que demasiado. Si algo ha demostrado la experiencia de UPyD es que fundar un partido es relativamente sencillo, pero conseguir que arraigue lo suficiente para poder resistir los vendavales de la política es mucho más complejo. UPyD no sobrevivirá sin Rosa Díez, de igual forma que la desaparición de Albert Rivera o de Pablo Iglesias sería la sentencia final para sus incipientes e ilusionadas formaciones. “El Partido Popular no somos un grupo de amigos”, dijo el presidente Rajoy. Ciertamente no lo son, sobre todo últimamente. Pero, como el PSOE, son estrellas viejas que no se apagarán tan fácilmente. El rancio bipartidismo se resiste a desaparecer de la galaxia.

CABRONES (03/04/2015)

La suerte de la cabra montesa en la cordillera pirenaica ha sufrido cambios drásticos. Durante milenios su existencia fue bastante apacible, paseando su imponente cornamenta por lo alto de los riscos, lejos del alcance del depredador más metódico, ingenioso y en ocasiones despreciable que ha dado la naturaleza. Los pocos especímenes humanos que se aventuraban por sus resbaladizos y vertiginosos dominios debían dedicar tanta atención a no despeñarse, que apenas les quedaba puntería y mala leche para poder abatir al cornúpeta. Pero… ¡ay!, los cabroncetes humanos no se rinden fácilmente. Un día vinieron con un trabuco. Al día siguiente con una carabina. Y llegó el día en que subieron del valle un rifle Remington con mira telescópica, capaz de meter una bala entre ceja y ceja a cualquier bicho viviente a cientos de metros de distancia. De pronto, la estrategia del “cógeme si puedes” ya no funcionaba. Como las cabras no conocían otra, se limitaron a buscar un risco todavía más alto y remoto para escapar de las balas de los aristócratas de turno. Inútilmente. Cayeron una tras otra hasta la extinción definitiva. Entonces llegaron los lamentos. Con los años aparecieron los conservacionistas, que se empeñaron en conseguir que la cabra montesa volviera a brincar por las montañas pirenaicas. Después de 30 años de negociaciones, en aplicación de un acuerdo firmado en 2014 por España, Francia y Andorra, el pasado martes se soltaban con éxito diez ejemplares en Pont d´Espagne, en el Pirineo francés. Espero que les administren algún tipo de tratamiento psicológico. A las cabras, me refiero. Porque la confusión que deberá llevar será importante: primero me tirotean hasta la extinción y ahora me llevan entre algodones. A ver quién les explica que los humanos somos así: bondadosos, o los peores cabrones que hayan pisado la tierra.

sábado, 20 de junio de 2015

QUERIDOS BANCOS (20/03/2015)

Las entidades financieras tienen un concepto de la responsabilidad social bastante peculiar. En algunos negocios, si el cliente acredita una situación económica precaria puede beneficiarse de un descuento. Los bancos funcionan al revés: cuanto más apaleado está el personal, más caña al mono. ¿Que ha sufrido usted un descubierto? Trocotroco. ¿No puede usted mantener un saldo mínimo en la cuenta? Pues le subo las comisiones. ¿Qué es usted rico y solvente? No se preocupe, que no paga ni una y encima le regalo una tostadora. Por no entrar en el vergonzoso asunto de los créditos hipotecarios y los desahucios. Los bancos se siguen beneficiando de una legislación hipotecaria dickensiana que ningún político ha tenido los arrestos de reformar, temerosos todos de que les cierren el grifo de la financiación. La dación en pago, es decir, la resolución de un crédito hipotecario con la entrega de la vivienda con independencia del valor del inmueble en ese momento, es una cuestión de justicia tan elemental, que hasta que no empezó la crisis económica casi nadie cayó en la cuenta de que no cabía en el derecho español. Ah, sí, la crisis. Miles de millones pagados por todos los españoles para acudir al rescate de entidades gobernadas por estafadores y sinvergüenzas. ¿Y qué hemos sacado en limpio los españoles? Un sistema financiero más saneado, nos dicen. No lo pongo en duda. Pero lo que olvidan decir, por ejemplo, es que mi nuevo banco, adonde he ido a parar por la absorción del antiguo, ha aumentado las comisiones por transferencias online más de un 300%. Y se ha quedado tan ancho. ¿Por qué nunca oiré/veré/leeré esta noticia en ningún sitio? Poderoso caballero es Don Dinero. Aquí lo que conviene es estar bien calladito, no se vayan a enfadar. ¿No son entrañables? Queridos bancos…

