jueves, 30 de diciembre de 2010

TRUHÁN, GUIÓN (30/12/2010)

Está feo decirlo, pero siempre se me ha dado bien la ortografía. En cierta ocasión - uno de esos pequeños momentos de gloria que la vida concede al hombre corriente y cuyo recuerdo sólo él conserva, como un preciado tesoro – un profesor con ganas de renovar la vieja disciplina del dictado, recitó a la clase un texto sin incluir los signos de puntuación. Un servidor, además de colocar los acentos correspondientes, las haches y demás aparato ortográfico, tuvo a bien hacer lo propio con las comas, que el texto pedía a gritos como si estuviera enseñando las vergüenzas. Cuando el profesor anunció que cada coma ausente era una falta ortográfica a contabilizar, la clase explotó de ira: ¡No avisó! Los alumnos más brillantes, desde la serenidad de sus pupitres inmaculados, decretaron con gravedad: inaceptable. Gritos, alboroto infantil. Había estallado una revuelta y el maestro parecía flaquear. En un último esfuerzo, alzó su voz ronca sobre el coro de voces albuminosas: ¡Entreguen los que tengan cero faltas! Me puse en pie, y entre avergonzado y orgulloso, recorrí en solitario el pasillo que me separaba de la mesa del profesor. Se hizo un silencio espeso, acusador. ¿Por qué pusiste las comas, Herraiz?, susurró una voz. No lo se, respondí. Veintinueve años después, sigo sin saberlo. De una cosa sí estoy seguro: no fue por cumplir ninguna regla. Las ortográficas siempre me han parecido un artificio desagradable, un intrusismo algebraico en el pacífico paisaje de las letras. Una palabra lleva acento por la misma razón que usted es moreno o su nariz, chata. Porque sí, sin necesidad de una regla que lo justifique. La Real Academia no piensa igual y acaba de publicar su nueva ortografía, con algunas novedades impertinentes. Veintinueve años después, me pongo de parte de los que gritan. Rebelión. Truhán. Guión.

sábado, 18 de diciembre de 2010

EXPULSADOS DEL PARAÍSO (17/12/2010)

En la vida de toda persona existen ramales biográficos que se cortaron abruptamente, carreteras hacia experiencias personales que nunca llegaron a su destino y trenes que pasaron de largo sin detenerse. Bueno, en realidad, algunos sí se detuvieron, pero alguien nos puso la zancadilla en el andén o simplemente no nos decidimos a subir. Hace diez años, estuve a punto de convertirme en controlador aéreo. Sí, sí, como lo leen. Después de acudir a un remoto lugar del inhóspito extrarradio madrileño al que no sabría regresar aunque me aplicaran tormento, y permanecer allí cinco horas haciendo absurdos ejercicios psicotécnicos, logré pasar con éxito la primera de las pruebas de acceso. Unas semanas después, hice lo propio con el examen de inglés. La última prueba consistía en una entrevista personal. Me presenté allí con mis mejores galas y mantuve un encuentro cordial con un personaje muy serio, encargado de evaluar en diez minutos mis aptitudes mentales para el oficio de controlador. Por aquel entonces, yo tenía el lomo tan apaleado por exámenes de oposición infinitamente más complicados, que aquello me parecía un juego. No acababa de comprender que aquel entrevistador era en realidad el guardián de las puertas de un paraíso terrenal: sueldos millonarios sin apenas trabajar. La noticia del suspenso no me cogió por sorpresa. Demasiado fácil. No podía ser. Luego descubrí que todos los aprobados tenían una recomendación de algún controlador y que el sistema funcionaba con una endogamia brutal. Me habían tomado el pelo, pero continué con mi vida sin grandes amarguras. Diez años después, les ha tocado a ellos: los controladores han sido expulsados del paraíso. No me alegro por su desgracia, ni tengo entre las manos la soga de un tal Lynch. Simplemente, me libré.

viernes, 10 de diciembre de 2010

PISA (10/12/2010)

La torre está inclinada, aunque nadie parece dispuesto a reconocerlo. El informe Pisa, que cada tres años evalúa el nivel académico de los alumnos de secundaria en 65 países de la OCDE, vuelve a dejar a España en mitad de la tabla, con cifras en competencia lectora, científica y matemática por debajo de la media. La noticia ha tenido menos impacto que otros años. Desde la publicación del primer informe en el 2000, la posición de nuestro país se ha estancado y la sociedad española parece resignada a aceptar que nuestros adolescentes no son los más listos de la clase. Existe un problema añadido: en España, educación y política son casi incompatibles. La primera necesita consenso social a largo plazo y la segunda, por la pobreza de miras de quienes la ejercen, es incapaz de proporcionárselo. Como resultado, tenemos unas cifras de fracaso escolar que asustan y un nivel educativo que nos sitúa en una mediocridad impropia de un país que aspira a figurar entre las economías más avanzadas del mundo. ¿Deberíamos imitar a los países asiáticos? Nuestro ministro de Educación afirma no envidiar los resultados de algunos de ellos, como Corea del Sur, basados en la competitividad extrema. Quizá tenga razón. Sin embargo, tengo la impresión de que en España, muy especialmente en las Comunidades Autónomas de menor renta, predomina una actitud que reniega de la competitividad, casi abúlica, gracias a la pasividad de las autoridades educativas competentes. Repetir curso no debería ser una anécdota. Es un fracaso. No definitivo, ni estigmatizante, pero un fracaso. Las pizarras digitales, las aulas informatizadas, son magníficas, pero no resuelven el problema. Potenciar el orgullo y la autoestima de los alumnos podría llegar a ser una medida mucho más efectiva.

viernes, 3 de diciembre de 2010

WIKILEAKS (03/12/2010)

Al principio pensé que se acababa el mundo. Un jovenzuelo de 22 años había sido capaz de robar varios gigabytes de documentos ultrasecretos de la diplomacia norteamericana, con el sofisticado sistema de grabarlos en un cd camuflado con una foto de Lady Gaga. Surrealista. John Le Carré debió plantearse muy seriamente abandonar las novelas de espionaje y dedicarse a los cuentos infantiles. Al final no ha sido para tanto. En primer lugar porque los promotores de Wikileaks han ignorado una ley económica fundamental, la de la escasez, que aconseja que los bienes escasos deben ser racionados para que sigan siendo percibidos como valiosos. Hacer públicos 250.000 documentos ha saturado el mercado informativo de una forma tan brutal, que la revelación más jugosa y políticamente sensible del mundo nos parece hoy una anécdota. Dentro de la categoría de hombres públicos que son exactamente como parecen – Berlusconi, Putin y compañía – no se puede decir que las filtraciones hayan hecho demasiados estragos. Sus reputaciones eran, probablemente, irrecuperables. Sin embargo, el sector más maquiavélico de la profesión política – aquellos que no son exactamente lo que parecen, es decir, casi todos – sí que se ha visto algo tocado por el escándalo. Ahora resulta que el gobierno español estaba lleno de halcones que decían “sí señor” a cualquier sugerencia del embajador estadounidense. En todo caso, nada irreparable. Ninguna de las categorías de documentos top secret del Departamento de Estado se ha visto afectada por la filtración. Como mucho se han destapado algunas cartas y se ha descubierto a jugadores con barajas marcadas. Al final, como en las películas de Hollywood, todo habrá sido un complot orquestado por los propios americanos. Relájate John, tienes best-sellers para rato.

martes, 30 de noviembre de 2010

TERRA INCOGNITA (26/11/2010)

En los mapas de la antigüedad, sobre los territorios que se extendían más allá del mundo conocido, se escribían las palabras “terra incognita”, tierra desconocida. Al rótulo se acompañaban dibujos de serpientes marinas gigantes y advertencias como “hic sunt dracones” -aquí hay dragones- que acababan por desanimar a los aventureros menos convencidos. El paso del tiempo y la ambición humana en su variedad infinita, fueron acotando el espacio de lo incógnito hasta hacerlo desaparecer. En la actualidad, raro es el día que alguien no pise uno de los polos, suba al Everest con una mano a la espalda o baje a darse un garbeo por la cubierta del Titanic. Sin embargo, ¡qué lejos estamos de conocerlo todo! Fuera de los atlas geográficos, la tierra desconocida sigue ahí, desafiándonos; sólo hay que tener la humildad suficiente para reconocerla. “El cerebro humano es la nueva terra incógnita” dice el neurólogo francés Joël Bockaert. Qué ironía. Toda la vida fletando carabelas, montando expediciones para alcanzar los lugares más remotos, y resulta que el territorio más ignoto es tan grande como una sandía y lo tenemos sobre los hombros. El cerebro es el artefacto más complejo del universo conocido; 100.000 millones de células con 5.000 conexiones cada una. En los entresijos de su maquinaria, sus neurotransmisores, sus hemisferios callosos, se esconden los misterios de la enfermedad, el placer y la personalidad de la especie humana. El nuevo mundo. Miles de investigadores en los cinco continentes, los Cristóbal Colón de la modernidad, buscan hoy frenar el avance del Parkinson, luchar contra la depresión o encontrar ¿por qué no? la píldora de la felicidad perpetua, de la sociabilidad, de la inteligencia. El viaje es largo y lleno de peligros, pero la recompensa formidable. Ojalá tengan éxito.

PRÍNCIPES (19/11/2010)

En Inglaterra, algunos se preguntan si sabe dónde se está metiendo. A la vista de los precedentes, la reflexión parece oportuna. Kate Middleton, la última plebeya en anunciar su compromiso matrimonial con un miembro de la Casa Real británica, ha debido tener muy presente los casos de Sarah Ferguson, Sophie Rhys-Jones y, sobre todos, el de la madre de su futuro marido, la malograda Diana Spencer. A ellas, entrar en la familia más aristocrática del mundo, no sólo les obligó a renunciar a la intimidad y a la carrera profesional; también puso en grave peligro su estabilidad mental. Aseguran que esta vez es diferente. Kate Middleton es una mujer moderna, preparada, y su relación sentimental con el Príncipe Guillermo dura ya 8 años, con altibajos y rupturas incluidos. No le ha faltado tiempo para pensar. Si en esto consiste la modernización de la institución monárquica, en procurar que las princesas consortes no pierdan la razón, bienvenida sea. Creo que el caso español es menos complicado. Por razones históricas y por su buen juicio, nuestra Familia Real está más pegada a la tierra, es más consciente de estar al servicio del país, y no al revés. A pesar de ello, no envidio su destino. Vivir en un palacio de muchos metros cuadrados y tener el futuro económico asegurado, no puede compensar la esclavitud de un oficio a menudo ingrato, que reduce la parcela de lo personal a niveles tan minúsculos, que parecen incompatibles con la felicidad. No soy un buen monárquico, me temo. Creo que por encima de la institución y sus tradiciones, está la misión que la monarquía debe cumplir: simbolizar la unidad, practicar la diplomacia más personal, los buenos oficios, “ser” España. Por eso admiro a “esta” Familia Real. Porque saben hacer muy bien su trabajo. Estarán de acuerdo que, viniendo de un azañista, el piropo no está nada mal.

viernes, 12 de noviembre de 2010

MONTAUBAN (12/11/2010)

Los ex-presidentes del gobierno no suelen emplear citas de personajes históricos. Ellos son personajes históricos. Todo lo más, llegan a decir “un día, Henry Kissinger me cogió del brazo y me dijo...” o “estábamos Clinton, Havel y yo cuando...” Felipe González, en la entrevista que publicó El País el domingo pasado, sólo citó a Manuel Azaña. Y por dos veces. El recuerdo es oportuno, al cumplirse el setenta aniversario de la muerte del último Presidente de la República española. Como a este humilde columnista no suelen pedirle entrevistas los diarios de gran tirada, busqué otra forma de rendir homenaje a Don Manuel. Cogí el coche, crucé esa barrera cuasi-himaláyica que separa abismalmente Aragón del sur de Francia, y llegué hasta la habitación 101 del Hotel Mercure (antiguo du Midi), rue de Notre Dame 12, Montauban, donde el gran hombre dio el último suspiro. ¿Mitomanía? No tanta. La Association Présence de Manuel Azaña, con sede en la pequeña ciudad francesa, organizaba por quinto año consecutivo unas jornadas de homenaje. Conferencias de los mejores especialistas, música, teatro y un emotivo acto en el cementerio urbano de Montauban, donde está enterrado el político alcalaíno. “Que me dejen donde caiga y si alguien cree que mis ideas pueden ser útiles que las difunda” En Montauban, por obra de un puñado de descendientes de exiliados republicanos y de otros franceses cautivados por sus ideas, se ha cumplido la voluntad de un español irrepetible. En la península vamos algo más despacio. Me he propuesto conseguir que Zaragoza, que tiene calles dedicadas a películas de cine o a personajes tan señeros como Super Mario Bros, le dedique a él otra. Con esa intención, he enviado al alcalde una afectuosa carta con el regalo de un libro de Azaña. No he tenido respuesta, pero no pierdo la esperanza.

