Sorprendo a mi amigo Pablo Marín, excelso
guitarrista, economista y alpinista, enfrascado en sus compras navideñas. No me
lo encuentro por la calle cargado de bolsas, exhalando vaho por la boca y con
un impertinente soniquete de villancicos de fondo tratando de arruinar nuestra
conversación. La charla es telefónica porque Pablo está frente a su ordenador,
navegando pacíficamente por internet. Como buen músico, Pablo conoce bien todas
las tiendas online del sector, pero me aventuro a recomendarle una web alemana
con precios muy interesantes. Su respuesta me deja descolocado: si la
diferencia de precio no es escandalosamente grande, prefiere comprar en tiendas
españolas. “Por un ahorro de 15 euros no me compensa hacer todavía más rico a
un empresario alemán”. Tengo que aclarar, para explicar mi sorpresa, que mi
amigo no vota a partidos de derechas y que no suele sacar la bandera al balcón
cada 12 de octubre. “¡Pero tú eres un patriota!”, exclamo al otro lado del
teléfono. Pablo protesta suavemente y no se lo reprocho: el término “patriota”
no se cotiza demasiado al alza en los últimos tiempos. “No se trata de
patriotismo. Simplemente, si no apoyamos a las empresas españolas, contribuimos
a descapitalizar el país.” Aquí ha salido el Pablo Marín economista, y no le
falta razón. No tiene mucho sentido que nos pasemos la vida hablando de la tasa
de paro y del crecimiento del PIB como cifras que marcan nuestro destino como
sociedad, y que luego, a la hora de consumir, nos convirtamos en apátridas, en
listillos que buscan el ahorro de unos pocos euros sin tener en cuenta nada
más. La situación de nuestra propia economía, por ejemplo; o que el país de
origen del producto sea una dictadura despreciable. A partir de hoy, me
propongo ser un consumidor más responsable. Y de paso, un patriota mejor.
viernes, 19 de diciembre de 2014
sábado, 13 de diciembre de 2014
TIEMPOS DE CAMBIO (12/12/2014)
Vivimos tiempos de cambio. Muchos hablan de que hemos
iniciado una nueva Transición, pero a diferencia de la primera, donde todo el
mundo sabía hacia dónde queríamos ir, en esta andamos algo perdidos. Todos los
partidos quieren cambiar algo, pero a ciencia cierta no saben el qué. El
gobierno del Partido Popular quiere cambiar de maquillaje. Un nuevo ministro
por acá – su anterior titular ha dimitido por corrupción – una campaña
cosmética de transparencia por allá, y a ver si las encuestas empiezan a
remontar. El Partido Socialista está empeñado en cambiar la Constitución. A día
de hoy no sabemos exactamente en qué, pero al parecer las palabras mágicas
“Estado federal” van a resolver todos nuestros problemas. Luego están Pablo
Iglesias y compañía. Aquí el problema no consiste en saber qué quieren cambiar
sino todo lo contrario: ignoramos qué quieren dejar después de pasar el rodillo
revolucionario y bolivariano por la democracia española. Izquierda Unida ya no
aspira a cambiar nada y se conforma con despertar; despertar de la pesadilla de
un partido político salido de la nada que amenaza con quitarle la clientela y
condenarle a la extinción. Los nacionalistas... en fin, para qué seguir. ¿Y qué
quiere el sufrido ciudadano? No pide demasiado, el pobre. El ciudadano se
conforma con tener a alguien decente a quien votar cada cuatro años, que
represente sus ideas políticas y que tenga alguna posibilidad real de llegar a
gobernar. Y lo tiene realmente crudo. Porque vivimos en una partitocracia
secuestrada por una ley electoral injusta e ineficiente, y mientras esta no
cambie, nada podrá cambiar. El sistema de partidos es como un gran charco de
agua estancada. Por favor, que alguien tire de la cadena, a ver si desagua toda
la mierda. Porque el olor empieza a ser insoportable.
domingo, 7 de diciembre de 2014
Ctrl + Z (05/12/2014)
Odio las infusiones con azúcar. Eché dos cucharadas en la
taza pensando que era café y mi mente ordenó a la mano izquierda acudir rauda a
las teclas Ctrl + Z para deshacer el entuerto. El problema es que estaba en
medio de la cocina y no frente a una pantalla de ordenador, y mis dedos
teclearon ridículamente el vacío. Si mi mujer me hubiera visto, le habría dicho
que estaba recordando una bonita sonata de Chopin. Para no preocuparla, vamos.
Esta anécdota real prueba dos cosas: primera, que quizás me esté volviendo un
poco majareta; y dos, que la informática está cambiando nuestra forma de
percibir e interactuar con la realidad. Y eso que esta tecnología está todavía
en fase primitiva. ¿Se imaginan lo que ocurrirá dentro de unos años cuando
todos vayamos con nuestras gafas de realidad virtual? Que ya no sabremos si nos
estamos preparando una valeriana o si estamos dentro de un anuncio de cocinas
que no hemos podido evitar porque no tenemos contratada la versión de pago...
Al hilo de estas disquisiciones, ha levantado mucho revuelo esta semana la
noticia de que los colegios de Finlandia, cuyo modelo educativo es la envidia
de toda Europa, va a sustituir la caligrafía por la mecanografía como
asignatura obligatoria en su programa. Sí, la medida parece algo radical pero
no falta de argumentos. Porque la escritura manual se está quedando para
apuntar teléfonos – cuando no puedes utilizar el tuyo porque estás hablando – y
para hacer la lista de la compra. Esta gigantesca revolución tecnológica lo
cambia todo. Nuestra forma de elaborar las ideas, ordenarlas, memorizarlas o
incluso redactarlas. Estoy seguro de que hasta la propia estructura física de
nuestro cerebro está cambiando por el fenómeno de teclear. En todo caso, no se
preocupen. Siempre nos quedarán esas teclas mágicas. Ctrl + Z.
EL TREPA (28/11/2014)
Ascender, mejorar social y profesionalmente, es la
aspiración legítima y honesta de cualquier persona. La diferencia con el trepa
es que este tiene mucha prisa en conseguirlo y utiliza la adulación o la exageración
de sus méritos para atajar por el camino. El trepa no persigue necesariamente
la desgracia ajena – su principal preocupación es él mismo – pero su promoción
le lleva a menudo a ocupar el puesto de otros candidatos mejor preparados,
porque han pasado por la formación y cumplido los plazos para alcanzarlo. Así
se gana el desprecio de sus semejantes. En las últimas semanas ha saltado a la
palestra pública un personaje inclasificable, conocido como “el pequeño
Nicolás”, que es probablemente la versión más sofisticada de trepa que haya
existido nunca. Este jovenzuelo de veinte años, sin oficio ni beneficio
conocidos, ha protagonizado uno de los casos más insólitos de ascenso social de
la historia de España, lo que es mucho decir en esta tierra pródiga en validos,
enchufados y encaprichamientos de todo tipo. Del pupitre del colegio a alternar
con la élite política – casa real, ex-presidentes, ministros, alcaldes – y
ocuparse de algunos de los dossieres más sensibles de la actualidad, como la
imputación de la Infanta o el problema catalán. Claro, todo esto según su
increíble versión, protegida por el secreto sumarial del proceso que se
instruye contra él por varios delitos, entre ellos el de usurpación de
identidad. Algunos le diagnostican megalomanía y delirios de personalidad.
Otros le acusan de ser un simple estafador. Después de ver su entrevista en
televisión y comprobar su extraordinario aplomo, reconozco que no sé con qué
quedarme. Ya no sé si trabaja para el CNI o si intercambia guachaps con el rey
Juan Carlos. Solo tengo una cosa clara: no es un trepa cualquiera. Es el
campeón del mundo de todos los trepas.
LOTERÍA NAVIDEÑA (21/11/2014)
El anuncio de la lotería de Navidad del año pasado, con
Raphael haciendo juegos de muñeca y Monserrat Caballé provocando más miedo que
otra cosa, nos metió en un agujero del espacio-tiempo del que había que salir a
toda costa. Los creativos publicitarios encargados este año lo tenían claro:
dejar a las estrellas mediáticas para el champán y volver a poner los pies en
el suelo, en la calle, porque a fin de cuentas es allí donde viven los que
sueñan con que el Gordo les cambie la vida. Hay que reconocer que han dado en
el clavo. El anuncio se abre con la estampa de un hombre doliente, que se
lamenta de su mala suerte. “¡Para una vez que no compro!” Empezamos a sospechar
por donde van los tiros. Su comprensiva mujer, en lugar de darle un sartenazo
en la cabeza, le empuja cariñosamente a bajar a felicitar a alguien. ¿A quién?
No lo sabemos pero la sospecha empieza a convertirse en una certidumbre
insoportable. El hombre atraviesa como alma en pena la desolada estepa
navideña, nevada, como Dios manda, hasta llegar al bar de Antonio. En efecto,
la peor pesadilla del individuo español de clase media que no sabe si seguirá
teniendo trabajo el año que viene, acaba por consumarse: ha tocado el Gordo en
su bar de toda la vida, en ese donde el camarero le conoce por el nombre, y él
no ha comprado su décimo. “Todos celebran los millones menos yo, maldita sea mi
suerte”, parece pensar el protagonista con cara de ecce homo. No contentos con
atizar los más profundos miedos del hombre moderno, los guionistas llegan al
climax del spot tratando de tocar la fibra sentimental del espectador. ¡Y lo
consiguen, los bastardos! Apuesto a que la venta de lotería va a superar todos
los récords este año. Porque después de secarnos las lágrimas vamos a ir todos
corriendo a por nuestro décimo. Porque este magnífico anuncio no se lo cree
nadie.
JUNCKER (14/11/2014)
Dos semanas después de tomar posesión de su cargo como
presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker está contra las cuerdas.
Una investigación periodística ha revelado que Luxemburgo pactó con cientos de
poderosas multinacionales acuerdos fiscales a la carta, mientras Juncker era
jefe de gobierno y ministro de finanzas del Principado. Empresas como Pepsi,
Ikea o Deutsche Bank, lograban reducir el tipo del impuesto de sociedades al
2%, frente al 28% que rige oficialmente en Luxemburgo o al 21% de la media
europea. Es imposible que el político más poderoso del país durante casi dos
décadas no supiera nada del asunto. Juncker no tiene intención de dimitir pero
desde el Parlamento Europeo piden su cabeza en una bandeja. Quizá la edad me
esté volviendo un cínico sin remedio, pero creo que es un error. ¿No es Jean
Claude Juncker un pillo? Sin duda. Pero para encabezar el órgano ejecutivo más
importante de la Unión Europea prefiero a alguien como él, experimentado
conocedor de las triquiñuelas de la alta política, que a un idealista
atiborrado de buenas intenciones. El quid de la cuestión está en decidir si el
luxemburgués es digno de confianza y estoy convencido de que es así. En estos
momentos defiende nuestros intereses, los de todos los europeos, y si eso
implica ir en contra de medidas que defendió en el pasado, lo hará sin
pestañear. De momento ya ha prometido que trabajará por la armonización fiscal
europea y para acabar con la competencia desleal que practican en este terreno,
no solo Luxemburgo, sino también Holanda e Irlanda. Si supera el escándalo, es
muy posible que hasta se nos vuelva algo más idealista. Que desde su nuevo
puesto comprenda que lo legal no siempre es lo más justo. Entonces Juncker se
habrá convertido en el gobernante perfecto.
