viernes, 9 de noviembre de 2012

MANTENGA LA CALMA (09/11/2012)

Hace algunos años, en una librería de segunda mano del norte de Inglaterra, alguien encontró un viejo póster cuidadosamente plegado entre las páginas de un libro. Sobre un fondo rojo y bajo el símbolo de la corona real, se leía en grandes caracteres: “Keep calm and carry on”, mantenga la calma y siga adelante. El cartel pertenecía a una serie de tres modelos, impresa por el ministerio de información británico en 1939 para infundir coraje a la población ante la inminente amenaza de la guerra. Los dos primeros, que animaban a defender la libertad con “valentía, alegría y determinación”, empapelaron las calles del Reino Unido; del tercero, el que predicaba mantener la calma en aquellas sombrías horas, no llegaron a imprimirse más que un puñado de ejemplares porque estaba pensado para una circunstancia que felizmente no se produjo: la invasión de las islas por los alemanes. Encantados con su hallazgo, los dueños de la librería colgaron el póster en una de las paredes de su local sin sospechar que el asunto iba a convertirse en un fenómeno mundial. Primero fueron sus clientes, que cada día se ofrecían a comprárselo. Luego el asunto saltó a la prensa y el cartel se convirtió en un icono que decoró camisetas, tazas de café y toda clase de merchandising. Inesperadamente, setenta años después de haber sido concebido, aquel “Keep calm and carry on” hacía sonar una tecla emocional que conectaba con el individuo del siglo XXI, angustiado por las zozobras de la crisis económica. En España no estamos en guerra y los alemanes no quieren invadirnos, al menos de momento, pero el lema parece de lo más oportuno e inspirador. Intento aplicármelo. Me gusta pensar que mientras caen las bombas de la incertidumbre, soy capaz de atusarme el bigote y beber una taza de té. Que puedo mantener la calma y seguir adelante.

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