domingo, 7 de noviembre de 2010

DROGAS (05/11/2010)

Insólito. Un mismo titular logró repetirse en las portadas de la prensa española de todas las ideologías durante la semana pasada: “El alcohol, más dañino que la heroína y el crack” Vaya. Y yo que pensaba que lo de mi sobrina con el calimocho los sábados por la tarde no era tan peligroso. Le diré que se cambie a la heroína... ¡Pero qué tontadas estamos diciendo, por Dios! Si la industria periodística cree que la solución a sus males (que son muchos) consiste en establecer una competencia por el titular más absurdo en los macabros y deprimentes rankings de noticias más vistas de las webs, Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban acabarán recibiendo el premio Pullitzer, ex aequo. La información que seguía a dicho titular tenía una base verídica, torcidamente argumentativa – un estudio británico publicado en The Lancet – pero probablemente la noticia estaba más allá: en el espléndido cacao mental que reina en el mundo respecto al tratamiento legal que deben recibir las drogas. Mientras unos policías mexicanos armados hasta los dientes posan orgullosos delante de 4.000 kilos de marihuana decomisada, a unos cientos de kilómetros, en la soleada California, el pueblo vota en referéndum la legalización de la misma sustancia. En China te fusilan, en Holanda te invitan a pastelillos psicotrópicos y en cualquier parte del mundo, un ex-presidente (es curioso, nunca se les ocurre cuando están en el cargo) hace una encendida defensa de la despenalización. En España tampoco nos quedamos atrás: permitimos abortar a las jóvenes de 16 años sin consentimiento de los padres, pero no les dejamos tomarse una caña de cerveza. Con este panorama, no me extraña que las campañas públicas contra el consumo de drogas tengan un efecto limitado. Fallan los principios. No hay quien se lo crea.

viernes, 29 de octubre de 2010

ZARAGÓN (29/10/2010)

No deben faltar en la despensa dialéctica de cualquier político que se precie. Desarrollo sostenible. Cohesión territorial. Si pudiera, compraría una parcela en el mundo de las palabras y me haría un chalet con piscina. ¡Suenan tan bien! El problema es que ese mundo es una construcción mental. El de verdad, se contempla desde las alturas de Google Earth, o más lejos aún. En alguna galaxia lejana se estarán dejando la vista en los telescopios para intentar comprender por qué demonios, en esa pequeña región de España llamada Aragón, en la lejana Tierra, la mayoría de la población vive en una colonia abigarrada, sobre una superficie relativa ridículamente pequeña, a la sombra de un gran edificio con forma de parrilla vuelta del revés y disputándose con ferocidad cada metro cuadrado. Seguro que hay quien cree que Zaragoza se asienta sobre un gigantesco yacimiento donde se sacan diamantes como melones. Ya nos gustaría. Me pregunto en qué otra región del planeta el núcleo más poblado tiene catorce veces más habitantes que el segundo (Huesca), veinte veces más que el tercero (Teruel), o treinta y cinco más que el cuarto (Calatayud) ¿Afganistán? No pretendo ignorar las razones históricas, económicas, geológicas incluso, que se han confabulado para hacer de nuestra comunidad autónoma uno de los territorios menos cohesionados ¿del mundo? Tampoco puedo dejar de preguntarme qué estamos haciendo para remediarlo. Nada, y a veces, menos que nada. Con las obras del desdoblamiento de la N-232 paradas, unos cuantos miles de aragoneses tienen derecho a preguntarse hoy si la Expo 2008, con su legado de bellos edificios vacíos, algunos inacabados, merecía realmente la pena. ¡Ya se llenarán! – dicen. Estoy seguro de ello. Para entonces, deberíamos plantearnos un cambio de nombre. Zaragón.

viernes, 22 de octubre de 2010

INGRATITUDES (22/10/2010)

Es un regalo original. Se acude a la hemeroteca, se busca la portada del periódico publicado el día en que nació el homenajeado, y se imprime para que éste tenga un recuerdo de qué se estaba cocinando en el mundo justo en el momento en que se asomaba a él. Alberto, mi cuñado, cumple veinticinco años. Yo le digo que sigue siendo un querubín, que nació ayer, pero viendo la portada de Heraldo de Aragón de 1985 me doy cuenta de que algunas cosas han cambiado. Natural. Por entonces, el gobierno racista de Pretoria ejecutaba a un poeta, Bettino Craxi dimitía del gobierno italiano y los gobiernos de España y EEUU se enfrascaban en negociaciones para la reducción de tropas. Por delante de estas crónicas de política internacional, o de la mención de algún premio Nobel de Literatura caído en el olvido, una noticia me ha sorprendido de forma especial. El titular dice así: “Embid, cada vez más solo en defensa de la Aljafería como sede de las Cortes” Siento un especial apego por el viejo castillo, que fue palacio antes que cárcel, ruinoso cuartel antes que símbolo del autogobierno aragonés. La explicación es bastante mundana: atravieso sus jardines y paso junto a él cuatro veces al día. Descubrir que hubo un tiempo en que se ponía en duda su idoneidad para acoger a las Cortes de Aragón, y que alguien se quedaba “cada vez más solo” por defenderla, me produce sentimientos variados y contradictorios. Ignoro si Antonio Embid, el que fuera primer presidente de las Cortes, ha obtenido por su visión de futuro y su entereza ante la soledad política –terrible soledad, esta- el reconocimiento social que merece. Me temo que no. Otros, por mucho menos, son recordados mucho más. La política suele ser ingrata, pero la justicia también sabe hacer apariciones inesperadas. Siempre nos quedarán las hemerotecas.

viernes, 15 de octubre de 2010

HOMOS (15/10/2010)

La noticia ha pasado casi desapercibida, ahogada por el tsunami mediático del rescate de los mineros chilenos: antropólogos españoles han sugerido que el homo heidelbergensis, que habitaba las cuevas de la sierra burgalesa de Atapuerca hace medio millón de años, mantenía y alimentaba a los miembros más ancianos de su comunidad cuando no podían valerse por sí mismos. En el fondo, los dos acontecimientos, temporal y evolutivamente muy separados entre sí, guardan una relación profunda. Si 33 seres humanos quedan atrapados a setecientos metros de profundidad en el interior de una mina húmeda y oscura, sus congéneres dan lo mejor de sí para tratar de rescatarlos. Si un homo primitivo se rompe la cadera y queda inútil para la caza, sus compañeros le alimentan y protegen para que llegue a la provecta edad de 45 años. La diferencia entre periodistas y antropólogos está en que, para llegar a esas conclusiones, estos deben arrastrarse por las cuevas y las simas, pincel en mano. Se empieza por minúsculos pedazos de hueso y se acaba reflexionando sobre el amor, el altruismo y las cualidades espirituales que nos definen como seres humanos. Es una ciencia fascinante, pero también puede ser aterradora. Al día siguiente de escuchar una conmovedora historia sobre un ancianito prehistórico amorosamente confortado hasta la muerte, el descubrimiento de unos huesos raídos puede revelar otra menos inspiradora: la de un clan de neanderthales que se ha comido a otro a bocados, por puro placer. Parece que el amor, el odio y la indiferencia venían en el mismo paquete. Hoy leo en un recorte de prensa que, de promedio, seis mineros mueren cada día en China a causa de accidentes laborales. Por el tamaño de la noticia deduzco que el asunto no interesa demasiado.

viernes, 8 de octubre de 2010

PREGUNTEN A AMANCIO (08/10/2010)

Así, a bote pronto, el nombre les sonará a un viejo futbolista del Real Madrid. Sin embargo, no creo que Amancio Ortega sea demasiado aficionado al fútbol. Si lo fuera, ya se habría comprado el Deportivo de La Coruña y el Celta de Vigo de una sola tacada, porque tiene dinero suficiente para eso y mucho más. Amancio Ortega, fundador del grupo Inditex, es el hombre más rico de España, el segundo de Europa y el noveno del mundo, con una fortuna personal estimada en 25.000 millones de dólares. Es evidente que el empresario leonés no ha llegado a la cima profesional gracias a inversiones tan dudosamente rentables como la compra de un club de fútbol. Además, le faltaría un requisito esencial: el ansia de notoriedad. Amancio Ortega es un hombre celoso de su intimidad y huye del reconocimiento público como de la peste. No le faltan razones para ello. La cultura española, tradicionalmente entregada a empresas quijotescas, siempre ha puesto a los mercaderes bajo sospecha. A los pícaros hidalgos les sucedió la lucha de clases, el anarquismo, ideologías que abrazamos generosamente. Para rematar la faena llegó el general Franco con su Estado paternalista, administrador de licencias, cuotas y mordidas. Resumiendo, que el empresario español nunca lo tuvo fácil. Cuando pudo comprarse el coche alemán con la estrella en el morro, fue más envidiado que admirado. Más despreciado que imitado. No es extraño que Amancio Ortega haya preferido pasar inadvertido. Qué lástima. Sospecho que alguien que empezó de aprendiz de camisero y ha llegado a tener 5.000 tiendas en 77 países, con 100.000 trabajadores, debe saber algo de economía. En un país con más de 4 millones de parados, una ministra debería tener la humildad suficiente para descolgar el teléfono y preguntar: “Amancio, ¿tú qué harías?”

viernes, 1 de octubre de 2010

ALIENÍGENAS (01/10/2010)

Nota del autor: en la columna de hoy no se habla de Fernández Toxo o Cándido Méndez. Por si el título pudiera levantar falsas expectativas. Hablamos de alienígenas de verdad, extraterrestres, marcianos, hombrecillos de verde. Desde hace años asistimos a un goteo de noticias, aparentemente inofensivas, que están anunciando el acontecimiento más trascendental de la historia de la humanidad. La última de ellas se ha conocido hoy: han descubierto el primer planeta potencialmente habitable fuera del sistema solar. De acuerdo, está un poco lejos – 20 años-luz – y hace algo de frío – entre 31 y 12 grados bajo cero-, pero su descubrimiento confirma que la especie humana debería empezar a prepararse para el gran día del primer contacto con una civilización extraterrestre. Vamos muy retrasados. ¿Están preparados los organizadores de Miss Universo para un golpe así? Y los líderes de las principales religiones, ¿les temblará la mano cuando tengan que arrancar unas cuantas páginas de sus manuales de verdades incuestionables? Luego están los aspectos protocolarios. ¿Traje, chaqué o desacorbatado sindicalista? Sabe Dios si los extraterrestres son de derechas o de izquierdas. ¿Intercambiamos banderines o nos hacemos regalos? ¿Una sinfonía de Beethoven o lo último de Beyoncé? Lo único que me tranquiliza es que en la ONU ya se han puesto manos a la obra. Van a nombrar a una especie de embajadora para coordinar la primera respuesta de la Humanidad ante un contacto alienígena. Me parece sensato, imagínense si en la confusión se nos cuela Ahmadinejad. Para los primeros momentos, mientras decidimos qué hacer, yo les echaría a Fernández Toxo. Les largaría un discurso sobre la reforma laboral, y ganaríamos algo de tiempo... Otra vez. Lo hice. Hablé de él. Juro que me lo hago mirar.

viernes, 24 de septiembre de 2010

PATRIMONIO NACIONAL (24/09/2010)