POR LA BOCA MUERE EL PEZ (07/11/2014)
Las últimas encuestas sobre intención de voto, que dan a
Podemos un ascenso casi prodigioso, han puesto a la clase política de los
nervios. El CIS parece compartir esa inquietud: no ha incluido a Pablo Iglesias
en su encuesta de valoración de líderes políticos con el peregrino argumento de
que no tiene representación parlamentaria. No es la única maniobra contra la
cabeza visible de Podemos que hemos visto últimamente. Los informativos de Antena
3 recurrieron directamente a la manipulación al editar torticeramente una
entrevista y poner en su boca cosas que jamás quiso decir. “La televisión le ha
aupado y la televisión le hará caer”, parecen pensar algunos. No les falta
razón. El error – y la inmoralidad – consiste en recurrir a la mentira para
conseguirlo. Una mentira que resulta innecesaria. El éxito de Pablo Iglesias es
consecuencia de su innegable talento político, pero también de un nuevo modelo
televisivo, descentralizado y viral, que viaja por internet casi sin
limitaciones. El joven profesor ha hablado, conferenciado y polemizado tanto en
estos nuevos medios, que cabría pensar que hay varios coletas por ahí,
sembrando el evangelio de la próxima revolución. Pero claro, tanta verborrea, por
mucha listeza que se tenga, acaba volviéndose contra uno. Estoy convencido de
que el techo electoral de Podemos ya está fijado, no por lo que diga su líder a
partir de ahora - que a buen seguro se encaminará hacia la moderación - sino
por lo que ya ha dicho. El catálogo
de barbaridades que han salido por boca del camarada Pablo en los últimos años
es tan completo, que valdría para acabar con la carrera política de cinco o
seis como él. Y seguro que saldrán a la luz muchas más. La mayoría de los
españoles todavía no las conoce, pese a que circulan ampliamente por internet. Ya se encargará alguien de que eso cambie.
INSUMERGIBLES (31/10/2014)
En tiempos de bonanza económica abundaban las entidades
que se creían insumergibles. Con la agudeza propia del armador del Titanic, sus
gestores pensaban que era posible gastar ilimitadamente, porque la estructura
del barco lo aguantaría todo antes de hundirse. Tómese, por ejemplo, los clubs
de fútbol. Hasta hace poco se pensaba que eran eternos, porque representaban a
una ciudad y debían ser sostenidos, perdonadas sus deudas y reflotados, cada
vez que el presidente de turno los llevase al borde del abismo. Que se lo digan
ahora a la Unión Deportiva Salamanca, club fundado en 1923 y disuelto por
resolución judicial el año pasado. Las cajas de ahorros son otro buen ejemplo.
Casi 40 entidades financieras de este tipo han desaparecido en los últimos
años, víctimas de fusiones y liquidaciones. En este caso, en lugar de fichar a
jugadores carísimos que nunca marcaban goles, muchos de sus directivos se
dedicaban a proveerse de planes de pensiones millonarios, de tarjetas black, o
a otorgar créditos de dudosísimo cobro que han llevado a estas
bienintencionadas instituciones a la ruina caracolera. La lista de las
compañías presuntamente insumergibles continuaba con las aerolíneas de bandera,
las televisiones públicas, los astilleros... Todas compartían la misma falsa
creencia: que alguna administración pública acudiría siempre a lanzarles un
salvavidas cuando el agua les llegara al cuello. No puede haber un concepto más
nefasto para la gestión de una empresa ni más apropiado para atraer a gestores
corruptos. El estado, lo público, son los únicos entes verdaderamente
insumergibles, y de la manera de gobernarlos depende la categoría de un país.
De primera división, o de tercera. Es responsabilidad fundamental de los políticos,
pero también de los ciudadanos. Para algo existen las elecciones cada cuatro
años.
sábado, 18 de octubre de 2014
EL PLÁTANO (17/10/2014)
Siempre he pelado los plátanos desde el tallo, es decir,
desde la parte que se une al resto del racimo, y siempre he pensado que todo el
mundo lo hacía igual. Hasta ayer. Djeneba, mi amiga maliense de visita estos
días en España, me vio luchar con el tallo rebelde de un plátano que se
resistía a romperse, y me preguntó en qué consistía el juego. “¿Tú qué crees?
Estoy pelando un plátano”, contesté con sorna, creyendo que se burlaba de mi
torpeza. “¿Y por qué no lo haces bien?”. Cogió el plátano, le dio la vuelta y
lo peló desde la base con sorprendente rapidez. “Aquí no lo hacemos así”,
repliqué con una mezcla de suficiencia y cara de tonto. “De hecho, jamás había
visto a alguien hacerlo como tú”. “Te digo lo mismo”, contestó. “En Africa,
estoy segura de que absolutamente nadie lo hace así”. La diferencia cultural
estaba servida. A lo mejor se trataba de un tema menor, casi ridículo, pero de
pronto noté que mi ánimo se encogía al advertir que estaba solo en aquella
cocina alicatada hasta el techo y rodeado de una obscena cantidad de
electrodomésticos, como único representante de la civilización occidental,
vieja y magnífica, pero también arrogante y colonialista con los pueblos
“inferiores” cuando se propone explotarlos y sacar tajada. Aquello apestaba a
derrota. Si un milagro no lo impedía, iba a quedar en evidencia delante de una
joven africana a la que llevaba una semana apabullando con las excelencias de
mi país... ¡por culpa de un plátano! “¿Te convences de que mi sistema es
mejor?” Djeneba saboreaba ya la victoria. Por un instante tuve la tentación de
cambiar bruscamente de tema y explicarle que el aparato donde calentábamos la
leche no era un horno normal, sino un aparato que emitía unas ondas electromagnéticas
de 2,45 GHz... Desistí. Solo quedaba perder con dignidad. “Sí, Djeneba, tu sistema es mejor”.
viernes, 10 de octubre de 2014
SINVERGÜENZAS (09/10/2014)
Hay varias clases de vergüenza. La más elemental, la que
se asocia a la timidez, es un sentimiento al que es difícil encontrarle una
utilidad. Desconozco qué misteriosa aportación ha hecho a la evolución de la
especie humana y cómo ha ayudado a aumentar nuestra capacidad de supervivencia.
A lo mejor, de puro inútil, la vergüenza de los tímidos está llamada a la
extinción. No estaría nada mal. Pero hay una segunda clase de vergüenza, y a
esta es mucho más fácil encontrarle el sentido. Consiste en el malestar que
experimentamos al realizar a sabiendas una acción injusta o en perjuicio de los
demás, apropiándonos de aquello que no nos corresponde, por ejemplo, o pasando
por encima de los derechos de otros. Que exista este segundo tipo de vergüenza
es algo socialmente muy deseable. Más allá de que existan unas fuerzas de orden
público que persigan a los delincuentes, que los ciudadanos tengan algo de esa
vergüenza actúa como un sano profiláctico contra el humanísimo instinto de
acaparar y de hacer lo que a cada uno le venga en gana. Pero enseguida surge un
problema: no todos los individuos experimentan la misma cantidad de vergüenza.
De hecho, hay algunos que carecen completamente de ella. Con un ejemplo se ve
más claro: el que preside una entidad con unos fines declarados de utilidad
social y se pone un sueldo injustificado de 3´5 millones de euros anuales, y
luego encima unas tarjetas para gastar lo que se le antoje, fuera del control
de la hacienda pública, es evidente que sufre de una ausencia absoluta de este
benemérito sentimiento. Para desgracia de la sociedad – y también del erario
público - una parte importante del sector de las cajas de ahorro en España
estaba gobernada por esta clase de individuos. Que no tienen vergüenza ni la
han conocido. Por unos sinvergüenzas.
lunes, 6 de octubre de 2014
EL CLUB DE LAS MALAS MADRES (02/10/2014)
La idea procede del mundo anglosajón y en España ha
triunfado con rapidez. El Club de las Malas Madres es un blog fundado por una
creativa publicitaria madrileña, que reivindica el derecho de las progenitoras
a no ser perfectas, a tener “pensamientos impuros de mala madre” tales como
“ojalá se inventaran los campamentos de otoño, de invierno, de primavera...
¡Queremos echaros de menos, hijos!”. O “rezar para que llueva... y no tener que
bajar con los niños al parque”. El blog se nutre de un sano humor aplicado a
los muchos momentos de culpabilidad y
agotamiento que deben soportar las madres de hoy en la crianza de sus hijos,
pero debajo del desenfado late una necesidad profunda de exteriorizar
sentimientos y experiencias, y de sentirse mejor al compartirlas. Porque las
madres están cargadas de razones. La perversa sociedad actual ha conservado
parte de los roles del pasado – las madres tradicionales, infatigables, que lo
sacrificaban todo por su prole – y les ha sumado unas exigencias laborales que
ponen a las mamás en situaciones cotidianas que rozan el surrealismo puro.
Aclaro, para quien no ha reparado en mi firma, que no soy madre. Más bien soy
ese padre “que por las noches es sordo como una tapia”, o quien,
estadísticamente, es casi imposible que “acabe echando el body en la basura y
el pañal a la lavadora”. Mi hijo tiene dos meses de vida y en estos momentos
soy como ese actor secundario que trata de no hundir la función y recordar su
frase cuando le toca. Que aguarda – con cierto temor – a que llegue el momento
de transformar el cochecito-bebé en silla de paseo, y tenga que dar un paso al
frente para manipular el diabólico artefacto. Sospecho que eso también lo
acabará haciendo mi señora. Que no sé si algún día se sentirá una “mala madre”.
Pero delante de ella me quito el sombrero.
CAJAL Y KÜLLIKER (26/09/2014)
Se cumplen 80 años de la muerte de Santiago Ramón y Cajal,
premio Nobel de medicina y el más grande científico español de todos los
tiempos. Pese al indiscutible progreso que ha experimentado este país en el
terreno de la investigación, la figura del histólogo aragonés sigue habitando
las cimas de la ciencia patria sin demasiada compañía. Decía Ortega y Gasset
que el caso de Ramón y Cajal era una vergüenza para España y no un orgullo,
porque era absolutamente excepcional. Como ven, Ortega, además de un pensador
brillante, era un cenizo también excepcional. Yo prefiero apuntarme al
optimismo porque estoy convencido de que otros premios Nobel españoles
llegarán, tarde o temprano, y porque prefiero recordar al maestro Cajal con ese
orgullo que al filósofo faltó. Uno de mis pasajes favoritos de su vida es el
del congreso de Berlín de 1889. Cajal es un absoluto desconocido que viaja a
Alemania en un vagón de tercera, sin invitación, para presentarse ante la plana
mayor de la ciencia europea y demostrarles que están en un error y que el
cerebro humano se compone, no de una retícula, sino de unas células nerviosas
llamadas neuronas. Allí se encuentra con Albert von Külliker. El histólogo
suizo es una eminencia mundial en la disciplina, pero también una persona de
una calidad fuera de lo común. Es capaz de tragarse el orgullo herido y de
rectificar sus convicciones para unirse a las de Cajal, a quien protegerá en lo
sucesivo. De golpe, ese españolito algo impertinente es uno más. Se le escucha,
se le publica y, finalmente, se le reverencia. ¿Hubiera triunfado Cajal sin la
intervención de Külliker? Vista la voluntad de acero que gastaba el aragonés es
más que probable. El suizo murió en 1905 sin lograr el Nobel. Al año siguiente,
Cajal lo recibió. Una trocito de ese premio pertenece a Külliker.
viernes, 19 de septiembre de 2014
ESCOCIA, EL DÍA DESPUÉS (19/09/2014)
Cuando lean estas líneas, Escocia ya habrá decidido
su destino. Si los independentistas han ganado, el lector tiene mi permiso para
correr al supermercado a hacer acopio de latas de fabada, patatas y otros
productos básicos no perecederos antes de que se acaben. De acuerdo, a lo mejor
estoy exagerando, pero es innegable que Europa entraría en un territorio
inexplorado, lleno de incertidumbres. Para el caso de que el separatismo haya
sido derrotado – y estoy convencido de que así será – estamos algo menos
perdidos: tenemos el precedente de la provincia canadiense de Quebec, que no
solo celebró un referéndum sino dos, en 1980 y 1995, perdidos ambos por la
causa de la secesión. El último por el estrechísimo margen de 50´58 a 49´42.
