Han puesto la política española patas arriba. La
sociedad española se desayunaba el lunes pasado con la sorprendente noticia de
que el partido Podemos, constituido hace apenas unos meses, había logrado 5 diputados
europeos y casi el 8% de los votos. Cierto es que la abstención fue abrumadora
- el 65% - y no menos cierto que las elecciones al Parlamento Europeo han sido
tradicionalmente utilizadas por el votante para dar un toque de atención a los
gobiernos. Pero esta realidad no basta para explicar lo ocurrido. Los
resultados electorales del domingo constituyen un terremoto político en toda
regla, y así lo deben entender las dos formaciones políticas mayoritarias;
populares y socialistas han perdido cinco millones de votos respecto a las
europeas de 2009. Por su parte, los partidos minoritarios
"oficiales", Izquierda Unida y UPyD, han visto desconcertados como
este movimiento de origen asambleario y callejero se ha incrustado entre ellos
y amenaza con robarles los apoyos que tanto esfuerzo les ha costado reunir.
¿Qué es Podemos y hasta dónde puede llegar esta recién nacida fuerza política?
Sobre su adscripción ideológica no quedan muchas dudas: Podemos es un
movimiento de izquierdas empezando por el nombre de su líder, Pablo Iglesias, famoso
por su participación en tertulias televisivas. Izquierda radical con un fuerte
aroma antisistema, que diagnostica los problemas con una franqueza que conecta
con los sectores más cabreados de la sociedad y que propone un catálogo de
soluciones que hacen tabla rasa con todo lo conocido hasta ahora. A Podemos no
le vale la Constitución, ni la clase política, ni el sistema económico, ni
prácticamente nada. Reniega de la reforma y suspira por la revolución. Les han
calificado de frikis. Grave error. Más valdría que algunos empezaran a ponerse
las pilas.
viernes, 30 de mayo de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
CAÑETE (23/05/2014)
Miguel Arias Cañete, candidato del Partido Popular
en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, se ha metido en el mayor lío
de toda su carrera. Sus increíbles declaraciones - en las que afirmaba que debatir
con una mujer era complicado ya que demostrar superioridad intelectual ante ella
podía ser tachado de machismo - han puesto la campaña electoral patas arriba y,
tras cinco días de silencio en los que el escándalo no ha dejado de crecer, se
ha visto obligado a pedir disculpas. Bueno, hasta donde su orgullo se lo ha
permitido; en lugar de reconocer que sus palabras eran ofensivas y que, por
tanto, han ofendido necesariamente a alguien, ha empleado esa fórmula tramposa
en condicional que traslada parte de la responsabilidad a la víctima: "si
he ofendido a alguien, pido perdón". ¿Pero todavía le queda alguna duda después
de la que ha montado? Cierto es que la polvareda ha sido generosamente aventada
por el Partido Socialista, que ha aprovechado la torpísima salida del
ex-ministro para llevar la campaña electoral al terreno de la igualdad y los
derechos de las mujeres, que es donde su candidata se siente más cómoda. Ya se
sabe, el clásico discurso político de altos vuelos en el que la izquierda es
buena, progresista y solo piensa en los demás, mientras que la derecha es
egoísta y esencialmente mala. Las declaraciones de Cañete apestan a machismo,
sin duda. Pero sospecho que en eso se diferencia poco de muchos hombres de su
generación. El machismo está inoculado en la sociedad española desde hace
milenios y tardará en desaparecer definitivamente de nuestros cerebros. Lo más
preocupante, en mi opinión, es su increíble torpeza, su vanidad y la
incapacidad para reconocer el error. Ha sido el cansancio, se justifica el
candidato. Se acepta. Pero que alguien le obligue a descansar. Con urgencia.
viernes, 16 de mayo de 2014
BOKO HARAM (16/05/2014)
Llevan cinco años sembrando el terror en el norte
de Nigeria, el país más poblado de Africa. Boko Haram es un grupo de ideología
yihadista que practica una violencia extrema y que aspira a crear un estado
islámico en el corazón del continente. Podrían haber continuado con sus
fechorías bastantes años más sin que la opinión pública mundial les prestase
demasiada atención, pero el pasado 14 de abril tuvieron la ocurrencia de
secuestrar a más de 200 niñas en una escuela de Chibok, en el norte del país.