DERROTA MORAL (13/03/2015)

Esta semana, el gobierno vasco ha recibido el informe que encargó hace un año a un grupo de historiadores de la Universidad del País Vasco sobre la memoria de los años del terrorismo etarra (1968-2010). La conclusión del informe es demoledora: Euskadi no fue víctima de un conflicto con el Estado sino de un intento de imposición de un proyecto totalitario por parte de ETA. La noticia ha pasado casi desapercibida, al menos hasta el momento que escribo estas líneas, pero refleja un acontecimiento de importancia capital: la derrota moral de la banda terrorista. El problema, desde un punto de vista periodístico, es que más que un hecho puntual, noticiable por tanto, se trata a menudo de un proceso casi invisible. Es difícil hacer una fotografía de algo así. No ocurre lo mismo, sin embargo, con la derrota policial. Irónicamente, el día en que ETA se declare disuelta o que se entreguen las armas, hechos que no harán más que confirmar una realidad ya vieja, la anti-noticia por tanto, el acontecimiento copará los titulares. Somos así, necesitamos momentos simbólicos. Algunos pensarán que esa derrota moral, el definitivo asentamiento de un consenso en la sociedad vasca sobre la injusticia absoluta de la obra terrorista, era ya un hecho consumado y que no hacía falta ningún informe académico para constatarlo. No puedo estar más en desacuerdo. En primer lugar, por la trascendencia de que fuera el gobierno vasco del PNV quien lo encargara y un grupo de historiadores de la Universidad del País Vasco el que lo llevara a cabo. Y en segundo lugar, por la certera y brillante conclusión a la que han llegado: no hubo conflicto, sino un intento de imponer un proyecto totalitario. Claro y cristalino. La peor derrota para los malvados. La victoria definitiva de la verdad y la justicia.

CAMPAÑA ELECTORAL (06/03/2015)

Comienza la campaña para las elecciones autonómicas en Andalucía y comienza un año político de alto voltaje, cargado de citas electorales como nunca se ha visto en la historia de España. Después de las andaluzas vendrán las municipales y autonómicas en las comunidades sin pedigrí. ¡En septiembre las autonómicas catalanas! Con la consabida fanfarria separatista, esteladas al viento y Artur Mas preparándose para entrar en el glorioso panteón de los estadistas catalanes, en dura pugna con sus aliados/rivales de ERC. De postre, por si aún nos queda hueco en el estómago, las elecciones generales. Es la gran Campaña Electoral, así, con mayúsculas y en singular, porque las campañas se sucederán unas a otras en un infinito discurrir de mítines, autobuses electorales y apretones de manos, como una interminable comedia en la que todos se esforzarán en parecer lo que no son. El presidente del gobierno, prácticamente desaparecido durante toda la legislatura, se calzará las botas e intentará que se manchen de barro lo más posible. El candidato socialista tratará de sacudirse el sambenito de ser el nuevo Zapatero y hasta dirá tacos, felizmente manchado de barro. Pablo Iglesias querrá convencernos de que solo estuvo en Venezuela haciendo turismo, y de que hace tanto tiempo que no canta la Internacional que la letra prácticamente se le ha olvidado. Albert Rivera escribirá un best-seller que llevará por título: “Como crear un partido político nacional en 15 días (y aspirar a ganar las elecciones)”. Rosa Díez escribirá otro, pero este será un fracaso en ventas: “Lo que pudo haber sido y no fue”. Cayo Lara se comprará unas zapatillas de cuadros y optará por jubilarse tarareando las notas de un réquiem… Agárrense que vamos. Y disfruten, que la democracia también sirve para eso. En cien años, todos calvos.