¿Qué ha ocurrido en Canadá desde entonces? Que cada una de las partes continúa
en sus trece. El gobierno de Quebec tiene la facultad de convocar un referéndum
sin contar con el gobierno central, y volverá a hacerlo cualquier año de estos.
La Constitución española no permite a un gobierno autonómico convocar una
consulta, y respecto a lo de pactarla como han hecho los británicos, nuestro
galleguísimo presidente de gobierno no quiere ni oír hablar. Personalmente,
creo que es una posición débil y poco realista. Por poquísimo que me guste el
independentismo – aproximadamente como un dolor de muelas – parece difícil
resistirse a que los catalanes voten, si así lo quieren mayoritariamente. Más
nos valdría aceptarlo y aprovechar el tiempo en establecer unas normas de juego
razonables. Que eviten dejar la redacción de la pregunta en manos de los
nacionalistas -porque no la entenderá nadie- o que exijan una mayoría
reforzada, de más del 50´01%, para una cuestión tan decisiva. ¿Demasiado
civilizado para un país como España? Desgraciadamente, sospecho que sí.
lunes, 15 de septiembre de 2014
VUELTA AL COLE (12/09/2014)
Casi todos los niños están deseando volver al
colegio en el mes de septiembre, después de un largo verano. Los adolescentes
también, aunque les cueste más reconocerlo. En los próximos días, unos y otros
disfrutarán de la agradable sensación de que el curso escolar es una hoja en
blanco, porque todos parten de la línea de salida limpios de toda mancha y con
los mejores propósitos. Apenas se habla de notas o calificaciones, y los dedos
acusadores solo se levantan contra las autoridades educativas por no haber
acabado a tiempo las obras de un colegio o por haber reducido el personal
docente a causa de los recortes presupuestarios. A medida que pasen las semanas
y los meses, las cosas cambiarán. Los profesores avanzarán en la explicación de
sus materias, complicándolas progresivamente, y llegarán los primeros exámenes.
Los libros habrán perdido ya su olor a imprenta y la melancolía del otoño
marcará una vez más la vuelta al inexorable orden de las cosas escolares: los
sobresalientes y los suspensos; los alumnos brillantes y los perezosos. Luego
vendrá el informe PISA con sus implacables ránkings que nos sacarán los
colores, y nos preguntaremos una vez más qué tipo de modelo educativo queremos
para nuestros hijos. Eterno debate. Estos días ha aparecido en los medios que
en algunas regiones de Corea del Sur, las autoridades obligarán a cerrar las
academias privadas a partir de la medianoche para hacer que los alumnos dejen
de estudiar. Su obsesión competitiva les ha llevado a ser los más aplicados del
informe PISA pero con la tasa de suicidios más alta del mundo. Al parecer, no
es oro todo lo que reluce en los ránkings. Por suerte, aquí nadie pierde la
vida por estudiar demasiado. El sol calienta todavía y los cuadernos están en
blanco. Qué bonita es la vuelta al cole.
EL DISPARATE (05/09/2014)
La independencia de Cataluña es un disparate
histórico, económico, y hasta moral. Lo primero, porque supone la ruptura de
una unión política que, en el caso de Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares, por
ejemplo, se remonta al lejanísimo siglo XIII. Con los matices que se quieran,
de la misma agua que ha pasado bajo el puente en estos siglos hemos bebido
todos, nos quitamos el sudor del trabajo con ella, o limpiamos la sangre del
filo de nuestras espadas cuando tuvimos la mala idea de desenvainarlas, a
menudo y por desgracia, los unos contra los otros. La independencia de Cataluña
es un disparate económico, porque supondría un empobrecimiento instantáneo del
nuevo país que vería los mercados naturales de sus productos protegidos por
aranceles, y las posibilidades de financiar su gigantesca deuda reducidas a
cero. Y sería un disparate moral, porque separaría emocionalmente a millones de
personas que hoy están unidas, aún en la rivalidad, para sumirlas en un
divorcio doloroso, a cara de perro, del que no se repondrían en varias
generaciones. Esta es la realidad. A los políticos nacionalistas catalanes no
les gusta oírla, lógicamente, y a estos argumentos oponen otros. Algunos
respetables y otros no tanto. Después de salir a la luz los delitos fiscales
del ex-honorable Jordi Pujol, president de la Generalitat durante 23 años y
reconocido padre de la patria catalana, no hace falta ser una lumbrera para
advertir la coincidencia de la deriva separatista de su partido, la otrora
moderada y posibilista Convergencia Democrática de Cataluña, con el progresivo
cerco judicial a los negocios de la familia del fundador. Una tomadura de pelo
a escala nacional, y nunca mejor dicho. Un intento de manipulación que pasará a
los libros de historia. Un colofón digno del mejor disparate.
viernes, 29 de agosto de 2014
PREGUNTEN A LOS NORUEGOS (29/08/2014)
Los noruegos no atan a los perros con longaniza,
pero podrían hacerlo. El fondo de inversiones de propiedad estatal adonde van a
parar los pingües beneficios derivados de la extracción de gas y petróleo,
posee el 1% de las acciones de todo el mundo y no deja de crecer. Si el
gobierno decidiera un día liquidarlo, el reparto de las ganancias permitiría a
cada ciudadano noruego comprarse un piso. Pero no lo hará. Porque en Noruega ya
piensan en el día después del maná petrolero y se practica más el ahorro que la
ostentación. A miles de kilómetros de allí, se debate estos días el viejo
proyecto de realizar prospecciones petrolíferas en aguas próximas a las Islas
Canarias. El Tribunal Supremo rechazó los recursos de ecologistas y gobierno
canario, y el Ministerio de Industria autorizó definitivamente las
prospecciones hace un par de semanas. El asunto es extremadamente polémico.
Declararse a favor de una actividad que supone un riesgo – por pequeño que sea
– para la riqueza natural y el turismo de un lugar tan querido como las Islas
Canarias no es nada cómodo. Pero tampoco parece sensato dar carpetazo al asunto
sin pensarlo bien, siendo económicamente tan sensible para una comunidad
autónoma con una tasa de paro del 34%. Personalmente, creo que los opositores
al proyecto yerran el tiro. Porque no se trata solo del riesgo que correrían
las maravillas naturales canarias, sino del precio que se pone a ese riesgo. Lo
que no parece de recibo es realizar actividades potencialmente peligrosas para
que se enriquezcan los accionistas de Repsol. Ahí está el quid. La extracción
de petróleo me parecería aceptable siempre que la parte del león de los
beneficios se la llevaran los canarios, y por ende, los españoles. Nada de
puestos de trabajo indirectos. Pasta contante y sonante. ¿Cómo se hace eso?
Pregunten a los noruegos.
viernes, 22 de agosto de 2014
GAZATÍES Y YAZIDÍES (22/08/2014)
Por desgracia, las guerras que azotan el mundo no
se paran por vacaciones. Son conflictos enconados, que enfrentan a menudo a
comunidades dentro de un mismo país, y que alcanzan un grado de crueldad que
resultaría insoportable de presenciar para cualquiera de nosotros, delicados
especímenes del primer mundo, que hemos ido dejando atrás esa fea costumbre de
matar al vecino simplemente porque piensa diferente, habla otro idioma o reza a
otro Dios que no es el nuestro. Después de haberla practicado durante milenios,
todo hay que decirlo. Estoy convencido de que si un servidor hubiera sido
testigo presencial de la muerte de uno solo de los 300 niños gazatíes víctimas
de los recientes bombardeos del ejército israelí, mi comprensión del conflicto
palestino habría ganado muchos enteros. Sí, en esta crisis hemos aprendido que
los naturales de la franja de Gaza se llaman gazatíes. Y no es el único
gentilicio que hemos incorporado a nuestro vocabulario recientemente. Los
yazidíes son una minoría no musulmana del norte de Irak de la que nunca
habíamos oído hablar, que está siendo masacrada por el grupo yihadista
autodenominado Estado Islámico. Estos iluminados asesinan, violan y degüellan
en nombre de Dios, con la intención de fundar un califato que extienda su
nefasta influencia a todos los estados árabes de la región. Si existiera la
máquina del tiempo, habría que mandarlos a la Edad Media sin billete de vuelta.
Así podrían practicar su maldita guerra santa con adversarios de su misma talla
moral. ¡Qué complejo sigue siendo este mundo! Gazatíes y yazidíes, nuevas
palabras que llenan las deprimentes crónicas de los telediarios. A semejante
precio, hubiera preferido no aprenderlas nunca.
domingo, 17 de agosto de 2014
ROBIN WILLIAMS (15/08/2014)
Fue un comediante superdotado, con una
incontinencia verbal tan excesiva que provocaba la carcajada de sus admiradores
a la vez que incomodaba a sus detractores. Hay que decir que los primeros eran
mucho más numerosos que los segundos. Como a otros grandes cómicos en el pasado,
la tristeza le acechaba a menudo, como si esta quisiera aprovechar cualquier
momento de debilidad para ejecutar su venganza. En la madrugada del pasado
martes le asestó el golpe definitivo. Robin Williams fue un humorista y un gran
actor de comedia, pero su oficio le llevó mucho más lejos. Es probable que la
complejidad de su carácter, la misma que le arrastró a la depresión y a la
adicción a las drogas, le facultara para comprender e interpretar a personajes
más dolientes, más humanos en el fondo, que aquella delirante señora Doubtfire
que le llevó a la cima del éxito. Robin Williams, el humorista incontinente y a
veces algo pesado, fue capaz de meterse en la piel de personajes profundamente
dramáticos y provocar la admiración de críticos y espectadores; algo solo al
alcance de los realmente grandes. Mi generación es especialmente deudora del carpe
diem que predicaba su profesor Keating en "El club de los poetas
muertos", una obra maestra del cine con una poderosa lección de vida que
ningún adolescente debería perderse. Robin Williams se quitó la suya propia de
madrugada, con la torpeza del que ha perdido la última esperanza. Qué tragedia
y qué ironía. Su última función también nos deja una enseñanza valiosa, como
muchas de sus películas: que el arte de vivir es complicado, hasta para
aquellos que parecen tenerlo todo; que alcanzar la maestría en ese arte, algo a
lo que todos deberíamos aspirar, quizás no pase necesariamente por lograr el
éxito, la riqueza o la fama. Gracias por todo, Robin. Descansa en paz.
martes, 12 de agosto de 2014
MANUEL (08/08/2014)
Durante los últimos días, he fantaseado a menudo
con esta escena: mi hijo Manuel tiene siete u ocho años, y les cuenta a sus
amiguitos: mis papás me pusieron de nombre Manuel por Manuel Azaña. ¿Y quién es
ese? - pregunta uno. Un hombre muy importante - responde mi hijo con orgullo. A
continuación, arrastrado por la fantasía, caigo en que mi retoño podría acabar
convirtiéndose en un cachorro conservador con aspiraciones de hacer carrera en
política... ¿Llamarse Manuel por Manuel Azaña? ¡Eso le arruinaría la vida!