Debería ser nombrado duque de Manacor y tener el tratamiento protocolario de Grande de España, tan grande, que hasta la duquesa de Alba debiera hacer una pirueta cada vez que se acercase a saludarle. Hace ya tiempo que Rafael Nadal Parera entró a formar parte del Patrimonio Nacional. Voy a pasar de largo por sus éxitos deportivos, su recién conquistado Career Grand Slam y sus récords de precocidad. Para los que no sean aficionados al deporte del tenis, quizá no signifiquen demasiado. Tampoco voy a entrar a analizar las cualidades personales del mallorquín, su desarmante caballerosidad y la aparente simplicidad de su filosofía de vida porque me faltaría espacio disponible. Pensemos hoy con inhumana frialdad: ¿Cuánto costaría una campaña publicitaria que igualase el efecto positivo que Nadal tiene sobre la imagen de España en todo el mundo? Me temo que no tendríamos dinero para pagarla. Lo increíble del caso es que no sólo nos sale gratis, sino que, además, genera ingresos al Estado: a diferencia de otros ilustres deportistas, Rafa tiene residencia fiscal en España y paga sus impuestos aquí. ¿Y si tuviéramos que cuantificar el impacto de su figura sobre la tan traída y llevada vertebración de España? Nadal siempre se ha distinguido por llevar su condición de español con un orgullo y una naturalidad que, en los tiempos que corren, llama la atención. Su lengua materna es el mallorquín, por lo que su ejemplo desmonta la tesis nacionalista de que cualquiera que hable una lengua que no sea la castellana, se convierte en un no-español. Para los individuos sin conflictos identitarios conocidos, entre los que me incluyo, es una gozada que alguien como Nadal quiera seguir compartiendo con nosotros la pertenencia a esa nación tan extraña llamada España. Y luego está su derecha liftada, su fortaleza mental...

viernes, 10 de septiembre de 2010

CHARLES DE GAULLE (10/09/2010)

Este año se ha conmemorado el 70 aniversario de “L´appel”- la llamada - el discurso que Charles de Gaulle lanzó a través de la BBC, llamando a la resistencia del pueblo francés tras la derrota infligida por las tropas alemanas en el verano de 1940. De Gaulle no es una figura demasiado conocida en España. Su larga carrera política coincidió con la dictadura de Francisco Franco, empeñado en convencer a los españoles de que fuera de las fronteras patrias todo era peor, los hombres eran menos viriles y las mujeres no besaban de verdad. Sin embargo, creo que De Gaulle merece ser recordado hoy, aunque sólo sea para comprender por qué nuestros vecinos franceses son como son. La huella gaullista es tan profunda en Francia a pesar de los años, que el mismo Sarkozy, con bastantes menos centímetros de estatura, reproduce fielmente muchas actitudes de su predecesor sobre la grandeur y el sentimiento francés. Para De Gaulle, Francia era como una madre, como una diosa, un concepto superior que estaba por encima de su propia persona. Cuando los alemanes la invadieron, él se limitó a aplicar su propia filosofía y no aceptó la derrota. No se entrega a la madre al enemigo. De Gaulle era un completo desconocido pero esa fe inquebrantable, esa valentía serena, funcionó como un imán para los deprimidos franceses; si al principio le ignoraron, acabaron encumbrándolo como salvador de la patria cuando la victoria militar aliada expulsó a los nazis de su territorio. Quizá no sea cuestión de resucitar ese patriotismo, poco acorde con los tiempos. Sin embargo, sí se echa de menos en los políticos actuales algo de esa fe, de esa confianza contagiosa que se necesita para gobernar un país en medio del temporal. La materia de la que están hechos los líderes.

viernes, 3 de septiembre de 2010

VALENTÍN FUSTER (03/09/2010)

En la terminal de llegadas del aeropuerto de Barajas, un fotógrafo y una reportera se apostan junto a la puerta de salida de un vuelo procedente de Nueva York. Una señora de mediana edad se acerca a los periodistas con mirada pícara, comida por la curiosidad. Ser espectadora habitual de Corazón, Corazón le ha enseñado que las terminales de los aeropuertos se han convertido en las ágoras del mundo global, donde puedes cruzarte prácticamente con cualquiera. “¿A quién esperan? A Valentín Fuster. ¿Y ese quién es? ¿Algún futbolista? No, señora, es un cardiólogo” Como el rostro de la señora está pasando rápidamente de la extrañeza a la decepción, la periodista insiste: “Uno de los mejores del mundo” La señora se encoge de hombros y se va. A pesar de que son las seis de la mañana y de que le falta un café, la reportera acierta a pensar que si una sociedad dedica mas atención mediática a alguien que tuvo una hija con un torero que luego se casó con otra, que a un señor con los arrestos suficientes para rajar el pecho de un ser humano, hacerle un trabajo de fontanería primoroso con las válvulas de su corazón enfermo y salvarle la vida, eso constituye la prueba definitiva de que nos hemos vuelto todos locos, hemos perdido el norte y los restantes puntos cardinales, y de que probablemente no tengamos remedio. Hace unos meses, un amigo tuvo el detalle de regalarme un libro de Valentín Fuster titulado “La ciencia de la salud”. Me extrañó, porque no era mi cumpleaños. Cuando acabé de leerlo lo comprendí: mi amigo quería que yo celebrara muchos cumpleaños. Juro que no me he convertido en comisionista. Les recomiendo el libro porque está lleno de consejos de vida saludable fáciles de practicar, contados con humor y sin dramatismos. En el fondo soy un poco egoísta. Quiero que ustedes me lean muchos años.

viernes, 27 de agosto de 2010

MISS UNIVERSO (27/08/2010)

Las candidatas a Miss Universo deben tener los músculos faciales cigomáticos más duros que una piedra. Aguantar las dos horas de concurso con una sonrisa estilo buzón, que deje al aire el mayor número posible de piezas dentales, me parece una hazaña propia del libro de los récords. Visto que las aspirantes parecen todas salidas de una factoría de Barbies Superstar, podría pensarse que el título, la corona y la faja – igual que los boxeadores, qué cosas – se adjudican directamente a aquella que mejor sonría sin ganas, pero sin que se le note. Las cosas han cambiado, sin embargo. Hace unos años, para intentar acallar los insistentes rumores de que los certámenes de belleza eran, quizá, algo superficiales, alguien tuvo la brillante idea de introducir una sección nueva en el concurso. Desde entonces, ya no se trata sólo de enseñar el palmito y sonreír; ahora hay que contestar, además, a La Pregunta. Los miembros del jurado se dirigen por turno a las cinco finalistas y les disparan a quemarropa una pregunta comprometida. La respuesta debe ser inmaculada, políticamente correcta, y que no ofenda a bicho viviente. ¿Se imaginan tener que opinar sobre la pena de muerte o el burka delante de una audiencia de millones de telespectadores de todo el planeta? Y sin haber cumplido los veinte años. Me parece una prueba de una crueldad extraordinaria, mucho más que obligarles a desfilar en bikini y con tacones de aguja. De un embolado así, no saldría airoso ni el mismísimo Ban Ki-Moon. Este año, la ganadora fue una mexicana de nombre cervantino, Jimena Navarrete, lo que sirvió de oportuno analgésico contra el malestar que ha levantado entre los chicanos la agresiva ley anti-inmigración del estado de Arizona. El concurso se celebró cerca de allí, en Las Vegas. Otra vez como los boxeadores. Qué cosas.

viernes, 20 de agosto de 2010

DOS EN LA CARRETERA (20/08/2010)

Como el coche anda algo delicado, trato de llevarlo con mimo, como se cuida a un enfermo que ya ha visto casi todo lo que la vida le tenía reservado. Estamos en Soria y el espíritu machadiano de la tierra acompaña. He descubierto que conducir respetando escrupulosamente los límites de velocidad hace que mi espejo retrovisor esté más concurrido que nunca. Morros ceñudos de automóviles poderosos se asoman a él, impacientes, mientras sus conductores hacen complicados cálculos mentales espacio-tiempo hasta decidirse a ejecutar la suerte suprema. Hoy he hecho votos de ser un conductor nuevo, que se limite a conducir a la velocidad que le manden y no a hacer operaciones matemáticas sobre el margen de error de los radares de la guardia civil. Hablando del rey de Roma, por la puerta asoma: una pareja de la Benemérita inspecciona el tráfico, al borde de la carretera, unos cientos de metros más adelante. ¿A quién parará? ¡Premio! ¡Somos nosotros! No puedo culparles. Si yo viera acercarse a un coche medio tuneado y algo sucio, haría lo mismo. Me detengo, bajo la ventanilla y el agente me saluda con severidad. Quizá le sorprenda no encontrar a un jovencito con piercings escuchando música trance, pero lo disimula perfectamente. ¿Permiso de conducir, por favor? No acierto con la cartera, ¿no era rosa el maldito carnet? Charito me echa un capote. Lo guardas aquí, debajo del DNI. Gracias a Dios. Al sacarlo, una foto-carnet de la esposa sonriente vuela hasta mi regazo. La escena parece sacada de “Dos en la carretera”; Charito ha clavado a Audrey Hepburn y un servidor da para un Albert Finney bastante convincente. Creo que al guardia civil le ha llegado a la patata pero, otra vez, disimula como un bellaco. Presiento que hoy no habrá que enseñar más papelotes. ¡Pueden continuar!

viernes, 13 de agosto de 2010

TOURMALET (13/08/2010)

La carretera era una romería de lycras y culotes, cientos de ciclistas retorciéndose sobre sus monturas en pos de un esfuerzo agónico y maravilloso. Mi coche los adelantaba con un respeto reverencial, que delataba la mala conciencia de ser el perturbador de un rito casi religioso, al que se entregaban por igual orondos cincuentones, jóvenes de rostro afilado y padres que iniciaban a sus vástagos en los recónditos placeres del deporte del sufrimiento. Reconozco que hice las cosas mal desde el principio. Para un aficionado a la bicicleta como yo, acercarse por primera vez a las sagradas cuestas del Tourmalet impulsado por un motor diesel, es un sacrilegio que no puede quedar impune. El rebaño de ovejas que bloqueó la carretera no tuvo la culpa. Tampoco el joven descarado que las pastoreaba a lomos de un quad, en la estampa menos bucólica que pueda imaginarse. La culpa fue sólo mía. Al subir una pendiente prolongada en primera y a medio embrague, creyéndome el más hábil de los conductores, presenté una sólida candidatura a Tonto del Año. Mi coche pensaba lo mismo, porque celebró la tontería con una fumata negra, negrísima, y un inconfundible olor a quemado. Cuneta herbácea. Llamada a grúas Tourmalet. Matamos la larga espera contemplando el hilo interminable de ciclistas. La mayoría pasa junto al coche arrugando la nariz y mirándonos con ojos inexpresivos, desde el abismo de su agotamiento. Una septuagenaria se acerca pedaleando lentamente. “Aunque no lo creas, me cambiaría por ti” – grita risueña al pasar. Me pongo en pie, y por un momento olvido el coche humeante, la grúa y las vacaciones arruinadas. “Allez, allez. Très bien” – balbuceo, emocionado. Quiero decirle muchas cosas pero su figura menuda desaparece pronto detrás de una curva. Ahora estoy seguro. Algún día volveré al Tourmalet.

sábado, 7 de agosto de 2010

EL SÍNDROME DEL PIJAMA ARRUGADO (06/08/2010)

Pakistán está sufriendo las peores inundaciones de su historia. Continúa la búsqueda de los cuatro españoles desaparecidos en México. La operación salida de agosto ha mostrado un repunte en la cifra de muertos. Enfrentamientos entre taurinos y animalistas en Barcelona... No es un simulacro de catástrofes; se trata de una descripción bastante precisa de los contenidos del telediario que me he desayunado esta mañana, mientras trataba de superar ese estado de vulnerabilidad existencial que ataca al recién levantado – el síndrome del pijama arrugado- y para el que la ciencia humana no ha encontrado nada más efectivo que ponerse desnudo bajo un chorro de agua y beber café. Como noticia más positiva, Fidel Castro habría hecho su octava aparición pública en menos de un mes, esta vez vistiendo en verde oliva y no en chándal. Señores responsables de los servicios informativos: ¿no sería posible producir algo más optimista? Sus telediarios son más deprimentes que una perrera de perros negros. Tampoco estoy pidiendo el noticiero de los mundos de Yupi, donde sólo quepan noticias alegres e inspiradoras, con la sintonía de Viva la gente. Me conformo con algo más equilibrado; un telediario que hable de canallas, pero también de héroes; que no esconda los conflictos, pero tampoco a aquellos que logran evitarlos; que por cada ciudad que destruya la riada, el terremoto o el volcán, me cuente que se construyen otras, aunque sea en las antípodas. Quizá haya una solución más fácil: imitar a los niños. No he encontrado a nadie últimamente que practique la felicidad y la despreocupación mejor que ellos. Nada más despertar, cuando ataque el síndrome del pijama arrugado, dieta estricta de dibujos animados. Creo que me apunto. Adiós telediario. Bienvenido Shin-Chan.