viernes, 27 de febrero de 2015

RENTAS ALTAS (27/02/2015)

Preguntado Pablo Echenique sobre si subiría los impuestos para hacer frente al aumento del gasto social propugnado por su partido, el cabeza de lista de Podemos en Aragón contestaba que sí, pero solo a las rentas más altas. El mismo día, otro periodista, en un contexto completamente distinto, preguntaba al ganador de los 354.000 euros del último bote del programa televisivo "Pasapalabra" qué iba a hacer con tanto dinero. Luis Esteban, que es zaragozano y policía nacional por más señas, respondía con humor que esa cantidad era bastante engañosa porque el señor Montoro ya estaba preparado para aplicarle el tipo máximo del IRPF. Un 50%, aproximadamente. Me pregunto qué resultado arrojaría una encuesta en la que se preguntase al personal qué le parecería que la Agencia Tributaria se quedase con la mitad de sus beneficios en un proyecto personal, empresarial, creativo o deportivo, que ha sido el resultado exclusivo de su esfuerzo, su sacrificio o su talento. Sospecho que una inmensa mayoría lo calificaría de injusticia, indecencia, robo o confiscación. Eso mismo debió pensar Juan Carlos Monedero, ideólogo oficial de Podemos, cuando se encontró con la mala noticia de que tenía que entregar al fisco la mitad de los 425.150 euros que había ganado con su brillantísimo, casi cegador, trabajo de asesoría para las instituciones bolivarianas. Tan ofuscado se debió sentir que creó una sociedad instrumental para evitar el temido IRPF, y tributar por el más benigno Impuesto de Sociedades, que tiene un tipo del 30%. Si el paladín de la izquierda que amenaza con subvertir el régimen establecido hace algo así, ¿qué no haremos los demás, simples pequeñoburgueses, en una situación parecida? Y ahora Echenique amenaza con subir aún más los impuestos. Uf. Menos mal que no soy rico.

viernes, 20 de febrero de 2015

GUERRAS (20/02/2015)

Parece mentira. Después de tantos siglos de matanzas, todavía hay pueblos en Europa con ganas de hacerse la guerra. Yo pensaba que el viejo continente, precisamente por viejo, ya había visto demasiado, pero está claro que no es así. Ucrania se desangra desde hace meses en una espantosa guerra civil y los europeos asistimos al espectáculo por obligación – nos guste o no, pertenecemos a la misma entidad geográfica - y con evidente desagrado. Políticamente la situación es gravísima, como lo atestiguan los esfuerzos diplomáticos emprendidos por Angela Merkel y François Hollande. En lo humanitario, el desastre es colosal: miles de muertos, heridos y desplazados, ciudades enteras destruidas, infraestructuras, industrias laboriosamente levantadas durante generaciones, echadas a perder. Y todo, ¿para qué? Las guerras no solucionan problema alguno, y por el camino crean muchos otros que no existían. Los que las empiezan persiguen un objetivo, y acaban obteniendo siempre el contrario. Por desgracia, estos aprendices de estadistas, estos fracasados que arrastran a sus pueblos al sufrimiento terrible de la guerra, o no han leído jamás un libro de historia, o no han sacado de ella ninguna enseñanza. El problema es que esta gente oye los cañonazos en la lejanía, o no los oye en absoluto, porque viven a cientos o miles de kilómetros del frente. Y así es más fácil dejar que otros se maten. En lugar de reunirse en una hortera suite de Minsk, Merkel y Hollande deberían haber cogido de la oreja a los contendientes, Vladimir Putin a la cabeza, y haberlos arrastrado hasta la primera línea de fuego. Sí, allí donde la metralla mutila a civiles inocentes, allí donde los niños lloran sin consuelo porque sus madres han muerto destrozadas mientras esperaban el autobús. Una semana bastaría. Firmaban la paz por la vía rápida.