Rápidamente, encuentro una solución de urgencia: llegado el momento, que cambie
a Azaña por Manuel Fraga, y que rece para que este artículo se extravíe en las
hemerotecas digitales para siempre... Ya escribí una vez aquí que los padres, por
la valentía demostrada al traer hijos al mundo, ya se habían ganado el derecho
de elegir para ellos el nombre que quisieran. Con la lógica limitación de no
llamarles Kevin Kostner de Jesús, por supuesto. Mi primer hijo nació este
lunes, y me reafirmo en ese pensamiento. Sin embargo, en estos días, no he
podido dejar de sentir cierta pena al comprobar que el nombre de Manuel
despierta en el personal cierta sorpresa. Es uno de esos nombres antiguos,
"que ya no se lleva". Creo que cuando una comunidad deja de utilizar
sus nombres tradicionales y toma prestados los de otras - anglosajonas sobre
todo - "porque suenan mejor", estamos ante un síntoma de falta de
autoestima. España tiene un grave problema de autoestima. ¿Está justificado? En
estos momentos de felicidad y falta de sueño, digo un no rotundo. Mi hijo ha
nacido sano porque un personal sanitario de compatriotas competentísimos se ha
dejado la piel para que así fuera. Me quedo muy corto. Juro que somos un gran
país. Que Charo es una jabata. Y que Manuel es el niño más guapo del mundo.
sábado, 2 de agosto de 2014
EL SILENCIO (01/08/2014)
Renfe acaba de lanzar un nuevo servicio de vagones
silenciosos en sus trenes de alta velocidad. Los pasajeros que elijan viajar en
ellos no podrán hablar por teléfono, la luz será tenue y los mensajes de
megafonía serán sustituidos por anuncios en las pantallas. La primera vez que
leí esta noticia, pensé que a algún directivo ferroviario se le había cruzado
un cable después de una estancia prolongada en el extranjero y que había
olvidado en qué país vivía. España es la tierra de los adoradores del ruido,
del escape libre, del coche tuneado con las ventanillas abajo y la música de
los Chunguitos a todo volumen. “Soy un perro callejero, soy muy duro de
pelaaaar...” De la jarana hasta las mil, del vecino que pone la radio a las
cinco de la mañana, y del camión de gasoil que aterriza de madrugada frente de
mi casa, justo cada 20 días, y que cuando maniobra hacia atrás emite un pitido
tan penetrante que parece que ha comenzado la Tercera Guerra Mundial... Charito,
mi señora, me advierte que me pongo bastante pesado con esto de los ruidos cada
verano, y que más me valdría escribir del Jordi Pujol. ¿Qué pasa con el molt
honorable? Un no-sé-qué de unos millones en Suiza. No será para tanto. Que sí,
que el Arthur Mas le ha retirado los privilegios de ex-president... Ruido,
ruido, ruido. ¿A qué esperan las Naciones Unidas para declarar el día
internacional contra el ruido? Al parecer, el servicio silencioso de Renfe ha
tenido un éxito arrollador y sus directivos aseguran que ya han vendido la
redonda cifra de 14.853 billetes. Charito, siempre al quite, me recuerda que
mis padres se conocieron en un tren y que puedo dar gracias de que todavía no
se habían inventado los vagones silenciosos. Ni el whatsapp, respondo con la
mirada perdida en el infinito. Me quedo pensativo. Por fin, el silencio.
domingo, 27 de julio de 2014
ESPAÑOLES EN PARÍS (25/07/2014)
A lo largo de los siglos, las relaciones entre
franceses y españoles han sido difíciles, a menudo salpicadas de guerras y
desencuentros. No hemos sabido llevarnos bien ni cuando éramos aliados: Napoleón
quiso colocar a su hermano como rey sin contar con la opinión del orgulloso
pueblo español, y el error de cálculo le costó carísimo. A él, y a nosotros.
Afortunadamente, los tiempos han cambiado, y los conflictos actuales con los
gabachos suelen limitarse a algunos camiones de fruta volcados en la frontera,
o al cierre caprichoso de los túneles que comunican los dos lados de los
Pirineos. El orgullo francés sigue resintiéndose cada vez que un español gana
el Tour de Francia o el torneo de Roland Garros – últimas victorias galas en
1983 y 1985, respectivamente– pero hay que reconocer que saben disimularlo
bastante bien y que se comportan con notable caballerosidad. Recientemente, se
ha dado una circunstancia que va más allá de las rivalidades deportivas y que
demuestra que quizá nuestros vecinos nos tienen en mejor consideración de lo
que habíamos pensado: el actual primer ministro de Francia, Manuel Valls, y la
alcaldesa de París, Anne Hidalgo, son ambos nacidos en España, hijos de
emigrantes que un día cruzaron la frontera huyendo de la guerra o la miseria.
Que dos de los puestos más altos de la administración francesa estén ocupados
por descendientes de españoles, que hablan perfectamente nuestro idioma y que
nos visitan con asiduidad, es una oportunidad política que espero que alguien
esté aprovechando en Madrid. Aunque sean del partido socialista. ¿Qué
pensaríamos los españoles si el caso fuera al revés? ¿Aceptaríamos a un
presidente del gobierno y a una alcaldesa de la capital con raíces tan franchutes?
Uff, qué quieren que les diga. Quiero pensar que sí pero... déjenme que no me
apueste nada.
viernes, 18 de julio de 2014
EL CARISMA HA VUELTO (18/07/2014)
“Carisma: especial capacidad de algunas personas de
atraer o fascinar”, reza el diccionario de la Real Academia de la Lengua. El
recordatorio no está de más, porque la aparición de Pedro Sánchez como nuevo
secretario general del PSOE – y tómese lo de aparición en un sentido casi
milagroso - supone el regreso a la
política española del elemento carismático después de varias décadas de
ausencia. Los comienzos de la democracia fueron época pródiga en individuos de
marcado carácter, que añadían a los presuntos atractivos de sus ideas otras
cualidades más personales: el físico, la forma de ser, de hablar y hasta de
prometer, aptitud imprescindible en todo político que se precie y que Adolfo
Suárez elevó a la categoría de arte. La caída de Felipe González puso fin a
esta etapa de política carismática y como buenos españoles, fieles seguidores
de la ley del péndulo, nos entregamos exactamente a lo contrario. La falta de
carisma pasó a cotizarse como valor seguro en el mercado de los candidatos a la
presidencia del gobierno. Como resultado, los líderes de los dos partidos
mayoritarios han adolecido en los últimos años de una clarísima falta de
atractivo personal, y entiéndase esto sin ningún animus injuriandi. Eran
personas de valía, indiscutiblemente, pero incapaces de activar en el
electorado esos resortes emocionales que los norteamericanos, maestros de la
mercadotecnia política, conocen tan bien. Si Aznar, Zapatero, Rajoy o Rubalcaba
hubieran tratado de hacer carrera en los Estados Unidos, no creo que hubieran
pasado de concejales en algún pueblo perdido. Para bien o para mal, esos
tiempos han pasado. Contra pronóstico, el viejo rey dejó paso a su heredero,
más joven y con mejor imagen. Llegó Pablo Iglesias y ahora Pedro Sánchez. No
serán los últimos. El carisma ha vuelto, y sospecho que para quedarse.
viernes, 11 de julio de 2014
ORGULLO (11/07/2014)
Fiesta del orgullo gay en Madrid y primera
aparición pública del líder de Isis, grupo yihadista irakí que amenaza con
extender la guerra santa a todo el mundo. Las dos noticias ocurrieron el mismo
día y el azar quiso emparejarlas en la sección “última hora” de la aplicación
para móviles que suelo consultar. Dicha sección es habitualmente muy
variopinta; allí se mezcla el rápido y peligroso encierro de los Vitorinos con
varios heridos por asta de toro (me pregunto qué otro tipo de astado deambula
por las calles de Pamplona), la histórica goleada de Alemania a Brasil que
probablemente cambiará nuestra forma de entender el mundo, y sucesos más bien
trágicos procedentes de cualquier rincón del planeta. A pesar de ello, ver esas
dos noticias - la de los gais madrileños y la de los yihadistas irakíes - en un
mismo golpe de vista, me llenó de perplejidad. Que en la vastedad del universo
infinito, en un planeta minúsculo, miembros de la misma especie se dediquen a actividades
tan diferentes e incompatibles parece una broma celestial, como si alguien allá
arriba se estuviera entreteniendo jugando al Risk, pero con muñequitos de carne
y hueso, dolientes y sufrientes. No hay mayor desafío para el ser humano que la
convivencia entre culturas de desarrollo desigual, separadas por siglos. Y no
me refiero ahora al desarrollo tecnológico o económico, sino al desarrollo
moral. Sí, ya sé que esto suena bastante arrogante viniendo de un espécimen de
la cultura occidental, causante de dos guerras mundiales devastadoras y que en
el pasado se hartó de gasear, quemar y guillotinar a sus semejantes por los
motivos más peregrinos, pero me voy a arriesgar. La fiesta del orgullo gay es
una manifestación de una moralidad infinitamente superior al discurso de ese
califa barbado radical. Por tanto, claro que sí. Orgullo.
viernes, 4 de julio de 2014
EL LIMBO (04/07/2014)
Pablo Iglesias ha anunciado que los cinco
eurodiputados de Podemos solo percibirán 1.930 euros mensuales del total de
8.020 que tienen asignados, y que donarán la diferencia a obras sociales.
También ha revelado que los cinco comparten actualmente piso en Bruselas, “para
dar ejemplo de austeridad”, y que cuando tienen que desplazarse a Estrasburgo
pernoctan en un hotel “de las afueras”. No aclara si los cinco comparten
también la misma habitación en el hotel o si se llevarán el bocadillo de casa
cuando acudan al europarlamento para no gastar en la cafetería... La frugalidad
de las gentes de Podemos me recuerda mucho a la que han practicado las órdenes
religiosas desde tiempos inmemoriales. El discurso tampoco le anda a la zaga.
“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en
el Reino de los Cielos”, dicen los evangelios. Cámbiese lo de la monarquía
celestial por una república socialista bolivariana y la frase podría pertenecer
a otro melenudo, esta vez contemporáneo y de apellido eclesiástico. Una de las
mayores debilidades de la izquierda – y no digamos ya de la extrema izquierda –
consiste en creer que el afán de lucro individual es una especie de enfermedad,
una conducta desviada y pecaminosa que debería ser perseguida en una sociedad
ideal, regida por el principio de la solidaridad. Reniego de este integrismo
izquierdista. El deseo de ganar más dinero para uno mismo no es síntoma de una
grave enfermedad social. Tampoco es inmoral. Me pregunto si alguna vez España
dejará de ser un país de predicadores para convertirse en otro liderado por
hombres y mujeres de acción. Porque las exhibiciones de austeridad no crean
puestos de trabajo. Los crean los empresarios. Y el que no entienda esta
realidad, está viviendo en el limbo.
viernes, 27 de junio de 2014
ROCK (27/06/2014)
Fueron los precursores de un nuevo estilo, el rock,
porque supieron transformar la música que admiraban en algo diferente y
rompedor. Hicieron de la provocación una seña de identidad de la banda,
poniendo en solfa todos los valores de la conservadora sociedad británica.