Error estratégico que van a pagar muy caro. De forma espontánea, las redes
sociales comenzaron a hacerse eco del suceso y en pocos días el asunto se había
convertido en trending topic a escala mundial. Celebridades de todo tipo,
comenzando por la primera dama estadounidense Michelle Obama, empezaron a
fotografiarse junto a la etiqueta de Twitter #BringBackOurGirls (devuélvannos a
nuestras niñas) y los medios de comunicación de los cinco continentes se
llenaron con sus famosos rostros. A consecuencia de la reacción popular
internacional, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Israel y China han puesto
a disposición del presidente nigeriano sus servicios de inteligencia para
resolver el caso y liberar a las niñas. Este grupo de desalmados podría caer en
la tentación de sentirse importante pero no creo que sean tan estúpidos: deben
estar sintiendo ya el aliento de los mejores sabuesos del mundo sobre sus
nucas. Tratando de distraer la atención, 400 guerrilleros de Boko Haram
atacaron hace una semana la ciudad de Gamboru, matando a 375 civiles inocentes.
Todo fue inútil. El mundo ignoró la noticia y la campaña en favor de las niñas
continuó. Creo que ya han empezado a entender su error. En la era de Twitter,
las emociones pueden cambiarlo todo. Espero que también puedan acabar con
ellos.
viernes, 9 de mayo de 2014
PIXELIZADOS (09/05/2014)
De un tiempo a esta parte, los hijos menores de
edad de los famosos ya no pueden enseñar el rostro en televisión. Tienen que
aparecer pixelizados, irreconocibles, para proteger su sacrosanto derecho a la
intimidad. En algunos casos, la medida parece lógica: si tus padres son unos
destalentados sin remedio, mejor será que tus compañeros de guardería no te
relacionen con ellos. En otros, se roza el absurdo en una ridícula competición
por ver quién es más políticamente correcto. Hoy hay que pixelizar a los niños
para protegerlos, evitar exponerlos a la visión de cualquier comportamiento
violento, sexista, antisocial, introducirles en una burbuja con sus maquinitas
para que molesten lo menos posible. Vivimos en una época de sobreprotección de
la infancia con un paradójico déficit de educación; exactamente lo contrario a
lo que ocurría hace una o dos generaciones. La mía aprendió a leer con los
álbumes de Tintín donde aparecía un personaje llamado Capitán Haddock con una
desmedida afición al whisky que hoy haría poner el grito en el cielo a los
defensores del menor. O los de Axterix, donde el bardo acababa siempre atado de
pies y manos en una execrable muestra de comportamiento intolerante y de
marginación al diferente... Cualquier tiempo pasado no fue mejor, que conste.
La educación de los niños de hoy tiene aspectos muy positivos que han supuesto
un avance indiscutible frente a la de tiempos pasados. Los niños y niñas del
siglo XXI son más libres, más igualitarios, tienen más iniciativa y se han
librado en gran medida de una educación religiosa retrógrada y basada en el
miedo. Que no es poco. Ahora solo faltaría que dedicáramos un poco más tiempo a
educarlos. Para que cuando pudieran mostrar su rostro a la cámara, debajo de
los píxeles aparecieran siempre personas responsables y honestas.
viernes, 2 de mayo de 2014
INCOMPRENDIDOS (02/05/2014)
La política es una de las carreras profesionales
más sacrificadas e incomprendidas que existen. Mientras el pueblo piensa que
ser político, en el mejor de los casos, se reduce a vivir muy bien acumulando
sueldos y prebendas, la realidad es bastante más oscura. Puede que sus
pensiones sean las más jugosas del orbe público y que el menú subvencionado en
los restaurantes de las sedes parlamentarias sea más barato que el de un
comedor de párvulos, pero detrás de esa vida aparentemente regalada se esconden
dolorosos sacrificios. Y no me estoy refiriendo a cuando se ocupa un cargo
público y el político debe dedicarle ingentes cantidades de tiempo y esfuerzo.
El verdadero sacrificio viene cuando no lo ocupa y se enfrenta a sus enemigos
desde la oposición. Es entonces cuando el político se ve obligado a renunciar a
la objetividad, a la nobleza y, en casos extremos, a la decencia. Tomemos la
situación del Partido Socialista en la actualidad; la mejora de los índices
económicos, los comienzos de una incipiente recuperación son un golpe mortal a
sus esperanzas de recuperar terreno electoral frente a los populares. ¿Cómo
podrían congratularse de ello? No pueden. Su obligación es negarlo, matizarlo o
ponerlo en duda. Porque, más allá de situaciones de emergencia nacional, la
misión de un partido político no consiste en construir un país mejor, así, a
secas; se trata de construir un país mejor... pero gobernando ellos. A ese
objetivo se subordina todo lo demás. Y debe ser así porque, en democracia, el
partido opositor es el recambio gubernamental que vigila de cerca a los que
ejercen el poder para que no abusen de él. No puede ser complaciente. Tiene que
ver siempre la botella medio vacía. Un rol muy alejado del idealismo con que se
asocia al oficio. Erróneamente. Para ser político, no vale cualquiera.
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