viernes, 13 de febrero de 2015

CHICAS (13/02/2015)

A lo mejor tienen que pasar cosas como esta para que entendamos que las cosas han cambiado. A mí me lo cuentan hace quince años y me da un ataque de risa. Me lo cuentan el lunes y sigo sin creérmelo. Hoy soy yo el que lo cuenta y les ruego que me crean. Es martes, 9 de la noche, y como viene ocurriendo desde hace un cuarto de siglo, el glorioso equipo de fútbol sala “Mármoles Gómez”, en el que tengo la inmensa fortuna de militar, se dispone a jugar su partido semanal. Tercera división de la liga de deporte laboral, probablemente la categoría más modesta del fútbol mundial, pero que nadie se equivoque: allí no se regala nada. Como no estés en forma y no tengas unos fundamentos peloteros mínimos, no rascas bola. Ni la hueles. El árbitro está a punto de dar el pitido inicial cuando alguien de los nuestros pronuncia una frase que merecería ser esculpida en mármol: “Oye, allí hay dos chicas”. Así, de primeras, no puedo confirmarlo porque las lentillas me vuelven la mirada algo turbia, pero parece que es cierto: en el equipo rival hay dos chicas vestidas de corto, dispuestas para jugar. Escandalosamente jóvenes. En ese momento, alguien podría haber iniciado con el árbitro una de esas discusiones sobre reglamento que no llevan a ningún sitio, sobre si esto es una competición exclusivamente masculina o algo parecido. Pero no lo hicimos. Nadie dijo nada. El árbitro no dijo nada. Todo el mundo fingió normalidad, a pesar de que aquello no tenía nada de normal. Probablemente, en nuestro yo profundo todos pensamos que era una buena ocasión para exhibirnos, como hacen los machitos de cualquier especie desde que el mundo es mundo; el yo más superficial pensó que era una ocasión perfecta para hincharse a marcar goles. ¿Que qué ocurrió? No finjan. Lo saben. Perdimos. Pero esa es ya otra historia…

viernes, 6 de febrero de 2015

TURMIX ELECTORAL (06/02/2015)

Esta semana se escenificaba en el Palacio de la Moncloa la firma de un nuevo pacto contra el terrorismo entre los líderes de los dos principales partidos. Para los ilusionados partidarios del cambio político, las encuestas anuncian que esta estampa bipartidista tiene los días contados. Sin embargo, la cosa no está tan clara. Me temo que muy pocos se han molestado en traducir las cifras de intención de voto a escaños reales, pasándolas por el turmix de la ley electoral española para ver cómo queda realmente el panorama. Más de uno se puede llevar una sorpresa. Conviene recordar que una de las tendencias más marcadas del sistema electoral para el Congreso de los Diputados, es la de favorecer a los partidos mayoritarios, sobrerrepresentándolos. Es decir, que populares y socialistas suelen obtener un porcentaje de escaños superior al porcentaje de votos obtenido. La culpa principal de esta desviación la tiene el mapa de las circunscripciones electorales en España: muchas provincias pequeñas donde se reparten pocos escaños, y donde el tercer partido en discordia se tiende a quedar fuera de la disputa. Algunos argumentarán que Podemos es ya un partido mayoritario – las encuestas le sitúan incluso por delante del PSOE – y que por tanto no le afectaría esa tendencia de la ley. Cierto, si se confirman las cifras. Pero la ley electoral española tiene otro sesgo muy marcado, y este sí afecta directamente al partido de Pablo Iglesias: el sesgo conservador. Muchos escaños repartidos en muchas provincias pequeñas, poco pobladas y sin grandes núcleos urbanos. ¿Qué caracteriza al votante de esas circunscripciones? El conservadurismo. El “más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer”. Que nadie se lleve a engaño, entonces. El resultado de Podemos en las grandes ciudades podría ser histórico. Pero el batacazo fuera de ellas, también.