Abusaron generosamente de todas las drogas conocidas y se dedicaron a
experimentar con las nuevas a medida que se inventaban. Y sin embargo, lo más
increíble de la tortuosa biografía de los Rolling Stones es que sus miembros,
52 años después de la fundación del grupo... ¡siguen vivos! Y coleando, por
supuesto. No tuve la suerte de asistir esta semana a su concierto en el
Santiago Bernabéu pero, al parecer, Mick Jagger continúa dando saltos y recorriendo
kilómetros por el escenario como si tratara de demostrar que las leyes del
envejecimiento humano no van con él. Y lanzando una advertencia a la parroquia:
id ahorrando otros cien euros de aquí a tres o cuatro años porque no tenemos
intención de dejarlo. Al espectáculo del rock en grandes estadios no parece
afectarle la crisis. Las entradas para ver a los dinosaurios de este género
musical cuya muerte lleva anunciándose a bombo y platillo desde hace décadas,
se agotan en cuestión de horas sin que el precio parezca importar demasiado. El
problema vendrá cuando, inexorablemente, los supervivientes de estos grupos
legendarios se muden para siempre a sus mansiones del monte Olimpo. La demanda
de los fans, que no deja de crecer ante el temor de que, esta vez sí, sea la
última, se encontrará con que la oferta rockera se reduce bruscamente a cero.
Entonces, todo habrá acabado. Sin recambio a la vista, no concibo a los
seguidores de los Rolling acudiendo a un concierto de Miley Cyrus. O a un
festival de DJ Tiesto en los Monegros. Se quedarán en casa para siempre,
abrazados a sus vinilos.
viernes, 20 de junio de 2014
FELIPE Y YO (20/06/2014)
Mide un metro y noventa y siete centímetros y me
saca una generosa cabeza de altura, pero a pesar de esta y otras diferencias
siempre me he sentido identificado con él. Haber nacido en el mismo año que el
nuevo rey de España me garantiza haber visto los mismos dibujos animados,
comido los mismos quesitos El Caserío y mamado el mismo ambiente setentero de
un país de greñas y cuellos de camisa absurdamente largos que despertaba de la
cutredad moral de una dictadura para caminar hacia un lugar que tenía que ser
forzosamente mejor. Sí, ya sé que mis padres no son reyes ni hemos vivido en un
palacio; que jamás recibí clases de vela en las islas Pitiusas; que nadie me
matriculó en la Universidad de Georgetown y que mi carrera militar forzosa solo
me alcanzó para ser cabo primero, fusilero pelotero, en un remoto cuartel
pirenaico rodeado de entrañables charnegos que no habían acabado la EGB. Para
qué seguir. Nos parecemos como un huevo a una castaña. Bueno, pues, aún así,
cuando miro en los ojos de Felipe de Borbón sigo viendo a ese chaval algo
tímido, con ganas de agradar, que aguanta los marrones de la vida con
estoicismo porque nació en la generación más numerosa de la historia – se dice
pronto - que está bien educado y
aprendió a respetar el principio de autoridad porque no había otro remedio, y
para quien los tatuajes serán siempre cosa de marineros y ex-presidiarios.
Estoy hablando de mí, y de millones como yo. Francamente, creo que a la
princesa Leonor le espera un verdadero papelón. Porque si algún día llega a ser
reina –en este país tan aficionado al aventurerismo político el uso del
condicional es obligado–, lo tendrá muy difícil para igualar a su padre. Sí,
soy consciente de que me he adelantado veinticinco años. Que nadie se
escandalice. Un poco, solo un poco, sé de lo que estoy hablando.
sábado, 14 de junio de 2014
MALDITA TECNOLOGÍA (13/06/2014)
Dentro de poco, los artículos de prensa deberán ir
acompañados de una marca de sangre de su autor, para garantizar que han sido
escritos por la mano de un periodista y no por los algoritmos de un programa
informático. Sé lo que estarán pensando, queridos lectores: me van a endosar la
clásica noticia chorras, la que se mete al final de un periódico cargado de
información de verdad, que suele ser poco divertida, para desengrasar las
mentes y dejar buen sabor de boca. Pero esta vez se equivocan. El rotativo Los
Angeles Times lleva tres meses utilizando un programa informático capaz de
elaborar noticias de varios párrafos en cuestión de minutos, a partir de los
datos que llegan a la redacción. Por ejemplo, sobre un terremoto. O sobre los
partidos de fútbol del fin de semana. Gente solvente que las ha leído afirma
que son indistinguibles de la clásica pieza de agencia de toda la vida. Por
motivos similares, el gremio del taxi está que trina. Otro programita
informático amenaza con disputarles una parte del negocio al convertir a
particulares en taxistas improvisados a golpe de teléfono móvil. Alguien tendrá
que regular administrativamente ese lío e impedir el intrusismo profesional a
las bravas pero, aún así, las cosas no pintan bien para la comunidad taxista.
Antes fueron los músicos, los cineastas, ahora también los escritores. ¿Quién
será el siguiente? Hasta ahora, al pensar en un mundo futurista dominado por
las máquinas, uno se consolaba imaginando que sería un robot con brazos y
piernas el que le mandaría a la cola del paro. Con suerte, a lo mejor nos
sonreía y se disculpaba con voz metálica. Pero los programas informáticos no
piden disculpas. Se limitan a hacer ricos a los humanísimos seres que los conciben.
Más vale que nos vayamos acostumbrando. Porque esto no hay quien lo pare.
viernes, 6 de junio de 2014
FIEBRE REPUBLICANA (06/06/2014)
Abdica el rey Juan Carlos después de casi 40 años
de servicio y a muchos les sube la fiebre republicana, tan alta, que hasta
deliran. Ciertamente, no puede decirse que Cayo Lara haya sido alguna vez un
apasionado monárquico, pero su comparecencia ante la prensa junto a una bandera
tricolor de la II República constituyó un espectáculo grotesco. No ha estado
solo. La izquierda española, desorientada desde la irrupción casi milagrosa de
Pablo Iglesias en la escena política – solo le ha faltado aparecerse a unos
pastorcillos en una cueva – se ha entregado a una apasionada exhibición de
credenciales republicanas. Ahora resulta que todo el mundo es republicano pata
negra desde el día en que lo destetaron. Menos mal que en el partido socialista
todavía queda gente con la visión suficiente para darse cuenta del colosal
error que sería abandonar el centro político. ¿Es lícito defender una forma de
estado republicana? Por supuesto que sí, pero, por favor, ahórrense la
demagogia barata. Oponer monarquía parlamentaria y democracia es una
incongruencia grosera, equivalente a decir que Holanda, Suecia y Noruega son
peligrosas dictaduras bananeras. El rey parlamentario no aprueba leyes, ni las
propone, ni las veta. Su misión es únicamente representativa, simbólica y de
relaciones públicas internacionales. Esto lo sabe hasta el más zángano de los
alumnos de ciencias políticas. ¿Por qué entonces esa insistencia en tratar al
personal como si fuéramos analfabetos políticos? Porque si abandonaran el
argumento democrático, a los partidarios de la república no les quedaría otra
que tratar de demostrar que esa misión representativa, no política, sería mejor
desempeñada por alguien ajeno a la Familia Real. Alguien inevitablemente de
derechas o de izquierdas. Una tarea mucho más difícil. Comprendo que les entre
algo de pereza.
viernes, 30 de mayo de 2014
¿PODEMOS? (30/05/2014)
Han puesto la política española patas arriba. La
sociedad española se desayunaba el lunes pasado con la sorprendente noticia de
que el partido Podemos, constituido hace apenas unos meses, había logrado 5 diputados
europeos y casi el 8% de los votos. Cierto es que la abstención fue abrumadora
- el 65% - y no menos cierto que las elecciones al Parlamento Europeo han sido
tradicionalmente utilizadas por el votante para dar un toque de atención a los
gobiernos. Pero esta realidad no basta para explicar lo ocurrido. Los
resultados electorales del domingo constituyen un terremoto político en toda
regla, y así lo deben entender las dos formaciones políticas mayoritarias;
populares y socialistas han perdido cinco millones de votos respecto a las
europeas de 2009. Por su parte, los partidos minoritarios
"oficiales", Izquierda Unida y UPyD, han visto desconcertados como
este movimiento de origen asambleario y callejero se ha incrustado entre ellos
y amenaza con robarles los apoyos que tanto esfuerzo les ha costado reunir.
¿Qué es Podemos y hasta dónde puede llegar esta recién nacida fuerza política?
Sobre su adscripción ideológica no quedan muchas dudas: Podemos es un
movimiento de izquierdas empezando por el nombre de su líder, Pablo Iglesias, famoso
por su participación en tertulias televisivas. Izquierda radical con un fuerte
aroma antisistema, que diagnostica los problemas con una franqueza que conecta
con los sectores más cabreados de la sociedad y que propone un catálogo de
soluciones que hacen tabla rasa con todo lo conocido hasta ahora. A Podemos no
le vale la Constitución, ni la clase política, ni el sistema económico, ni
prácticamente nada. Reniega de la reforma y suspira por la revolución. Les han
calificado de frikis. Grave error. Más valdría que algunos empezaran a ponerse
las pilas.
viernes, 23 de mayo de 2014
CAÑETE (23/05/2014)
Miguel Arias Cañete, candidato del Partido Popular
en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, se ha metido en el mayor lío
de toda su carrera. Sus increíbles declaraciones - en las que afirmaba que debatir
con una mujer era complicado ya que demostrar superioridad intelectual ante ella
podía ser tachado de machismo - han puesto la campaña electoral patas arriba y,
tras cinco días de silencio en los que el escándalo no ha dejado de crecer, se
ha visto obligado a pedir disculpas. Bueno, hasta donde su orgullo se lo ha
permitido; en lugar de reconocer que sus palabras eran ofensivas y que, por
tanto, han ofendido necesariamente a alguien, ha empleado esa fórmula tramposa
en condicional que traslada parte de la responsabilidad a la víctima: "si
he ofendido a alguien, pido perdón". ¿Pero todavía le queda alguna duda después
de la que ha montado? Cierto es que la polvareda ha sido generosamente aventada
por el Partido Socialista, que ha aprovechado la torpísima salida del
ex-ministro para llevar la campaña electoral al terreno de la igualdad y los
derechos de las mujeres, que es donde su candidata se siente más cómoda. Ya se
sabe, el clásico discurso político de altos vuelos en el que la izquierda es
buena, progresista y solo piensa en los demás, mientras que la derecha es
egoísta y esencialmente mala. Las declaraciones de Cañete apestan a machismo,
sin duda. Pero sospecho que en eso se diferencia poco de muchos hombres de su
generación. El machismo está inoculado en la sociedad española desde hace
milenios y tardará en desaparecer definitivamente de nuestros cerebros. Lo más
preocupante, en mi opinión, es su increíble torpeza, su vanidad y la
incapacidad para reconocer el error. Ha sido el cansancio, se justifica el
candidato. Se acepta. Pero que alguien le obligue a descansar. Con urgencia.
viernes, 16 de mayo de 2014
BOKO HARAM (16/05/2014)
Llevan cinco años sembrando el terror en el norte
de Nigeria, el país más poblado de Africa. Boko Haram es un grupo de ideología
yihadista que practica una violencia extrema y que aspira a crear un estado
islámico en el corazón del continente. Podrían haber continuado con sus
fechorías bastantes años más sin que la opinión pública mundial les prestase
demasiada atención, pero el pasado 14 de abril tuvieron la ocurrencia de
secuestrar a más de 200 niñas en una escuela de Chibok, en el norte del país.