viernes, 30 de julio de 2010

DE LOS TOROS (30/07/2010)

Es el sueño de un jefe de redacción sustituto en una mañana de verano. El Parlament de Cataluña prohíbe la fiesta de los toros y por unos días se hablará de algo con más chicha que la ola de calor o los incendios forestales. Al asunto no le faltan ingredientes. Desde que a los independentistas les diera por serrar las patas a los toros de Osborne que pastaban junto a las carreteras catalanas, está claro que la fiesta nacional es un asunto político. Pero también algo más. El rechazo creciente que despiertan las prácticas - no sólo taurinas - que provocan sufrimiento en los animales, es un sentimiento que ha penetrado en nuestro ADN y que está por encima de naciones o ideologías. Para compartirlo, la gran mayoría no necesita enseñar sus partes pudendas en la puerta de una plaza, o escenificar las suertes taurómacas entre gritos y litros de colorante. La fiesta de los toros agoniza en Cataluña sin necesidad de ningún colectivo. La única plaza en uso, la Monumental de Barcelona, sólo cuenta con cuatrocientos abonados. El riesgo que corren los abolicionistas es que, a partir de ahora y hasta el comienzo de la prohibición, según la españolísima e inveterada costumbre de llevar la contraria a la autoridad, por sistema, esos cuatrocientos se conviertan en cuarenta mil. Ya se verá. En cualquier caso, el espectáculo taurino está condenado a desaparecer y sus partidarios lo saben. La mejor prueba de ello es que nadie ha caído en la cuenta de que una ley, de la misma forma en que se aprueba, se puede derogar. Hoy se prohíben las corridas y mañana, quién sabe, se vuelven a autorizar y José Tomás, para celebrarlo, se encierra con seis toros en el Nou Camp. No ocurrirá. Porque una corriente más profunda fluye por debajo del alboroto nacionalista. Una que nos aleja de lo primitivo, de lo sangriento. De lo que fuimos. De los toros.

viernes, 23 de julio de 2010

CREPÚSCULO (23/07/2010)

Según la autora, la idea surgió en un sueño. Un vampiro se enamoraba de una chica, mientras luchaba contra la tentación de lanzarse a chupar su sangre. Stephanie Meyer era entonces una joven americana de 30 años, administrativa en una empresa inmobiliaria, que jamás había escrito un relato, ni corto ni largo. A pesar de ello, se puso delante del ordenador y tecleó la palabra mágica que cambiaría su vida para siempre: Twilight, o Crepúsculo. A esa palabra siguieron varios miles, hasta completar las 498 páginas de un best-seller que iba a inaugurar una de las sagas literarias y cinematográficas más aclamadas y rentables de todos los tiempos. 100 millones de libros vendidos en 37 idiomas, y tres películas que han batido récords de taquilla en todo el mundo. Sin embargo, más allá del éxito masivo, la saga Crepúsculo se diferencia de otras que le precedieron por una circunstancia particular: su público son las mujeres, desde las adolescentes a las madres de familia. Según las estadísticas, el 80% de los espectadores de las películas de la saga son mujeres de toda edad y condición. Y creo que se quedan cortos. ¿Mujeres consumiendo, en solitario, historias de vampiros? Crepúsculo no es una historia de vampiros al uso; Crepúsculo es una historia de amor. Al pulsar la tecla misteriosa que ha conmovido los corazones de millones de mujeres en todo el planeta, Stephanie Meyer no sólo se ha hecho rica y famosa. Ha demostrado que ellas tienen una sensibilidad y una concepción del amor romántico de la que los hombres jamás hemos oído hablar. No se si esto es bueno o malo. Ayer mi mujer afirmó muy seria que nuestro primer hijo se llamaría Edward Cullen, como el protagonista vampírico de la saga. Insinué que ni ella ni yo éramos vampiros. Insistió. Le dije que lo pensaríamos.

viernes, 16 de julio de 2010

EL BESO (16/07/2010)

Teníamos el de Gustav Klimt, el de Robert Doisneau, el de Auguste Rodin…y ahora hay que hacer hueco al beso de Iker Casillas y Sara Carbonero. Las imágenes han dado la vuelta al mundo. Después de semanas de críticas y chascarrillos sobre la relación sentimental entre el portero y la periodista, las emociones se desbordaron y el capitán de la selección plantó un romántico beso en los labios de su amada en mitad de una entrevista. Ahora toca recular. La esposa del político británico Nick Clegg, ha invitado a The Times a hacer una rectificación por el titular, con foto incluída, que el diario publicó en su portada tras la derrota contra Suiza: “¿La derrota de España? Culpen a la chica”. El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid debe estar buscando plaza en algún vuelo a Alaska, después de criticar con dureza la inaceptable situación de que el portero y la periodista ¡eran novios! Pensándolo bien, creo que podríamos fletar un charter: siguiendo la estela del decano, otros columnistas madrileños pusieron a la reportera a caer de un burro. Como no podían con su belleza, que es inatacable, la emprendieron con su desempeño profesional, lo que es una injusticia. Nada como un puñado de paradas decisivas y un título mundial para cerrar unas cuantas boquitas. De pronto, comparar el beso Casillas-Carbonero con obras maestras del arte universal me parece algo bastante serio. ¡Una teoría sostenible! A fin de cuentas, ¿qué es el arte? Emoción. Recuerdo unas cuantas salas de museos con instalaciones y televisores amontonados que me emocionaron bastante menos. Se han expuesto cadáveres humanos, vacas en formol, ¿cuerpos desnudos? Ya sólo nos queda arrancarnos la piel a tiras. ¡Y un simple beso ha sido capaz de emocionarnos! Sincero, espontáneo, desinteresado. Que tomen nota los artistas.

martes, 13 de julio de 2010

NOCHE DE HÉROES (13/07/2010)

La furgoneta atraviesa calles desiertas y sus cinco ocupantes permanecen hipnotizados por la voz ansiosa del locutor que parece estar a punto de anunciar una catástrofe. Empieza la segunda parte de la prórroga. Han visto el comienzo del partido por televisión, en Jefatura, pero a estas alturas nadie recuerda si vestimos de rojo o de azul, ni si Fernando Torres está en el campo pero no rasca bola. “¡Para!” La voz del inspector suena como un trueno, y el agente que conduce a su lado, casi salta del asiento. “¿Dónde quiere que pare, jefe? En el primer bar que veas, para.” El inspector tampoco aguanta más. La furgoneta se detiene y cinco miembros de la Policía Nacional, de servicio en la noche zaragozana de la gran final, salen en tropel hacia el bar más cercano. Están en la avenida del Conde de Aranda, popularmente conocida como la de Marrakech, por la abundante población magrebí que la frecuenta. El grupo de policías entra a la carrera en un bar casi desierto, donde tres gitanos y dos marroquíes apuran sus consumiciones mientras esperan el final del drama que se representa en el televisor. La avalancha de agentes de la ley casi hace que a los parroquianos se les pare el corazón. El inspector reacciona con rapidez. Tiene la experiencia suficiente en el oficio para saber que el uniforme llega mucho antes a los sentidos que la persona que lo viste; que una mirada tranquilizadora no basta para quitar el susto del cuerpo a quien no sabe de qué huye o por qué le persiguen. “Tranquilos, hemos venido a ver el partido”. Durante los primeros instantes no habla nadie, salvo el televisor, y el dueño del bar intenta relajar un poco el ambiente: “¿Les pongo algo, señores?” “Nada, gracias, que estamos de servicio” “¿Una agüita entonces?” En ese momento, la enésima entrada sucia de Van Bommel obra el milagro: “Hombre, por Dios, vaya entrada, ya está bien estos holandeses, qué marranos...” Payos, gitanos, musulmanes y cristianos ya tienen algo en común, se relajan y comentan la jugada. Diez minutos han bastado para que todos deseen lo mismo: que los de la camiseta azul metan el balón en el lugar donde pide la historia, la justicia y 45 millones de personas más. Y llega el momento. Andrés Iniesta para la bola, espera unas décimas de segundo a que descienda a la altura de su bota, y conecta un derechazo que se cuela en la portería holandesa para delirio de los habitantes de un modesto bar de Zaragoza. Es la locura. El inspector se abraza al gitano durante unos segundos interminables, y marroquíes y policías palmean como niños unidos en una piña. Lástima que no haya un buen fotógrafo cerca; nunca ganar el world press photo hubiera sido más fácil. Por desgracia, la arcadia feliz no puede durar siempre y los policías vuelven a ser policías, y los ciudadanos, ciudadanos. El inspector manda a sus hombres que apuren sus aguas. La plaza de España comenzará a llenarse de gente, y deben partir de inmediato para evitar que ocurra una desgracia. Les lloveran miles de insultos, unos cuantos cascos de litrona lanzados por los inevitables descerebrados, y la gente, una vez más, sólo verá los uniformes. Nunca sabrán que por dentro, allí donde la tela toca la piel acalorada, ellos sienten el mismo orgullo. Ellos también son campeones del mundo.

viernes, 9 de julio de 2010

LOA A LA SELECCIÓN (09/07/2010)

Hace 2.500 años, Sun Tzu ya escribió que el arte de la guerra se basaba en el engaño. Contemplando el partido de cuartos de final entre Brasil y Holanda, pensé que el militar chino tenía razón. Como los campeonatos de fútbol han sustituído a las guerras del pasado – alguien debería nominar a la FIFA al premio Nobel de la Paz - es lógico que los partidos más disputados conserven algunos tics bélicos: espionaje en los entrenamientos, guerra de propaganda en la prensa, engaño al árbitro a cualquier precio. No importa si propinó a su rival una patada en la espinilla ante los ojos de mil millones de personas; cuando el árbitro la señale, protestará, y sus brazos parecerán los de un molino manchego. Cuando la pelota salga del campo mirará al señor juez, señalando invariablemente en dirección a la portería rival. Jurará por Dios que no fué el último en tocarla... En esas estábamos entre cariocas y tulipanes cuando tuve una revelación, un pálpito, una taquicardia en código morse: “Estos tipos no pueden ganar el mundial. España ganará”. Me sentí como si acabara de ver al arcángel San Gabriel. Podríamos seguir hablando de Sun Tzu y de metáforas guerreras sobre el fútbol, pero cada uno tiene que ser fiel a lo que es. Y yo soy un romántico. Más que el mismísimo Lord Byron. Por eso creo que los buenos de corazón ganan siempre, que un equipo de fútbol unido, sano de cuerpo y de mente, que respeta al rival, al árbitro, que tiene un entrenador que no manotea, que no insulta, un país que se da cuenta de pronto que unido es más feliz, una generación de deportistas superdotados...debe ganar el mundial. ¿Se van a fiar de un pulpo antes que de mi? El próximo domingo fingiré estar nervioso, para no despertar sospechas. Ahora que lo saben, hagan lo mismo. Disfruten.

viernes, 2 de julio de 2010

SUBASTAS (02/07/2010)

El 4 de mayo de 1821, en la remota isla de Santa Elena, unas manos temblorosas cortaban un mechón de pelo a un hombre agonizante. El nerviosismo estaba justificado. Moribundo o no, aquel hombre seguía siendo Napoleón Bonaparte. Pocos rincones de Europa se habían librado de la megalomanía devastadora de este corso, a Dios gracias irrepetible. Ciento ochenta y nueve años después, aquel gesto de audacia acaba de tener su recompensa. Los descendientes de un capitán británico encargado de la custodia del emperador en sus últimos días de destierro, acaban de subastar el preciado mechón. Un pujador anónimo ha desembolsado 10.800 euros. No sabría decir si me parece caro o una ganga. ¿Para qué sirve un mechón de Napoleón Bonaparte? ¿Y una radiografía pélvica de Marilyn Monroe? El ganador de la subasta de la jeringuilla que mató a Michael Jackson, ¿qué hace cuando llega a casa con el siniestro paquetito envuelto entre algodones? Lo primero, contárselo al vecino. No se puede tener en casa el molde dental de Angelina Jolie, esforzadamente ganado, y que tu vecino no lo sepa. Con cualquier excusa, en el ascensor, donde sea. “¡Cómo está el tiempo! ¡Es que ya no hay primavera! Hace un par de semanas pasando frío…por cierto, no se si sabes que tengo colgados en la pared del salón unos calzoncillos de Marlon Brando. Pásate cuando quieras”. Hay gente pa tó, que diría el torero. Lo que no deja de maravillarme es la visión de futuro del capitán británico de Santa Elena. Un adelantado a su tiempo. Estos días sonreirá, satisfecho, desde el fondo de su tumba. El emperador, siempre tan vanidoso, también estará contento. Seguro que no sabe que la subasta de un mechón de John Lennon alcanzó los 33.800 euros hace unos meses. El triple que el suyo. Este es muy capaz de declararle la guerra a alguien. Más vale que no se entere.