LA CASTA Y EL PUEBLO (30/01/2015)

Según Pablo Iglesias, de profesión revolucionario, hijo de revolucionario y orgulloso portador de nombre revolucionario (que para más inri perteneció al fundador del Partido Socialista Obrero Español, que ahora el sucesor quiere zamparse con puño y rosa incluidos), en España gobierna la Casta, que es una forma algo poética de decir los políticos corruptos. La palabra ha hecho fortuna muy lejos de la exótica India y en pleno siglo XXI, pero claro, convenientemente reformulada por el astuto politólogo, que de la gestión de una empresa o de un país quizás no sepa demasiado, pero manejando conceptos de antropología social aplicada es un auténtico crack. Iglesias habla de una Casta, en singular, y no necesita aclarar si es alta, media o baja. Solo hay una y, créanme, sus miembros son auténticos hijos de Belcebú, príncipes del mal, individuos para arrojar al cubo de la basura cuando el escobón de Podemos barra este país. El problema de utilizar un concepto tan sectario en un sistema democrático – ellos o nosotros – viene con la dificultad de ponerle un límite. ¿Dónde acaba la Casta? ¿Todos los partidos políticos son Casta excepto el nuestro? Y el de mi novia, ¿también es Casta? Todas estas preguntas habrán rondado la mente del líder, pero no por mucho tiempo. La antropología social aplicada siempre acude al rescate: más allá de la Casta, está el Pueblo. Y Podemos ha nacido para liberar al Pueblo, de la Casta. Más simple que un botijo. Que un grupo de desconocidos haya sido capaz de fundar un partido político partiendo de la nada, y que esa formación dispute el poder a los partidos tradicionales, me parece algo admirable y sanísimo para una democracia necesitada de reformas como la nuestra. Pero me sobra la retórica totalitaria de Podemos. Porque a las palabras suelen seguir los hechos. Y los hechos que se adivinan no me gustan nada.

ISLAM (23/01/2015)

Una corriente anti-islamista recorre Europa, soterrada, pero perfectamente visible. No se manifiesta en las tribunas públicas, al menos no en España, pero prospera en las redes sociales donde cualquier noticia sangrienta que guarde relación con lo islámico – y por desgracia últimamente abundan mucho – desata a menudo una catarata de reacciones que van subiendo de tono hasta que alguien acaba por condenar a la religión y llamar a defendernos de sus practicantes. Alguien dirá que lo tienen merecido, o más diplomáticamente, que existen razones objetivas que explican esta forma de pensar. Ciertamente, si un par de enajenados no hubieran asesinado a sangre fría a doce personas en la redacción de una revista en París, si un ejército de criminales no se dedicara a degollar cobardemente a inocentes en los desiertos de Irak, o si una banda de locos peligrosos no anduviera ejecutando a miles de pacíficos campesinos en los bosques de Nigeria, en los tres casos dando vivas a Alá y su profeta, es más que probable que no estaríamos hablando de este tema. Por tanto, sí, puede que existan razones que expliquen, pero no que justifiquen. Y la diferencia es esencial. El anti-islamismo es injusto porque toma una parte – el fundamentalismo criminal – por el todo – la comunidad de creyentes. Muchos en occidente acusan a ésta de pasividad, de no hacer lo suficiente para extirpar el tumor maligno del fanatismo. ¿Cómo lo saben? ¿Visitan con frecuencia las mezquitas árabes, africanas o del Asia Central? ¿A cuántos musulmanes conocen? ¿Hablan con ellos? No saben, no, ninguno, jamás. Sus fuentes de información suelen ser periódicos digitales de fortuna, que buscan excitar las pasiones más bajas del lector. El resultado es el esperable: exabruptos, radicalismo y falta de reflexión. Un estado de ánimo que se parece demasiado al que quieren combatir.