Error estratégico que van a pagar muy caro. De forma espontánea, las redes
sociales comenzaron a hacerse eco del suceso y en pocos días el asunto se había
convertido en trending topic a escala mundial. Celebridades de todo tipo,
comenzando por la primera dama estadounidense Michelle Obama, empezaron a
fotografiarse junto a la etiqueta de Twitter #BringBackOurGirls (devuélvannos a
nuestras niñas) y los medios de comunicación de los cinco continentes se
llenaron con sus famosos rostros. A consecuencia de la reacción popular
internacional, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Israel y China han puesto
a disposición del presidente nigeriano sus servicios de inteligencia para
resolver el caso y liberar a las niñas. Este grupo de desalmados podría caer en
la tentación de sentirse importante pero no creo que sean tan estúpidos: deben
estar sintiendo ya el aliento de los mejores sabuesos del mundo sobre sus
nucas. Tratando de distraer la atención, 400 guerrilleros de Boko Haram
atacaron hace una semana la ciudad de Gamboru, matando a 375 civiles inocentes.
Todo fue inútil. El mundo ignoró la noticia y la campaña en favor de las niñas
continuó. Creo que ya han empezado a entender su error. En la era de Twitter,
las emociones pueden cambiarlo todo. Espero que también puedan acabar con
ellos.
viernes, 9 de mayo de 2014
PIXELIZADOS (09/05/2014)
De un tiempo a esta parte, los hijos menores de
edad de los famosos ya no pueden enseñar el rostro en televisión. Tienen que
aparecer pixelizados, irreconocibles, para proteger su sacrosanto derecho a la
intimidad. En algunos casos, la medida parece lógica: si tus padres son unos
destalentados sin remedio, mejor será que tus compañeros de guardería no te
relacionen con ellos. En otros, se roza el absurdo en una ridícula competición
por ver quién es más políticamente correcto. Hoy hay que pixelizar a los niños
para protegerlos, evitar exponerlos a la visión de cualquier comportamiento
violento, sexista, antisocial, introducirles en una burbuja con sus maquinitas
para que molesten lo menos posible. Vivimos en una época de sobreprotección de
la infancia con un paradójico déficit de educación; exactamente lo contrario a
lo que ocurría hace una o dos generaciones. La mía aprendió a leer con los
álbumes de Tintín donde aparecía un personaje llamado Capitán Haddock con una
desmedida afición al whisky que hoy haría poner el grito en el cielo a los
defensores del menor. O los de Axterix, donde el bardo acababa siempre atado de
pies y manos en una execrable muestra de comportamiento intolerante y de
marginación al diferente... Cualquier tiempo pasado no fue mejor, que conste.
La educación de los niños de hoy tiene aspectos muy positivos que han supuesto
un avance indiscutible frente a la de tiempos pasados. Los niños y niñas del
siglo XXI son más libres, más igualitarios, tienen más iniciativa y se han
librado en gran medida de una educación religiosa retrógrada y basada en el
miedo. Que no es poco. Ahora solo faltaría que dedicáramos un poco más tiempo a
educarlos. Para que cuando pudieran mostrar su rostro a la cámara, debajo de
los píxeles aparecieran siempre personas responsables y honestas.
viernes, 2 de mayo de 2014
INCOMPRENDIDOS (02/05/2014)
La política es una de las carreras profesionales
más sacrificadas e incomprendidas que existen. Mientras el pueblo piensa que
ser político, en el mejor de los casos, se reduce a vivir muy bien acumulando
sueldos y prebendas, la realidad es bastante más oscura. Puede que sus
pensiones sean las más jugosas del orbe público y que el menú subvencionado en
los restaurantes de las sedes parlamentarias sea más barato que el de un
comedor de párvulos, pero detrás de esa vida aparentemente regalada se esconden
dolorosos sacrificios. Y no me estoy refiriendo a cuando se ocupa un cargo
público y el político debe dedicarle ingentes cantidades de tiempo y esfuerzo.
El verdadero sacrificio viene cuando no lo ocupa y se enfrenta a sus enemigos
desde la oposición. Es entonces cuando el político se ve obligado a renunciar a
la objetividad, a la nobleza y, en casos extremos, a la decencia. Tomemos la
situación del Partido Socialista en la actualidad; la mejora de los índices
económicos, los comienzos de una incipiente recuperación son un golpe mortal a
sus esperanzas de recuperar terreno electoral frente a los populares. ¿Cómo
podrían congratularse de ello? No pueden. Su obligación es negarlo, matizarlo o
ponerlo en duda. Porque, más allá de situaciones de emergencia nacional, la
misión de un partido político no consiste en construir un país mejor, así, a
secas; se trata de construir un país mejor... pero gobernando ellos. A ese
objetivo se subordina todo lo demás. Y debe ser así porque, en democracia, el
partido opositor es el recambio gubernamental que vigila de cerca a los que
ejercen el poder para que no abusen de él. No puede ser complaciente. Tiene que
ver siempre la botella medio vacía. Un rol muy alejado del idealismo con que se
asocia al oficio. Erróneamente. Para ser político, no vale cualquiera.
martes, 29 de abril de 2014
SAN JORGE (25/04/2014)
Un experto en marketing algo impertinente diría que
el 23 de abril no es el día más apropiado para celebrar el día de Aragón. La
coincidencia con Sant Jordi, la fiesta del libro y de la rosa en la vecina,
entrañable y revoltosa Cataluña, hace que nuestro día pase bastante
desapercibido para el resto de españoles y que su mención en los informativos
sea siempre secundaria, después del consabido paseo por las Ramblas. Qué le
vamos a hacer. A ese listillo del marketing habría que decirle que la
coincidencia no tiene nada de casual y que mil años de historia común no se
desvanecen así como así. En realidad, el día de Sant Jordi o San Jorge, que lo
mismo da, debería ser el día de todos los territorios que un día formaron parte
de la Corona de Aragón. Dicho sea sin la menor intención de polemizar. La
candente discusión sobre la denominación histórica del ente político de las
barras rojas y amarillas al que un día pertenecimos aragoneses, catalanes,
valencianos y baleares, me parece cada día más absurda y estéril. Ridícula y
aprovechada la pretensión de los nacionalistas catalanes de inventarse nombres
que barran para casa, como eso de la confederación catalano-aragonesa y
ocurrencias parecidas. Pero también algo infantil la actitud de los que
defienden ardorosamente la denominación exclusivamente “aragonesa”, sin
reconocer sus evidentes defectos: es confusa y no refleja demasiado bien la
realidad que pretende designar. Como yo he pertenecido a este segundo grupo hasta
fechas recientes, lo reconozco fácilmente. Hablar de la antigua Corona de
Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares (en el orden cronológico de su
incorporación), también conocida como Corona de Aragón, me parece hoy mucho
menos problemático. Y me altero menos. Y no me sube el azúcar. Y me encuentro
mejor.
lunes, 21 de abril de 2014
8 APELLIDOS VASCOS (18/04/2014)
Es el fenómeno cinematográfico de la década. Cinco
semanas después de su estreno, “8 apellidos vascos” ha sobrepasado la barrera
de los 30 millones de euros de recaudación y entra con paso firme en el selecto
grupo de las películas más taquilleras de la historia de España. Para hacerse
una idea de la magnitud del asunto, la cinta dirigida por Emilio Martínez
Lázaro podría acabar superando a películas tan míticas como El señor de los
anillos, Parque Jurásico o el mismísimo Titanic. ¡Y se trata de una comedia
española, en idioma castellano y sin efectos especiales! Absolutamente
increíble. ¿Cuáles son las razones de un éxito tan abrumador? Al personal le
gusta la película desde antes de comprar la entrada. Chico sevillano engominado
y con gracejo andaluz se enamora de chica vasca con flequillo cortado a
cuchillo y tendencias abertzales, y viaja al norte para conquistarla. Sencillo
pero efectivo. Lo suficiente para atraer al público a los cines en masa. Como
era de esperar, la comedia surge del choque cultural y de los malentendidos que
provoca. Pero no se queda ahí: los rescoldos del maldito conflicto vasco son
también objeto de burla y provocan la carcajada del espectador. Aquí reside la
verdadera razón de su éxito. La risa tiene un efecto curativo, reparador, y si
somos capaces de reírnos de un problema que nos amargó la vida durante décadas,
significa que hemos empezado a dejarlo atrás. “8 apellidos vascos” es la
demostración de que los españoles estamos cansados de separatismos y de que
recibimos los mensajes de unidad como agua de mayo, aunque vengan en forma de
comedia algo absurda. Nada volverá a ser lo mismo. A partir de ahora, un pijo
sevillano podrá volver a enamorarse de una vasca medio abertzale sin que se
hunda el mundo. Y es muy probable que ella le corresponda.
viernes, 4 de abril de 2014
REVOLUCIONES (04/04/2014)
Pasa el tiempo y la anexión rusa de Crimea es un
hecho consumado: la estratégica península ha dejado de ser territorio ucraniano
y no parece que las condenas internacionales, cuyos ecos se van apagando día a
día, vayan a cambiar las cosas. Hay que reconocer que al presidente ruso
Vladimir Putin le ha salido una jugada casi perfecta. Primero unas misteriosas
milicias rodean los cuarteles del ejército ucraniano, a continuación se
organiza un referéndum de autodeterminación exprés y, para rematar, se aprueba
fulgurantemente la anexión por el parlamento ruso. Visto y no visto. Lo que
comenzó como un movimiento popular que demandaba un mayor acercamiento de
Ucrania a la Unión Europea, ha acabado en el peor de los escenarios posibles.
En estos días, en muchas cancillerías europeas se analiza por qué la diplomacia
comunitaria ha fallado tan estrepitosamente una vez más. Nos dejamos llevar por
los acontecimientos. No quisimos ver que en el movimiento de oposición se
infiltraban también nacionalistas radicales. Y el pecado mayor: sucumbimos a la
tentación de aceptar tácitamente la defenestración del presidente prorruso
Yanukóvich, con la esperanza de que la revolución, es decir, cambiar de un
plumazo las normas de juego establecidas, fuera a resolver todos los problemas.