viernes, 25 de junio de 2010

OBSESIONES (25/06/2010)

Prometo que lo he intentado. Aleccionado por un amigo lector, me había propuesto desterrar los temas políticos de este faro que habito, y sustituirlos por materias más superficiales en apariencia, convencido de que la esencia de la vida se encontraba más cerca de la mirada de un gasolinero en Siétamo (Huesca) que del incesante diálogo de besugos en que se ha convertido la política española. Sin embargo, esto parece no tener cura. Empiezo a sospechar que las personas hemos venido al mundo con un paquete de obsesiones incrustado en los helicoides del ADN, al que no podemos oponer ninguna resistencia. Por suerte para la especie humana, las obsesiones de algunos individuos escogidos llevan al descubrimiento de vacunas o a la invención de aparatos maravillosos como la televisión o el microondas. En mi caso, las expectativas son bastante más modestas. De mis tres obsesiones reconocidas – la lucha contra los pises de perro en las calles, lograr la supresión del primer saque en las reglas del tenis y conseguir la reforma del sistema electoral español – creo que es esta última la que más puede aportar al progreso y la felicidad de mis congéneres. Hace tiempo que sé que las normas que rigen las elecciones al Congreso de los Diputados son defectuosas, injustas y antidemocráticas. Sin embargo, mis investigaciones más recientes me han llevado a conclusiones mucho más dramáticas. Todos los grandes males de la política española – la permanente crispación entre las dos Españas, el nacionalismo separatista, el menguante nivel intelectual y moral de la clase política, el creciente abismo entre la ciudadanía y sus representantes – tienen su origen directo en las normas electorales. ¿Me estaré volviendo loco? Sí es así, por favor, que alguien me avise. Otra forma de hacer política es posible. No pienso rendirme.

viernes, 18 de junio de 2010

EN EL MISMO VARCO (18/06/2010)

Al corrector de estilo del periódico La Comarca: querido compañero, ¡detente! Ya se que te tomas muy en serio tu trabajo y que ese vehículo flotante que se utiliza para transportar por el agua personas, animales o cosas se denomina “barco”, con b, desde mucho antes de que nuestros antepasados cambiaran la túnica por los pantalones. Por tanto, respira hondo y haz el favor de envainar tu rotulador rojo, que acabarás manchando a alguien. Esto ha sido un simulacro. O mejor dicho, un aperitivo de lo que se nos viene encima. Cuando Paulina Rubio descubrió que estaba embarazada, arrebatada por la emoción, corrió hacia el computer. ¡Tenía que contárselo a alguien! ¿A quién mejor que a sus dos millones de amigos del Twitter? Queridos followers, comenzó, y a esas palabras apocalípticas siguieron otras, y patada a patada, el diccionario acabó en el fondo del golfo de México preguntándose para qué demonios Cervantes había escrito el Quijote, que vaya pérdida de tiempo. Cuando algún assistant le advirtió de los americanismos y las faltas ortográficas, Paulina volvió al computer a disculparse y, de paso, a cometer un par de docenas más... Juro que pese al tono irónico, no lo llevo demasiado mal. Más me vale. Se aproxima una epidemia de faltas ortográficas para los próximos años tan mortífera, que los estómagos delicados, los puristas de la tilde, lo van a pasar mal. ¿A quién reclamar? A Bill Gates, al inventor de Facebook o al maestro armero. Cuando nos echamos en brazos de la informática, alegres y despreocupados, no sabíamos que estábamos entregando a cambio un pedazo de nuestro ser. La intimidad, la identidad, la ortografía. Por suerte o por desgracia, no se admiten devoluciones. Después de todo, una v, una b, el paraíso o el infierno, ¿qué más da? Se que todo es para bien. Todos viajamos en el mismo...barco.

viernes, 11 de junio de 2010

SCHIAVONE (11/06/2010)

Su apellido ha entrado en la historia. Francesca Schiavone se ha convertido en la primera tenista italiana en ganar el torneo de Roland Garros. Aunque ha compartido honor con nuestro Rafa Nadal, las carreras deportivas de ambos no han tenido muchas semejanzas. Durante sus primeros diez años como jugadora profesional, la Schiavone alcanzó ocho finales y las perdió todas. En 2007, después de contratar a un psicólogo deportivo, logró al fin conquistar un torneo. Luego siguieron dos títulos más. En vísperas de viajar a París, a punto de cumplir los treinta años y con la precoz jubilación de los deportistas profesionales en el horizonte, la italiana podía sentirse satisfecha. Sin embargo, una extraña idea brotó en su mente; una idea descabellada, un desatino: ganar Roland Garros antes de retirarse. La cosa no empezó demasiado bien – perdió el primer set en su primer partido – pero para sorpresa general, ya no se le escapó ninguno más hasta llegar a la final. Allí se encontró a una australiana, Samantha Stosur, que partía como indiscutible favorita. La estampa de las dos rivales llamaba la atención. A Francesca, la suma de la tensión y el desgaste a su constitución no muy agraciada, la había llenado de arrugas y huesos. La australiana, por el contrario, lucía un figura proporcionada, musculosa, rematada por un bello rostro de ojos verdes. Francesca luchó, corrió y desplegó toda la picardía milanesa para acabar venciendo en dos sets, después de un tie-break antológico. Besó la tierra roja, lloró, rió, alabó a su rival -“eres una gran, gran persona”- y se mostró con una naturalidad y una simpatía arrolladoras. Y entonces, pasó. De pronto, Francesca Schiavone era la persona más guapa de todo el estadio. La más atractiva. Ilusión óptica, dirán los escépticos. Belleza interior, contesto yo. Imposible de esconder. Más eficaz que un bisturí.

viernes, 4 de junio de 2010

LA VENTANA (04/06/2010)

Es la tienda más grande del mundo. En ella es posible comprar un salmón recién pescado en las frías aguas de Alaska, un delicado jarrón de la dinastía Ming, o los servicios de una madre de alquiler, todo sin levantarse de la silla. Una fuente de conocimiento equivalente a millones de bibliotecas, desde lo más sofisticado a lo más mundano. Cómo montar una cabeza nuclear, estudiar la carrera de arquitectura o descubrir que hay más de cincuenta nudos de corbata distintos. Todas las posturas, todas las aberraciones, hombres y mujeres de todas las razas, desnudos, con la deliberada intención de excitar nuestras libidos. Entretenimiento ilimitado, tan accesible, que a veces añoramos los tiempos en que se pagaba por él. Redes sociales, foros, chats, bálsamos para la soledad en todos los idiomas. El freaky descubre que no está tan solo y que quizá los freakies seamos todos los demás. Internet, el invento más revolucionario de la historia de la humanidad... El discurso no le ha convencido. Mi jefe dice que pierdo mucho el tiempo, que desde que llegó el ADSL mi productividad ha caído por los suelos. Que c´est fini. Que me lo corta. Me he puesto trascendente- “¿no deberíamos sentirnos afortunados por haber asistido a su nacimiento en el minúsculo lapso de nuestras humildes vidas?”- poético- “una ventana abierta a todos los paisajes del mundo, ¿y me pide usted que no me asome?”- práctico- “mientras navego mejoro muchísimo mi inglés”. Inútil. Mi jefe se ha puesto borde. Dice que si quiero ventanas, que me asome a la de la oficina, que da a un lavadero de coches precioso. ¿Saben lo malo del asunto? Que mi jefe soy yo. ¿Y algo todavía peor? Que desde que no tengo internet en el trabajo, rindo tanto que se me está poniendo cara de oriental. Va a resultar que mi jefe tiene razón.

viernes, 28 de mayo de 2010

SABER Y GANAR (28/05/2010)

Hace algunas semanas, el concurso televisivo “Saber y Ganar” emitió su programa número 3.000. Una verdadera hazaña. Después de trece años en antena, un millón y medio de espectadores siguen cada día el concurso, con una fidelidad a prueba de reality-shows, magazines del corazón, y cualquier invento que los agresivos guionistas de la competencia puedan discurrir. Un servidor tuvo la suerte de participar en “Saber y Ganar”, hace más de diez años. Hice un papel discreto – resistí tres programas - pero en tiempos de escasez, las miles de pesetas del premio me cayeron como agua de mayo. Fui derrotado por un andaluz de memoria prodigiosa al que me presentaron en el desayuno del hotel, el día de la grabación del programa. No se cómo pudo salir el tema, pero antes de acabarnos el café, ya había recitado la tabla periódica de elementos de Mendeleiev sin pestañear. Ciertamente, a lo largo de 3.000 emisiones han pasado por el programa concursantes brillantísimos. Sin embargo, en cuestión de sabiduría, creo que ninguno ha superado a su presentador. Hace un año, corrió por internet el bulo de que Jordi Hurtado había muerto. Los inventores de la patraña dijeron que “nadie en su sano juicio sería capaz de presentar un programa así, durante más de diez años”. Al parecer, Jordi Hurtado no cambiaba de aspecto, no envejecía. Todas sus intervenciones habían sido grabadas hace años, concluyeron. Detrás de la broma, aparentemente inofensiva, latía la malsana burla hacia el virtuoso, hacia el que cumple con su deber. El “pecado” de Jordi Hurtado consiste en tener el coraje y la personalidad de presentar el programa 3.000 con la misma ilusión y entusiasmo del primer día. En eso consiste la verdadera sabiduría. Para los mezquinos, un espectáculo insoportable.

viernes, 21 de mayo de 2010

EYJAFJALLA (21/05/2010)

Embarcar en tres cascarones de nuez, cruzar un océano desconocido y tropezar con un nuevo continente, reúne todos los ingredientes de un viaje perfecto: incertidumbre, descubrimiento y contacto indígena. Desplazarse por la corteza terrestre sin ellos, con independencia de los kilómetros recorridos, es hacer turismo, negocios o fotos con una cámara compacta, actividades nobilísimas todas ellas, pero sin la trascendencia y la capacidad transformadora de un viaje con mayúsculas. Paradójicamente, la proliferación de compañías aéreas de bajo coste ha asestado un golpe casi mortal al concepto más puro de viajar por Europa. Se vuela más que nunca y se viaja menos que nunca. La razón no está en el avión en sí; después de todo, volar sigue siendo una aventura viajera bastante notable: si al pájaro le da por caerse, palmamos todos. El problema es la masificación de los destinos. A estas alturas, uno ya no aspira a encontrarse una Fontana de Trevi a lo Mastroianni, sin gente, o a un parisino que resuelva con entusiasmo nuestras dudas geográficas. Por no hablar de los indígenas en pelotas con collares macizos de un color sospechosamente dorado que se encontró Don Cristóbal. Pero, por favor, si no es mucho pedir, me gustaría no tropezar con mi vecino del quinto en Trafalgar Square. O en el barrio rojo de Amsterdam. Es un tío estupendo, que conste, pero sé que él está pensando lo mismo de mi. Por suerte, en estos casos, la naturaleza siempre acude al rescate. Despierta un volcán en la lejana Islandia y se recupera el espíritu viajero echando cenizas. Se vuelve a viajar a París en Vespa, se comparte taxi para llegar a Berlín con un desconocido, y se alquilan medios de transporte como Willy Fog en el día setenta y nueve. Eyjafjalla. No, no he apoyado el codo en el teclado. El volcán se llama Eyjafjalla.

miércoles, 19 de mayo de 2010

ENVEJECER (14/05/2010)