No ha sido así. Es lo que tienen las revoluciones. Cuando triunfan, tienen olor
a primavera y tacto a terciopelo. Si fracasan, huelen a pólvora y a golpe de
estado. El futuro de Ucrania es hoy una verdadera incógnita. Mientras los
países occidentales tratan de apuntalar su maltrecha economía y contener la
magnitud del desastre, es hora de sacar lecciones. Los experimentos, con
gaseosa. Las revoluciones, mejor en los libros de historia. Algunos en España
deberían tomar buena nota de ellas.
viernes, 28 de marzo de 2014
DESPEDIDA (28/03/2014)
La maldita enfermedad le había consumido de tal
modo, que la muerte se ha presentado con aires de libertadora. Adolfo Suárez ha
muerto, homenajeado y querido como nunca. La reacción de la sociedad, unida en
su afecto hacia un hombre público como poquísimas veces lo ha estado en la
historia, ha dejado al descubierto algunas realidades inesperadas. ¡Todavía es
posible que el pueblo español sienta admiración por un político! Los de su
clase habrán sentido una mezcla de esperanza y congoja. Esperanza, porque el
ejemplo de Suárez demuestra que se puede gobernar en tiempos muy difíciles,
beber a continuación el amargo cáliz de la derrota, y acabar la vida aclamado
por las multitudes que finalmente reconocen el sacrificio de una vida entregada
al bienestar de los ciudadanos. Ahora viene la congoja. Estoy seguro de que, al
ver la reacción popular, más de uno se habrá preguntado si su legado político
será merecedor algún día de una despedida tan solemne y sentida. Parece
difícil. Adolfo Suárez ha sido el Kennedy español, se repetía en muchos medios
de comunicación. A la comparación no le falta sentido, pero tampoco su parte
odiosa, como a toda buena comparación que se precie: la vida personal de Suárez
fue mucho menos turbulenta que la de JFK y su periplo político tuvo un final
menos trágico pero mucho más amargo. Fue atacado con saña por sus enemigos
políticos y muchos de sus camaradas acabaron dándole la espalda. También los
votantes. Todos ellos han pasado por delante de su féretro en el momento de la
despedida. Hoy nadie duda de que su valentía, su talento y su poder de
convicción durante los dramáticos días de la transición, fueron decisivos para
guiar a España hacia la democracia y la reconciliación. Ha muerto Suárez. El
político español más importante del siglo XX. Descanse en paz.
viernes, 21 de marzo de 2014
AFRICANOS (21/03/2014)
Si vinieran a quemar cosechas, a violar a las
mujeres y a vendernos a todos como esclavos, la situación sería preocupante
pero de solución extremadamente sencilla: cuando asomara el primer grupo de
subsaharianos por el monte Gurugú, el glorioso ejército español les recibiría a
cañonazo limpio, la sociedad aplaudiría y las banderas rojigualdas ondearían en
los balcones como si hubiéramos ganado otra vez el mundial de fútbol. Pero los
miles de desharrapados que aguardan al otro lado de la valla de Melilla no
vienen a invadirnos. Quieren cosas sencillas y pacíficas: trabajar, ganar un
sueldo y tener una familia. Esto convierte a la situación en relativamente
menos preocupante pero de solución dificilísima. Por un elemental sentido de la
humanidad, el cañonazo queda descartado. ¿La pelota de goma? Ya empiezo a
sentir como el terreno se hace blando bajo mis pies. Vamos a ver, cuando mil
tíos corren hacia la valla gritando y tirando piedras como panes, algo habrá que
hacer, digo yo. Quizá no más de lo que haría un policía antidisturbios cuando
una manifestación se sale de madre en una ciudad española, pero tampoco menos.
La frontera, por muy antipático que resulte, debe regularse y protegerse. La
otra cuestión es qué podríamos hacer los europeos para ayudar al desarrollo de
los países africanos de origen y contener esta marea. Es obvio que mucho más de
lo que hacemos. En el terreno económico, hay que fomentar inversiones y
acuerdos comerciales; en el político, apoyar a gobiernos democráticos que
espanten la corrupción y el extremismo. En definitiva, hay que mojarse, y con
la cartera por delante. Dentro de poco, mirar hacia otro lado – especialidad
europea por excelencia - ya no valdrá de mucho. Porque vendrán por todas
partes. Y no habrá valla lo bastante alta para detenerlos.
lunes, 17 de marzo de 2014
TRASNOCHADORES (14/03/2014)
A los españoles siempre nos ha costado irnos a la
cama. A dormir, se entiende. Según una reciente encuesta, una cuarta parte de
la población sigue enganchada a la televisión más allá de las doce de la noche.
Me temo que la culpa no es de las series ni de los concursos de talentos. Antes
de que se inventara la tele, el español ya se quedaba en el café hasta las mil,
charrando de lo divino y de lo humano, conspirando, dando palmas o lo que se
terciara; lo llevamos en el ADN. A los extranjeros, como es lógico, este
carácter trasnochador les parece de lo más exótico. El mes pasado, el New York
Times titulaba: “España, la tierra de las cenas a las 10 de la noche, se
pregunta si es el momento de cambiar”. Sorprendentemente, el texto no caía en
los tópicos habituales. En efecto, aquí ya nadie duerme siestas de tres horas y
aquello de que somos un país de baja productividad se encargan de desmentirlo
las estadísticas de la Unión Europea. La verdadera raíz del problema, y así lo
destacaba el artículo, está en la irracionalidad de nuestros horarios. ¡El
español se va tarde a la cama porque quiere vivir! Y parece ser que entre el
trabajo, el almuerzo, la parada para comer y el
qué-pasa-con-el-jefe-que-no-tiene-casa-o-qué, la vida no empieza hasta las
diez, cuando el resto de los europeos ya está chafando la oreja. El New York
Times señalaba que los políticos españoles se lo toman muy en serio, porque una
comisión parlamentaria ya estaba estudiando el tema. Jo, jo, jo. Cómo se nota que son de Cincinnati o de Wisconsin.
Si fueran de por aquí sabrían que una comisión de políticos españoles no se
crea para tomar decisiones; está para aplazarlas indefinidamente. Algún día
cambiaremos y nos iremos pronto a la cama como los niños buenos europeos. Pero
sin forzar. Pongamos... ¿qué tal el siglo que viene?
viernes, 7 de marzo de 2014
HIPOCRESÍA (07/03/2014)
Fiel a la tradición bianual, la sociedad española
se escandaliza estos días al conocer los resultados de la encuesta estatal
sobre el uso de drogas en estudiantes de secundaria. ¡Resulta que los chicos beben!
Tengo para mí que todos estos aspavientos que se airean en artículos de prensa
y entrevistas a expertos en televisión, tienen mucho de hipocresía. Después de
todo, los chavales se esconden poco; no es difícil verlos cargados de bolsas de
supermercado un viernes por la tarde, camino de algún lugar discreto. Luego, de
regreso a casa, tampoco hace falta ser un Perry Mason para detectar si tu hijo
o tu hija han bebido alcohol. ¿Tres de cada cuatro menores lo han hecho en el
último mes? Bueno, pues quizás no debería sorprendernos tanto. Lo que sí llama
la atención es que muy pocos creadores de opinión reflexionen sobre la nula
efectividad de la prohibición absoluta de consumo de alcohol a menores puesta
en marcha en los últimos años – antes la edad legal se fijaba en los 16 – y de
los efectos perversos que provoca: se expulsa a los más jóvenes de los bares y
se les empuja a beber en parques y aparcamientos, donde es mucho más fácil caer
en el exceso. Hacer botellón lo llaman, aunque la Real Academia de la Lengua,
en un acto reflejo de esa hipocresía generalizada, no se dé por enterada.
Personalmente, creo que es mucho más coherente permitir el consumo de alcohol a
partir de los 16 años - aunque solo sea de vino y cerveza, como hacen en
Alemania - que empeñarse en una prohibición que ni se cumple ni se hace
cumplir. ¿Con qué fuerza moral se prohibe beber a un joven de 16 años cuando el
mismo sistema legal le permite trabajar, casarse o incluso abortar? Educar es
una tarea difícil, que exige tiempo y esfuerzo. Prohibir es fácil. Lo que no
está demostrado es que siempre sirva para algo.
viernes, 28 de febrero de 2014
PACO DE LUCÍA (28/02/2014)
La palabra guitarrista me viene grande. Sería más
preciso decir que, a ratos, toco la guitarra. Hoy todos los aficionados del
mundo a este instrumento maravilloso estamos de luto. Y no solo nosotros: la
muerte de Paco de Lucía ha sido como un rayo inesperado que ha dejado a toda la
cultura española huérfana y triste. ¡Ay de los que se quedan! El vacío del
maestro es tan enorme, que no me gustaría estar en el pellejo de los que ahora
deban portar el estandarte de la guitarra flamenca – la guitarra española
popular por antonomasia – que Paco paseó por los cinco continentes con ese
estilo que nos llenaba de orgullo. Desde que tengo uso de razón, los españoles
hemos presumido de Paco de Lucía porque encarnaba como pocos eso que llaman el
genio español y que todos soñamos con compartir, aunque solo sea por el
gentilicio. Si la genialidad se reparte con cucharitas de café, con Paco
alguien usó un cucharón sopero. No solo por su virtuosismo, absolutamente espectacular,
inverosímil para este humilde tocador de guitarra a ratos que les escribe, sino
también por su autenticidad, por su carácter de verdadero artista que vive su
don como una bendición y una tortura a partes iguales. Paco de Lucía era
incapaz de mentir, de adoptar poses. Para él la creación – no la copia o la
repetición – era el resultado del sufrimiento. Por eso, en muchas ocasiones
había confesado la tentación de dejar la guitarra en un rincón y no volver a
mirarla más. Como cuando era niño y practicaba hasta las lágrimas bajo la
exigente mirada de su padre. Tiempos duros donde se forjan los héroes de
verdad, los que parten desde muy abajo y sueñan con la gloria para no vérselas
con un puchero vacío. Qué grande eres Paco. Espero que tengas por allá arriba
una guitarra a mano. Para que ya solo puedas disfrutar.
martes, 25 de febrero de 2014
EL CATACLISMO (21/02/2014)
La edición digital de la BBC dedicaba ayer un
artículo a Ada Colau, cabeza visible del movimiento Stop-Desahucios, elogiando
a la activista catalana por haber movilizado a sectores sociales masacrados por
la crisis inmobiliaria, en favor de la reforma de la legislación hipotecaria
española que el mismo medio británico califica de "draconiana".