Hoy me he levantado unos cuantos años más viejo. De golpe. Si la crisis de la adolescencia consiste en descubrir que tu padre no es perfecto, la de los cuarenta es mucho más traumática. Hasta ese momento, uno vive con la esperanza de que sus gobernantes, el Papa, el presidente del club de fútbol favorito, la CIA, el secretario general de la ONU, son gente seria y competente que siempre guarda un as en la manga para cuando la situación se ponga realmente fea. Qué bonita ilusión. De pronto, un día cualquiera en la cuarta década de la vida, te caes del guindo y te das cuenta de que nadie sabe del todo lo que está haciendo. Que todos somos una cuadrilla de improvisadores. Que debajo del traje del presidente no hay un hombre excepcional. “Eso ya lo sabíamos nosotros hace mucho tiempo”- gritan desde las bancadas de la oposición. “¿Es el presidente de la oposición un hombre excepcional?”, pregunto yo. Jamás he oído afirmar tal cosa, ni al más ferviente de sus partidarios. Pues ustedes perdonen, pero necesitamos a hombres y mujeres excepcionales, menos no nos valen, necesitamos creer en algo más que las verdades del Ecofin, necesitamos un Obama, un Nick Clegg, una corriente de aire fresco, una nueva ilusión, y por mucho que escudriño en el horizonte, no se ve absolutamente a nadie. ¿Y si elegimos al próximo presidente del gobierno convocando unas oposiciones? Por lo menos nos aseguraríamos de que supiera hablar inglés, que no es poco. Así quizá nuestros mandatarios abandonarían ese aire pánfilo que gastan en las cumbres internacionales, como de invitados a una fiesta en la que no conocen a nadie. Los reyes son los padres. Nuestro presidente del gobierno no sabe muy bien lo que hace. Qué cuesta arriba se me está haciendo esta mañana. Qué duro es envejecer.

viernes, 7 de mayo de 2010

LA HABITACIÓN SUIZA (07/05/2010)

¿Cómo se llama el presidente del gobierno suizo? Probablemente nos encontremos ante una de las preguntas más difíciles del mundo. Aquellos que tienen la obligación de saberlo todo, arrugarán el ceño y dirán aquello de “ahora no recuerdo...han cambiado hace poco, ¿no?”, a modo de chorretada de tinta calamarina antes de salir nadando hacia aguas más tranquilas, pongamos un estatut o una reforma laboral. No engañan a nadie. Jamás supimos quién gobernó Suiza; ni hoy, ni ayer, ni nunca. ¿Y el nombre del primer ministro griego? Casi puedo ver sus caras de satisfacción, “esta sí, esta sí”...¡Papandreu! Resulta curioso. De un país en bancarrota sabemos más que de otro que funciona como un reloj suizo. ¿No sería más útil conocer y tratar de imitar al segundo? Desde 1959, el gobierno federal suizo se compone de miembros de todos los partidos políticos. Imagínense un gobierno español con varios ministros socialistas, populares, de izquierda unida y de los partidos nacionalistas. Comprendo que quizá no puedan. Seamos algo más realistas. ¿Se han fijado en que Mariano Rajoy, al salir de su entrevista con el presidente de gobierno, adoptó un discurso más moderado? En vez de gallego, se le puso cara de suizo. El contacto personal suaviza las diferencias y hace recordar que todos vamos en el mismo barco. Obliguemos a nuestros políticos a mantenerlo periódicamente. Propongo inaugurar en el complejo de la Moncloa una habitación en la que los principales dirigentes políticos tuvieran que pasar juntos un día entero, por ley, una vez por trimestre. Sólos, sin asesores. Desde el desayuno hasta la cena, con partida de pádel o de mus incluídas. La habitación suiza. ¿Se imaginan llegar a olvidar el nombre de nuestro presidente? Qué descanso.

sábado, 1 de mayo de 2010

PAZ CIVIL (30/04/2010)

El proceso contra Baltasar Garzón, el que se refiere a las actuaciones del magistrado para perseguir los crímenes cometidos durante el franquismo, vuelve a traer a primer plano de la actualidad las páginas más tenebrosas de nuestra historia reciente. Para desesperación de muchos. ¿Cuándo podremos hablar de la guerra civil y del franquismo sin que “nos hierva la sangre iracunda”? Con la habitual torpeza de los políticos al manejar el debate histórico, en el Partido Popular han acusado al gobierno de poner en peligro la democracia y los socialistas han contestado afirmando que los populares hacían el juego a la Falange. Declaraciones explosivas, si fueran pronunciadas por alguien que tuviese por costumbre acomodar el sentido de sus palabras con la responsabilidad de su cargo público. Por suerte, esta vez, la cotidiana verborrea irresponsable de muchos de nuestros políticos hace que unas palabras potencialmente apocalípticas, no pasen de irritantes e inofensivas, como un petardo infantil. Siempre he estado a favor de honrar a los muertos de la guerra civil, de buscarlos y desenterrarlos si es preciso. Sin embargo, el proceso iniciado por Garzón para juzgar penalmente al franquismo a la manera chilena o argentina, me parece un gran error. No desearía que fuera condenado por ello –sería desproporcionado y poco práctico- pero debería recibir una seria advertencia: nadie está por encima de los procedimientos. En España, todos tenemos unas raíces, un pasado. Unos dirán que Franco es el personaje más funesto de la historia y otros que no tanto. Cuando la polémica pase, que pasará, todos, hijos de fachas y de rojillos, deberíamos hacer un esfuerzo por comprender. Por comprender al otro. Setenta años después, creo que nos hemos ganado el derecho a la paz civil.

lunes, 26 de abril de 2010

FILOSOFÍA (26/04/2010)

Me llama por teléfono mi amigo J.M. Tafalla. Su voz suena entrecortada por las interferencias orográficas de la sierra madrileña, pero llena de convicción. “Tienes que leerte “El anticristo”, de Nietzsche”. Intento hacerle comprender que después del disgusto que se ha llevado mi madre al leer mi última columna dedicada al Vaticano, lo más prudente sería dejar el tema por una temporada. “Es como Schopenhauer, pero no tan pesimista”, añade para tranquilizarme. Aunque no lo consigue, no puedo dejar de reconocer que de Nietzsche y de los filósofos en general, el bachillerato apenas me dejó un puñado de tópicos de escasa utilidad. Me sirvió para hacer un digno papel en “Saber y ganar”, eso sí, y me proporcionó un fino barniz de hombre culto con el que voy por la vida, como la mayoría de mis congéneres, aparentando saber mucho más de lo que sé. Siguiendo el ejemplo de mi amigo, me gustaría recomendarles algo relacionado con la filosofía, aunque no tenga nada que ver con suprahombres o mitos de la caverna. Para empezar, no se trata de un libro sino de un vídeo colgado en internet, algo muy apropiado para los homo videns en que nos hemos convertido. El vídeo recoge una conferencia del consultor Emilio Duró, con motivo de un congreso sobre pequeño comercio gallego celebrado recientemente. Se preguntarán qué puede tener en común la vida de un pequeño comerciante de La Coruña, con la de cualquiera de los lectores de este artículo. Ahí está el misterio que les dejo: todo. http://el-pensadero-de-ssg.blogspot.com/2010/03/emilio-duro-optimismo-e-ilusion.html El verbo de Emilio Duró es arrollador, irresistible y muy divertido. Hasta mi amigo Tafalla dejó aparcado a Nietzsche por un rato, para dejarse llevar por el entusiasmo y la provocación de este personaje. No se lo pierdan.

viernes, 16 de abril de 2010

VATICANO (16/04/2010)

“El estado más pequeño del mundo”, se dice a menudo, con simpatía, como si se hablara de un estado-llavero, poblado por guardias suizos y decorado con bonitas obras de arte. Puestos a seguir con el tamaño, el Vaticano es también la dictadura más pequeña del mundo, quitándole ese dudoso honor a la isla de Cuba. Los hermanos Castro llevan trabajando duro desde hace más de cincuenta años, pero claro, basta darse una vuelta por la basílica de San Pedro para darse cuenta de que, al lado de la Iglesia Católica, Fidel y los suyos son unos advenedizos. Cuando el representante de Dios en la tierra es un hombre con aspiraciones de santidad, un hombre bueno, el estado vaticano funciona aceptablemente bien. Su rabioso conservadurismo se suele pasar por alto. Sin embargo, cuando alguien como Joseph Alois Ratzinger luce la mitra papal, al sistema empiezan a vérsele las costuras. Benedicto XVI no es un aspirante a la santidad. Tampoco una mala persona. El Papa actual es un inquisidor, un político, un intelectual de pluma afilada, un jacobino con sotana, un alemán cabeza cuadrada. En la era Ratzinger, la Iglesia Católica ya no pone la otra mejilla. Se dedica a repartir hostias, pero no de las sagradas, sino de las otras. El secretario de Estado del Vaticano, Monseñor Bertone, ha administrado la última. Según él y unos misteriosos estudios científicos, la homosexualidad está vinculada a la pedofilia. Indignante. Los seguidores de la Iglesia Católica, colectivo al que pertenecen muchos amigos y familiares cercanísimos al que escribe, deberían advertir que su pastor, el señor Bertone, se expresa de una forma muy similar a como lo haría un político demagogo de la extrema derecha. Como si fuera el primer ministro de un régimen totalitario... Vaya. Resulta que eso es exactamente lo que es.

viernes, 9 de abril de 2010

DE SILVA A MARAÑÓN (09/04/2010)

Hugo Silva pertenece a la primera generación de hombres-objeto que ha producido la siempre desconcertante sociedad española de principios del siglo XXI. De pronto son ellas las que, ante una audiencia con presencia masculina minoritaria – esto es esencial -, sonríen pícaramente y lanzan las dos palabras desvergonzadas: “Está buenísimo”. Resulta que ya no sólo el chocolate está buenísimo. Hugo Silva también está buenísimo. Debo decir, para tranquilidad de Hugo, que el género masculino, a diferencia de las féminas, es bastante solidario con sus más apolíneos representantes. A los machos humanos, la pasión sexual desenfrenada de muchas hembras – nótese, dije muchas- nos produce, entre otras emociones contradictorias, la de la inquietud. Y ahora viene el salto mortal con tirabuzón: de Hugo Silva a Gregorio Marañón. Resulta que el actor se halla en pleno rodaje de una mini-serie histórica para televisión, en la que interpreta a Antonio Pérez, el intrigante secretario del rey Felipe II. Silva, por fuerza, ha leído a Marañón. No se puede aspirar a conocer quién fue Antonio Pérez, sin consultar la monumental monografía escrita por Gregorio Marañón en 1947. Una obra maestra de la literatura española, imprescindible para el buen amante de la Historia. Por desgracia, para demasiados españoles, el doctor Marañón es un perfecto desconocido, apenas el nombre de una calle. Y no hay culpa en ello. Marañón fue dejado caer en el olvido, por pertenecer a esa tercera España del exilio interior, casi apátrida, que a franquistas y republicanos incomodaba por igual. Como ven, para evocarlo, hay que hacer virguerías. Los caminos de la frivolidad son inexcrutables. Disfruten a Hugo Silva. Lean “Antonio Pérez”. Recuerden a Marañón.

viernes, 2 de abril de 2010

DIGITAL (02/04/2010)

Al ministro de industria, Miguel Sebastián, se le iluminaba la cara al pronunciar las palabras mágicas: Televisión Digital Terrestre. Al fin podía ser ministro, y feliz, todo a la vez. Mientras apretaba el botón protocolario que finiquitaba la era analógica, pensó: “Para estas cosas quería ser yo ministro, no para encerrarme en el palacio de Zurbano a negociar con la oposición”. Es la palabra mágica que todo lo puede. Digital. No sólo le ocurre al ministro. Añádanla a cualquier cosa y verán como les entran ganas de sonreir. “Me he comprado una aspiradora”. Nada. En cambio: “Me he comprado una aspiradora digital” A sonreir. Lo digital es así. El problema de las sonrisas es que no pueden ser eternas. Al final siempre viene alguien a aguarte la fiesta y helarte la susodicha. Esta vez han sido nuestros queridos colegas del diario francés “Le Monde”. Al parecer, todos los cd´s, dvd´s y discos duros en los que hemos almacenado nuestros datos digitales, fotos familiares, novelas inacabadas, tienen una vida finita de unos diez años, pasados los cuales la información se pierde. Si logran contener sus impulsos egoístas, piensen también en la infinidad de datos científicos, administrativos y bancarios que estarían en juego, si se confirma la amenaza. Lo irritante del artículo es que no da ninguna solución. Hacer nuevas copias de todo es materialmente imposible, existen medios seguros de almacenaje pero son carísimos etc... Al final, el periodista estampa su firma al pie, Laurent nosequé, y se marcha a casa tan fresco. ¿Qué clase de broma es esta? ¿Cómo saben que se borran los discos si todavía no han pasado diez años? ¿Qué nuevo formato van a intentar colocarnos? Suena el teléfono del ministro. Un mensaje de la ministra Salgado. Escueto. “Que vuelvas”. Sebastián suspira. Qué poco dura lo bueno.

viernes, 26 de marzo de 2010

LA DEMOCRACIA IMPERFECTA (26/03/2010)

Si algunos las matan callando, el presidente del gobierno lo hace a golpe de subcomisión. Como las escaleras imposibles de los grabados de M.C. Escher, Zapatero acaba consiguiendo que no lleven a ningún sitio. Dos años después, la subcomisión sobre reforma electoral ha decidido rechazar las propuestas del Consejo de Estado, que ella misma pidió, con el argumento de que no hay consenso suficiente. El sistema electoral se queda como está. Votan a favor de rechazar la reforma, populares, socialistas y nacionalistas. Como era de esperar, en Izquierda Unida están que trinan. Después de soportar treinta años una ley electoral que les ha discriminado inmisericordemente, se habían hecho la ilusión de que algo podía cambiar. Y es que los rojos han encontrado en las normas electorales un enemigo peor que el mismísimo Franco, que les ha puesto al borde de la desaparición. Dicen que Herrero de Miñón, uno de los padres de la Constitución, anda jactándose por ahí de haberlas inventado para machacarles, recién legalizados allá por el 78, para terror de curas y militares. A fe que lo consiguió. En las últimas generales de 2008, IU obtuvo un millón de votos que le reportaron dos escaños. A Coalición Canaria le bastaron 174.000 votos para conseguir igual resultado. El partido de Rosa Díez, que empieza a sufrir en sus carnes el maquiavelismo electoral, obtuvo el mismo número de votos que el PNV. Para los vascos se tradujeron en seis escaños y para UPyD sólo en uno. Mientras tanto, los partidos mayoritarios y los nacionalistas repiten su mantra contra la reforma: el sistema electoral ha funcionado “razonablemente” bien. Se me disparan las alarmas. Cuando un político califica de razonable una norma que le beneficia descaradamente, habemus injusticia. Y de las gordas.

viernes, 19 de marzo de 2010

THE PACIFIC (19/03/2010)

Esta semana se ha estrenado en Estados Unidos la serie de televisión “The Pacific”, producida por Steven Spielberg y Tom Hanks, sobre la lucha de los norteamericanos contra el imperio japonés durante la II Guerra Mundial. La industria audiovisual americana podrá ser acusada de monopolista o comercialona, pero no de hacer las cosas de cualquier manera. Se han gastado 147 millones de euros en una serie de diez capítulos. Para que se hagan una idea, con ese dinero, el cine español podría haber producido más de cuarenta películas. Sí, ya se lo que están pensando, pero no lo digan. La II Guerra Mundial sigue dando argumentos a Hollywood para sus productos, casi setenta años después. No sorprende demasiado. La lucha contra la Alemania nazi y el Japón imperial, naciones enloquecidas que encarnaron el mal absoluto, constituye un ejemplo casi único de guerra justa, inevitable y necesaria. Aunque la reflexión haga rechinar los dientes a los enemigos del imperio yanqui, no se qué hubiera sido del mundo si los Estados Unidos no hubieran estado allí para hacerles frente. Qué tiempos. Entonces había heroísmo, frentes de batalla y hasta el enemigo era capaz de actuar con honor y dignidad. Había bofetadas por alistarse y las mujeres de los pueblos liberados, bellas francesas con boina y falda de tubo, se lanzaban a besar espontáneamente a sus salvadores. Ahora todo se ha complicado. En Irak y Afganistán no se ven mujeres por ninguna parte. Unos dicen que son guerras injustas y otros que necesarias. No hay dignidad, no hay reglas. Los suicidas se vuelan en pedazos en la puerta de los hospitales. No importa. Hollywood puede con todo. ¿La película ganadora de los Oscars? Una de artificieros en la guerra de Irak. Y encima será buena. Amenábar, sálvanos.

viernes, 12 de marzo de 2010

TIGER (12/03/2010)

Ella le golpeó en la cara y le persiguió con un palo de golf. Un hierro, presumiblemente. El que huía era Tiger Woods, el golfista más grande de la historia, el deportista mejor pagado del mundo y protagonista de uno de los mayores escándalos sexuales de los últimos tiempos. Su mujer acababa de enterarse de una de sus infidelidades y, a juzgar por su reacción, llovía sobre mojado. La prensa sensacionalista clavó sus garras en el incidente, imposible de ocultar a un vecindario puritano de la soleada Florida, lo suficientemente rico para dedicar al chismorreo una gran parte del día si es necesario. El número de amantes de Woods fue creciendo hasta alcanzar la apostólica cifra de doce. Afortunadamente para él, golfo, en inglés, no se traduce por golf, y los redactores de los tabloides tuvieron que pensar un poquito más para elaborar sus gigantescos titulares. El linchamiento ha sido general. Hasta sus mismos colegas, jugadores de golf profesionales, se han declarado decepcionadísimos y lo han puesto a parir. Los americanos, quiero decir. En este lado del Atlántico, aunque estemos igualmente contaminados por el amarillismo, aún se distingue la frontera entre lo privado y lo público. Al menos en el sur de Europa, un deportista profesional cogido en una infidelidad no necesita abandonar su trabajo o convocar una rueda de prensa, lloroso, para pedir perdón al mundo entero. ¡Ay, Tiger! ¡Qué oportunidad perdiste de dar un corte de mangas a todos los que te quieren llevar a la hoguera! ¡Al cuerno con los patrocinadores! Si Gillette no te quiere, ya nos afeitaremos a navaja. En ocasiones así, me congratulo de pertenecer a una cultura apasionada, salvaje a veces, pero sincera como la nuestra. Quizá no decimos “I love you” tan a menudo como debiéramos. Pero somos menos hipócritas.

viernes, 5 de marzo de 2010

BONO (05/03/2010)

A José Bono le sienta bien la presidencia del Congreso de los Diputados. Algunos dirán, perversamente, que todo se debe al exitoso transplante capilar que le ha devuelto el tupé perdido. El kibutz piloso del político albaceteño ha hecho que se tripliquen estas operaciones en España durante el último año. Dicen que la asociación de clínicas de estética lo va a nombrar santo patrón. Pero no. Bono ya estaba encantado de la vida y de sí mismo antes de su pequeño retoque. Lo estaba como presidente de Castilla-La Mancha durante seis legislaturas consecutivas, como ministro de defensa, y lo sigue estando como presidente del Congreso. Como su carrera política ha estado casi siempre adornada de laureles, cabe preguntarse si su “bonho-mía” es resultado del éxito, o la causa directa del mismo. Me inclino por la segunda opción. José Bono es un socarrón, el rey del “ejjee”, que no pierde el sentido del humor aunque esté hablando de los temas más trascendentes o atravesando con su lanza a rivales políticos. Más listo que el hambre, también. Después de ser derrotado por nueve exiguos votos en las elecciones internas del PSOE que encumbraron a Zapatero, Bono tuvo la entereza de encajar el golpe, la generosidad amnésica suficiente para trabajar para su enemigo, y finalmente la inteligencia para abandonarlo cuando comprobó que su proyecto comenzaba a hacer aguas. Hoy José Bono se permite ser católico conspicuo en tierra de ateos, la filigrana dialéctico-estatutaria no va con él, y hace y dice prácticamente lo que le viene en gana. Ultimamente se ha atrevido a opinar sobre la reforma electoral, asunto tabú entre los grandes partidos. Es lo que pasa cuando te pones el mundo por montera, algo reforestada. Que te conviertes en un político con personalidad propia. Más raro que un lince ibérico. En un prodigio, vamos.

viernes, 26 de febrero de 2010

EL RELOJ DEL MUNDO (26/02/2010)

Tomar distancia. Dicen que no hay mejor estrategia para alcanzar al conocimiento. Cuando estamos inmersos en una situación conflictiva, basta dar un paso atrás y contemplarla desde fuera para que todo se aclare. ¿Se imaginan que alguien hubiera fabricado un ingenio en el que se contabilizaran en tiempo real todos los nacimientos, muertes, enfermedades, indicadores de deforestación, de producción de barriles de petróleo, etc... que se van produciendo en el planeta? Desde luego, ayudaría a tomar distancia para comprender qué demonios hacemos en este mundo. Sería como una especie de tablero de mandos en el que Dios se sentaría a comprobar la marcha de su creación diciendo cosas como: “A ver cuántas muertes por enfermedades diarreicas llevamos este mes... ¿Casi ciento veinte mil? ¿No se me habrá ido un poco la mano?” Lo han adivinado. El ingenio existe y, cómo no, está en internet (www.poodwaddle.com/clocks2es.htm). El reloj del mundo, lo han bautizado. En realidad, no es tan difícil. Los contadores en tiempo real no computan casos reales, con nombres y apellidos, sino que están basados en estadísticas anuales sobre fenómenos de lo más variado. Con cierta inclinación hacia el género negro, la verdad: el contador recoge hasta treinta y dos causas de muerte: ahogados, suicidas y enfermedades de todo tipo. Cuantifica los divorcios pero no las bodas. Registra la producción de coches pero no los premios de lotería concedidos. Macabro o no, el invento impresiona. Comprobar a qué velocidad se mueve el contador de fallecimientos en el mundo, más de dos por segundo, invita a la reflexión. A sentirse peón de un juego de dimensiones que le sobrepasan. Insignificante. A no tomarse la vida (y la muerte) demasiado en serio.

viernes, 19 de febrero de 2010

INVICTUS (19/02/2010)

El que no ha sido vencido. La película de Clint Eastwood, estrenada con éxito en todo el mundo hace algunas semanas, ha devuelto a Nelson Mandela al primer plano de la actualidad, y con él, a la extraordinaria historia del fin del apartheid en Sudáfrica. Mandela sigue invicto. Veintisiete años en prisión no consiguieron doblegarlo. Sin embargo, lo que ha convertido a este personaje en el líder político vivo más respetado del mundo, no ha sido estrictamente su capacidad de resistencia. Lo prodigioso, lo inesperado, surge cuando Nelson Mandela abandona la cárcel y es elegido presidente. En 1995, él es dueño absoluto del destino de su país y la mayoría negra, humillada durante décadas, seguirá ciegamente el rumbo que marque su liderazgo indiscutible. En ese momento, para admiración del mundo, Mandela elige el camino de la reconciliación. La revolución del perdón. Un territorio casi inexplorado en el que ya se adentraron personajes como Luther King o Gandhi, pagándolo con sus vidas. La peculiaridad de Mandela es que el sacrificio, su muerte en vida durante casi tres décadas de encierro, se produjo antes de su apuesta revolucionaria, lo que quizá conceda a su caso mayor valor. Ver la película “Invictus” es una experiencia estimulante, en todos los sentidos. Por una lado, da esperanza e inspira buenos sentimientos, pero por otro, invita a pensar en otros conflictos del pasado. En las ocasiones perdidas. Me hubiera gustado que en mi país, que también sufrió una guerra civil atroz, alguien hubiera tenido la visión y la valentía de emplear más a menudo las palabras de Nelson Mandela. Aún hoy, creo que la ley de la memoria histórica hubiera sido mejor comprendida y recibida por los españoles, si se hubiera añadido una sola palabra a su enunciado. Catorce letras. Reconciliación.

viernes, 12 de febrero de 2010

PRISAS (12/02/2010)