Sorprende lo poco que se habla y se escribe hoy en España sobre el asunto. En
una sospechosa evolución de las prioridades informativas, se comenzó hablando
de una ola de suicidios motivada por los desahucios, se siguió con la necesidad
urgente de una reforma - a raíz de la bochornosa llamada de atención del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea que tachó a la ley española de
"ilegal y abusiva" - para acabar centrando el debate exclusivamente
en la polémica de los escraches. Después, el silencio. Sin embargo, la realidad
sigue ahí, y ninguna improvisación gubernamental en forma de real decreto ha
conseguido acabar con ella. 350.000 desahucios desde 2008. El mayor cataclismo
económico y social desde el final de la guerra civil. El fracaso de la clase
dirigente en predecirlo y gestionarlo ha sido tan clamoroso, que ha
inhabilitado moralmente a sus líderes para continuar al frente del país. Todos
aquellos que tuvieron altas responsabilidades de gobierno u oposición durante
el fatídico período – importa poco de qué partido político - deberían dejar
paso a otros. Lo mismo sería aplicable a la banca, las escuelas de negocios o
los think-thanks. En el artículo citado, el periodista de la BBC no dejaba de
asombrarse de la inexistencia de una política de vivienda en España. O del
exiguo porcentaje de vivienda social (2%) en comparación con Francia, Holanda o
Gran Bretaña (entre el 20 y el 30%) Ya es triste que tenga que venir alguien de
fuera a recordárnoslo.
viernes, 14 de febrero de 2014
MENOS POLÍTICA Y MÁS CINE (14/02/2014)
La gente del cine en España ha sido
tradicionalmente bastante rojilla. Bueno, esto podría matizarse: el mismísimo
Franco se lanzó a escribir – bajo seudónimo -
el guión de “Raza”, un pestiño del género bélico-propagandístico que
alababa las virtudes de su bando nacional frente a las hordas rojas. Pero si
hablamos de la reciente historia, desde la muerte del dictador, las nuevas
generaciones que han nutrido la industria audiovisual han sido mayoritariamente
gentes de izquierda. Durante bastantes años, esta realidad se aceptó por parte
de los sectores más conservadores de la sociedad sin demasiados traumas. Y
llegó la guerra de Irak y el movimiento del “no a la guerra”. La gala de
entrega de los premios Goya de aquel año cavó una fosa entre peliculeros y
simpatizantes del Partido Popular que se ha mantenido hasta hoy. Para estos, el
cine español se ha convertido en algo sospechoso, no solo por la calidad de sus
películas (a las que jamás van), sino por el presunto sectarismo antipepero de
los que las hacen. El problema de los conflictos enquistados es que el paso del
tiempo no les pone remedio; el quiste se agarra a la carne hasta confundirse
con ella, y para deshacerse de él hace falta alguien con unas dotes de
relaciones públicas irresistibles. Es decir, todo lo que no es el ministro
Wert. Sinceramente, creo que el sector del cine en la actualidad está mucho
menos politizado que antaño, y tiene un perfil bastante más plural. Pero claro,
los conservadores en España no acaban de enterarse. ¡Hace años que no ven la
gala de los Goya! Como dijo David Trueba, gran triunfador de los premios de
este año, el cine español está hecho por gentes que votan a todos los partidos
y que piden ayudas al estado como lo puede hacer el sector porcino o el de las
oleaginosas. Tengamos pues la fiesta en paz. Hagamos menos política. Vayamos
más al cine.
viernes, 7 de febrero de 2014
BEATLEMANÍA (07/02/2014)
Hace justo 50 años, cuatro veinteañeros de
Liverpool, Inglaterra, aparecían por primera vez en el show televisivo
estadounidense de Ed Sullivan, marcando un hito en la historia de la cultura
pop y convirtiendo a The Beatles en un fenómeno planetario. La puesta en escena
era de una simpleza que hoy causaría sonrojo, pero aquellos cuatro chavales que
combinaban ternos impecables con un corte de pelo provocador – los padres de la
época decían a sus hijos para desanimarles: “seguro que son pelucas” – lograron
una audiencia récord de 73 millones de espectadores. Hacía solo tres meses que
el presidente Kennedy había sido asesinado y los norteamericanos estaban
ansiosos por pasar página y empezar a hablar de otra cosa; momento y lugar
adecuados, atuendo perfecto y... canciones, por supuesto. Llevo toda la vida
escuchando a los Beatles y todavía sigo preguntándome por las claves de su
éxito; qué les hizo tan grandes y diferentes al resto. Creo que su primera aparición
televisiva en Norteamérica proporciona una de las más importantes: el trabajo
duro. Aunque su aspecto inmaculado pudiera insinuar otra cosa, John, Paul,
George y Ringo no cayeron en ese escenario por casualidad. Desde 1957, habían
tocado en directo centenares de veces, durante horas, en clubs de mala muerte y
a cambio de nada. Eso explica que delante de una audiencia que haría temblar al
más pintado, aquellos críos no fallaran una nota. Tenían una ambición y un
descaro desmesurados. Eran niños de posguerra. Los grupos que hoy luchan por
hacerse un hueco en el negocio musical, con unos recursos económicos y
tecnológicos infinitamente superiores, siempre carecerán de ese espíritu.
Tendrán otro. Pero difícilmente llegarán a igualarlos. Ladies and gentlemen... ¡The Beatles!
viernes, 31 de enero de 2014
HABAS BRITÁNICAS (31/01/2014)
En todas partes cuecen habas. A menudo lamentamos
la incapacidad de la sociedad española para superar de una vez por todas la
guerra civil, desgraciadísimo conflicto que asoló el país hace casi 80 años y
cuyas cicatrices se estremecen periódicamente cuando alguien menta la memoria
histórica o cae en la cuenta de que el individuo que da nombre a su calle fue
un militar franquista y no el inventor de la penicilina o un virtuoso del
violín. Sin embargo, en esa dificultad para digerir acontecimientos históricos
trágicos no estamos solos. En la prensa británica ha surgido estos días un
acalorado debate sobre la conveniencia de la participación del país en... la
Primera Guerra Mundial (1914-1918) Para los españoles, esta mortífera guerra de
trincheras, barro y máscaras de gas es algo bastante lejano; en un insólito
arranque de sensatez nos declaramos neutrales y aprovechamos la coyuntura para
despegar económicamente. Para los británicos, en cambio, el trauma fue brutal.
La cifra de pérdidas humanas – 715.000 – prácticamente dobla la de la Segunda
Guerra Mundial, bombardeos nazis incluidos. Cada familia británica tiene un
abuelo que sufrió o murió a causa de la Gran Guerra. A la vista de los datos,
no es extraño que la boutade del historiador Niall Ferguson afirmando que la
entrada en guerra de Gran Bretaña en 1914 “fue el mayor error de la historia
moderna”, haya levantado ampollas. Un miembro del gobierno conservador le ha
contestado diciendo que “ciertos mitos izquierdistas sobre la Primera Guerra
Mundial solo buscan disminuir a Gran Bretaña y absolver a Alemania de su
culpa”. Como ven, la conmemoración del centenario viene calentita: fuego
cruzado entre ideologías políticas, juicios históricos, controversia.
Imagínense la que montarían si lo que se recordase fuese una guerra civil. A
veces somos demasiado exigentes con nosotros mismos. Quizás los españoles no lo
estemos llevando tan mal.
viernes, 24 de enero de 2014
AGUSTÍN SANZ (24/01/2014)
A la gran mayoría de lectores, el nombre no les
dirá mucho. O quizá sí, porque siendo un apellido tan común, a lo mejor alguien
tiene un amigo o un vecino que se llama así. El Agustín Sanz del que hoy escribo
vivió en el siglo XVIII, en esa época de esplendor de las ideas llamada
Ilustración, y fue el arquitecto aragonés más grande de su tiempo. Zaragozano,
de origen humilde, pasó por todos los estadios de la profesión: primero
aprendiz, luego oficial, hasta alcanzar el grado de maestro de obras con cerca
de cuarenta años, una edad en la que la mayoría de sus contemporáneos comenzaba
el declive, dejando atrás las realizaciones más importantes de la vida.
Trabajador infatigable, las de Agustín Sanz llegaron tarde pero se prolongaron
durante tres fecundas décadas sin interrupción. El mismo día de su muerte, a
los 76 años, se desmontaban los andamios de la que fue su última obra: la
cúpula sobre el coro en el templo del Pilar de Zaragoza. Sin embargo, la historia
es caprichosa. Después de alcanzar la fama y el reconocimiento en vida, su
nombre cayó en el olvido. La mayoría de sus obras importantes se levantaron en
localidades pequeñas, y por ello han permanecido casi ignoradas por el gran
público de la capital. Entre ellas, tres en la comarca del Bajo Martín: las
iglesias de Urrea de Gaén, La Puebla de Híjar y Vinaceite. Hace dos años, una
visita a la primera de ellas me llevó a embarcarme en la quijotesca idea de
realizar un documental que divulgase ese valioso patrimonio e hiciera justicia
a su creador. De la mano del historiador Javier Martínez Molina, que ha
dedicado cinco años de su joven vida a estudiar la obra del artista, emprendí
un camino que ahora llega a su fin. El documental se estrenará próximamente,
con protagonismo especial en el Bajo Aragón Histórico. Va por ustedes.
domingo, 19 de enero de 2014
L´AFFAIRE (17/01/2014)
Las revelaciones sobre el presunto affaire
sentimental del presidente de Francia con una actriz, han sido primera página
en todo el mundo. Un culebrón a escala planetaria. Para que algo así ocurra, se
tienen que dar dos requisitos. El primero, que el país del presidente en
cuestión tenga músculo en la escena internacional. Si mañana saltase la noticia
de que el presidente de Bulgaria tiene un lío con una bailarina de strip-tease,
no creo que llegáramos a enterarnos. El segundo, que tenga el suficiente
glamour. Cambien a François Hollande por el presidente de Japón, tercera
potencia económica mundial, y en lugar de un jugoso chascarrillo tendríamos
algo tirando a desagradable. Ciertamente, a la Francia de los maletines
nucleares y Christian Dior le sobran poder y razones para argüir que el glamour
es producto de su invención. A la actriz Julie Gayet, protagonista femenina del
escándalo, belleza y sofisticación. ¿Que Hollande parece más un tendero de
ultramarinos que un galán? Es posible, pero Francia no se acaba en los Campos
Elíseos. El país galo ha presumido siempre de una especial permisividad con los
deslices privados de sus dirigentes, y la prensa ha sido consecuente con ello.
¿Francia ha dejado de ser Francia? No del todo. La delicada situación del
presidente peor valorado de los últimos tiempos ha despertado una corriente de
simpatía y comprensión, según las encuestas. Tanto es así, que hay quien dice
que fue el propio Hollande quien filtró la noticia para mejorar su imagen. Y
romper la baraja, desde luego. Su actual pareja, Valérie Trierweiler, está
ingresada en un hospital a causa de un supuesto shock. Años atrás, fue ella
quien tomó el relevo de Ségolène Royal, ex-candidata presidencial, en las preferencias
del irresistible François. Un feuilleton en toda regla. Une spécialité française. Insuperable.
viernes, 10 de enero de 2014
NOCHE MALA (10/01/2014)
Me pregunto si en el Palacio de la Zarzuela vieron el
discurso del rey antes de sentarse a cenar, como hacen tantas familias
españolas el día de Nochebuena. Si tuviera que apostar, diría que no. Frente a
frente estaban los Reyes, las infantas Elena y Cristina, y... Urdangarín.
Demasiada tensión. Es más probable que la velada transcurriera sin la menor
alusión a temas de actualidad, y que todos los presentes hicieran el esfuerzo
de actuar como si nada hubiera pasado. O, más bien, como si nada estuviera
pasando. Por cierto, voy a romper una lanza por el yerno más desgraciado de
España y convertir a esta santa cabecera en el primer medio escrito que publica
algo favorable sobre él en los últimos tres años: hay que echarle valor. Con la
que está cayendo, sentarse a la mesa junto a un suegro nervioso, recién operado
y presumiblemente cabreado, que ve la misión de toda su vida ¡y el prestigio de
una dinastía! puesto en peligro por la imprudencia y la codicia del yerno en
cuestión, es un acto de valentía más que notable. Según el diario El País, en
esa mesa navideña faltaron los Príncipes de Asturias, que no querrían juntarse
con el ex-balonmanista ni para comer turrón. Según ABC, la familia estuvo al
completo, y vieron juntos el discurso de Don Juan Carlos antes de ser felices y
comer perdices. Vaya usted a saber. Además del drama familiar, están las
consecuencias políticas, que nos afectan a todos. El suspenso que ha recibido
la institución en las últimas encuestas, por primera vez desde la llegada de la
democracia, deja bien clara la situación: la monarquía ha cometido graves
errores en los últimos tiempos y el pueblo español no está para bromas. Es
tiempo de repararlos y de sacar valiosas lecciones para el futuro. Otras Casas
Reales europeas lo hicieron en el pasado. Y salieron reforzadas por ello.
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