Fue una conjunción planetaria muy desgraciada. Las cifras del paro, las dudas despertadas en Europa sobre el futuro de nuestra economía y el batacazo bursátil. Hay que reconocer que la imagen de nuestro presidente haciendo encaje de bolillos teológicos para contentar a un grupo de cristianos conservadores y darse un abrazo con Barak Obama, no ayudaba demasiado. El caso fue que, durante unos días, a los enemigos del gobierno socialista, que ya son legión, les entraron las urgencias. “Estoy preparado para gobernar en cualquier momento”, declaró Mariano Rajoy. En las tertulias reaparecieron fórmulas políticas que no se invocaban desde tiempos remotos. Moción de censura. Gobierno de concentración nacional. De pronto, tuve la sensación de que estábamos en medio de un déjà vu. Cuesta recordarlo, a algunos porque éramos muy jóvenes y a todos porque la memoria histórica es flaca y selectiva, pero Adolfo Suárez, al que estamos hoy a punto de canonizar en vida, fue el político más ferozmente atacado en el ejercicio de su cargo de toda la historia de nuestra democracia. A finales de 1980, Suárez era un apestado. Para la oposición, para el jefe del Estado, y hasta para su propio partido. Había que librarse de él. Todo pasaba por librarse de él. Quedaban dos largos años de legislatura. ¿Dos años más con este inútil? ¡Nos llevará a la ruina!- se decía entonces. ¿Les suena de algo? Afortunadamente, hace años que callaron los ruidos de sables. La sola mención de un gobierno de concentración nacional presidido por un militar, como se planteó incluso por el PSOE en 1980, suena ridícula y despierta un sentimiento de vergüenza que quisiéramos ajena. Sin embargo, algunas lecciones de aquella época siguen siendo válidas: las prisas, en política, son malas consejeras.

viernes, 5 de febrero de 2010

IMPOPULARIDAD (05/02/2010)

Dedicarse a la política tiene sus compensaciones. Cuanto más alta es la responsabilidad a asumir, mayor es la cilindrada del coche oficial, la plantilla de sirvientes que deben procurar que el privilegiado cerebro del político ya no se preocupe de asuntos insignificantes como hacerse la cama o limpiar la taza del retrete es más numerosa, las calificaciones académicas del grupo de abnegados y anónimos asesores que facilitarán su trabajo y le harán atribuirse méritos e ideas geniales que quizá no fueron suyas serán mejores, las recetas del cocinero personal más sabrosas, los vinos de su bodega más aromáticos y persistentes en boca... No me escandalizo. Las cosas son y deben ser así. Ahora bien, lo que ya no me parece tan admisible es que haya políticos que se resistan a aceptar la otra cara de la moneda, el destino fatal que espera a todo el que consagre su vida a la cosa pública: la impopularidad. Aquel que quiera ver su nombre en una lista electoral no puede desconocer esta realidad, y debe estar preparado para aceptarla. Los mismos que hoy aplauden, mañana te crucificarán. A menudo, gobernar consiste en tomar decisiones difíciles, dirimir conflictos, elegir el mal menor. Contemporizar, templar gaitas y querer contentar a todo el mundo, es camino recto hacia la catástrofe: los conflictos no se resolverán y nadie quedará contento. Actuando así, el político no solo pulveriza su prestigio presente, lo que no es demasiado importante ya que el simple paso del tiempo lo acabará arruinando en todo caso, sino que hipoteca la única recompensa a la que puede aspirar: a que pasados los años, apagados los volcanes que su gestión hizo erupcionar un día, la sociedad eche la vista atrás y diga: hizo su trabajo. Y puede que hasta le hagan un homenaje. O una serie de televisión

lunes, 1 de febrero de 2010

CONTROLADORES (29/01/2010)

Cuando a José Blanco, ministro de Fomento, le enseñaron los resultados económicos de Aena, la empresa pública encargada de la gestión de los aeropuertos españoles, su primer impulso fue frotarse los ojos. Una pestaña caprichosa debía haberse salido de su sitio, provocando un curioso efecto óptico de visión doble, multiplicador de ceros. Tenía que ser eso. O las gafas. O un administrativo incompetente. O un poltergeist. Algo. Descartadas todas las opciones racionales y esotéricas, Blanco decidió llamar a su predecesora. Ponme con Magdalena. Era temprano y la señora Alvarez estaba en la cama. Desde que cambió las tormentas de nieve por el plácido escaño europarlamentario, la ex-ministra había redescubierto el placer de dormir de un tirón, y no perdonaba las ocho horas ni en víspera de rebajas. ¿Tu sabías que Aena perdía tanto dinero? Huy, Pepe, guapísimo, y eso no es nada. Espera que te caiga una buena nevada en medio de un puente festivo, que te vas a enterar. Gracias, Maleni. El ministro sacó papel y boligrafo y puso las cifras en claro: 2.300 controladores aéreos españoles ganando de media 334.000 euros al año, el doble que en la Unión Europea. 184 euros por hora ordinaria. 423 euros por hora extraordinaria. 1500 euros por horas especiales navideñas... ¿Por qué no me hice controlador? Rechazó rápidamente la idea. Impropia de un ministro de Fomento, pensó. Convócame a la prensa, haz el favor. Cuidado Pepe. A estos controladores no les hace falta ni ir a la huelga. Se ponen a marear la perdiz con sus radares, y en unas horas tienes la T-4 en pie de guerra y a la oposición pidiendo tu cabeza en bandeja de plata. Me da igual. ¿Sabes a qué se dedicaba mi padre?, continuó el ministro. ¿Maquinista de renfe? No, era peón caminero. Ya. Llámame a la prensa, anda.

viernes, 22 de enero de 2010

RUBALCABA (22/01/2010)

Cuentan que Felipe González, recién llegado Zapatero a la presidencia del gobierno, llamó a la Moncloa con un consejo: “No prescindas de Rubalcaba”. Sabía bien lo que decía. Alfredo Pérez Rubalcaba había jugado un importante papel, como ministro y portavoz, en la última etapa del político sevillano. Un fiel escudero que se mantuvo firme hasta el final, cuando las cañas eran ya afiladas lanzas, en el epílogo de un período histórico que se descomponía, víctima del agotamiento y los errores de su protagonista. Quizá Zapatero no necesitaba ese consejo. Rubalcaba había dirigido con éxito la estrategia electoral que le hizo ganar las elecciones en 2004. Suya fue una frase que resultó decisiva en aquella noche fatídica del 13 de marzo, dos días después del gran atentado: “Los españoles merecen un gobierno que no les mienta”. En la crisis ministerial de 2006, Rubalcaba sustituyó a Alonso al frente del ministerio del interior. Hasta el campeón mundial del idealismo podía darse cuenta de que necesitaba un hombre como él en el gobierno. Su antítesis, su opuesto, su yang. Un doctor en químicas, práctico, al que los debates ideológicos no le quitasen el sueño. Y sobre todo, leal. Rubalcaba pertenece a esa rara avis de políticos cuyos jefes de partido perciben como mucho más inteligentes que ellos, pero que por alguna extraña razón no aspiran a desbancarlos. Dice un amigo que si Rubalcaba no fuera calvo, habría llegado a presidente. Tengo mis dudas. Creo que le sobra ironía y autoconocimiento, y le falta vanidad y capacidades interpretativas. Los populares han pedido estos días la dimisión del ministro, una vez más, por su implicación en el caso Faisán. Dudo que tengan éxito. Rubalcaba es caza mayor. Más que un faisán, es un venado de doce puntas. Y en el PP andan últimamente flojos de escopetas.

sábado, 16 de enero de 2010

DESCARGAS (15/01/2009)

“En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira” Razón tenía el poeta, y lo he comprobado en mis propias carnes. Resulta que hoy había decidido comportarme como un artista. ¿Qué hace un artista en un día cualquiera?, se preguntarán. Básicamente, un artista atiende a las funciones fisiológicas y de interacción social propias de la especie humana, con dos particularidades. Una, no cumplir horario de trabajo alguno, y dos, introducir frecuentemente su nombre en internet para alimentar su ego, siempre necesitado de atención y afectos, y comprobar el impacto que sus creaciones están teniendo en la historia de la cultura universal. En esas estábamos, cuando tropecé con un descubrimiento sorprendente: doce mil personas se habían apropiado de mi última obra, en una página de descargas de internet. Ilegalmente. Sin pasar por caja. Sé lo que están pensando: ¿no será el Hombre del Faro un seudónimo de James Cameron? Lo desmiento rotundamente. Un servidor es artista modesto, de tercero sin ascensor, de andar por casa. Tan modesto que, enfrentado al latrocinio, se me partió el corazón. De la parte que cae más cerca del bolsillo de los dineros, surgieron insultos y exabruptos mientras me preguntaba por qué la Ministra de Cultura necesita pedir perdón por impulsar una ley pacata, que se limita a perseguir a aquellos que se enriquecen con el trabajo de los demás. La parte del ego, esa siempre necesitada de atención y afectos, sintió un calorcillo reconfortante. ¡Doce mil tipos se habían bajado mi película! Confundido y sin saber a qué atenerme, decidí visitar la nevera. Faltaba de todo. Por una extraña relación de ideas, mis pensamientos volaron de nuevo hacia la ministra... En nombre de la justicia, Sra. González-Sinde, no se arrugue.

sábado, 9 de enero de 2010

POLITICOS (08/01/2010)

Según una reciente encuesta, los políticos, su falta de preparación, de honradez, o simplemente de vergüenza, han pasado a ocupar el tercer lugar en la lista de preocupaciones de los españoles, por delante incluso del terrorismo. Conviene no engañarse en esta cuestión: España importa del extranjero el petróleo que le falta, por ejemplo, pero no los políticos. Estos son todos criados y engordados en territorio patrio. Por tanto, o en este país hemos tenido la increíble mala suerte de que todos los individuos torpes y de moral dudosa hayan venido a recaer en la profesión política, o simplemente, el sistema de recluta de hombres y mujeres para los asuntos públicos falla estrepitosamente. Como en las casualidades creo lo justo, me quedo con la segunda de las opciones. El asunto es complejo, y eso es una parte importante del problema. Sin un esfuerzo pedagógico importante, el sistema electoral es algo demasiado técnico para ser comprendido por el ciudadano medio, que bastante tiene, en los tiempos que corren, con llegar a fin de mes. Como el sistema actual beneficia a los grandes partidos, ellos son los últimos interesados en hacer ese esfuerzo y plantear reformas. El prototipo de político español es sumiso, mudo y complaciente cuando está abajo (“el que se mueve, no sale en la foto”, dijo Guerra hace treinta años), y engreído y déspota cuando está arriba. Mientras tanto, el ciudadano vive ajeno a las verdaderas luchas por el poder, que tienen lugar en las sedes de los partidos. Se limita a votar, cada cuatro años, por la lista cerrada que le presenta el partido de sus simpatías ideológicas. Rara vez sabrá el nombre del diputado que le representa por su provincia. Ni de que partido es. Como resultado de todo ello, la calidad de nuestra democracia es baja. La de nuestros políticos, también. Lo sorprendente sería que no lo fuera.

jueves, 7 de enero de 2010

QUERIDOS... (31/01/2010)

...Jaime, Teresa, Manuel, Mariano, Toño, Ramón, Conchita, Luis, Pascual, Yolanda, Carlos, Pilar, Charo, Santiago, Leticia, Sofía... Corren malos tiempos para la lírica navideña, la de las felicitaciones escritas con amor por los últimos amanuenses de la era digital. Enviar hoy un christma es algo tan improbable como hacer masa casera para pizzas, peinarse con raya o comprarse una televisión de tubo... Isabel, Julio, Ignacio, Alberto, Fernando, Pablo, Margarita, Raimundo, Eva... ¿Quiénes son sus crueles competidores, los asesinos sádicos del romanticismo? El correo electrónico y el sms. Ironías del progreso: cuanto más fácil nos pone las cosas la tecnología, más perezosos nos volvemos. Ahora que podemos contactar de inmediato con cualquier persona, en cualquier rincón del mundo, nos limitamos a enviar a cada integrante de nuestra libreta de direcciones un mensaje despersonalizado, de apariencia cariñosa, que deben compartir con decenas de destinatarios (no hay nada menos cariñoso que un mensaje cariñoso compartido a la fuerza) A veces recibimos mensajes de ex-amigos, ex-novias, ex-socios, o los enviamos por descuido a personas fallecidas... Mónica, Javier, Encarna, Cristina, Miguel, Lucía... Hasta el ingenio lo tomamos prestado: cada fin de año, para regocijo de las compañías de telefonía móvil, el éter se satura de mensajes de felicitación con toque picante o empalagoso sentimental, que se copian sin recato, en un alarde de originalidad. ¡Vade retro! Prefiero ver a Manolo Escobar en televisión cantando “Dónde estará mi carro”, con dolor de cabeza método champenoise, a recibir uno de esos engendros. Sensible que soy. Quiero un mensaje para mi solo. Quiero importar a alguien... Juan, María José, Marta, Rafael, Belén, Alejandra... Ustedes, queridos lectores, sí que me importan. Feliz año 2010.