viernes, 23 de mayo de 2014

CAÑETE (23/05/2014)

Miguel Arias Cañete, candidato del Partido Popular en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, se ha metido en el mayor lío de toda su carrera. Sus increíbles declaraciones - en las que afirmaba que debatir con una mujer era complicado ya que demostrar superioridad intelectual ante ella podía ser tachado de machismo - han puesto la campaña electoral patas arriba y, tras cinco días de silencio en los que el escándalo no ha dejado de crecer, se ha visto obligado a pedir disculpas. Bueno, hasta donde su orgullo se lo ha permitido; en lugar de reconocer que sus palabras eran ofensivas y que, por tanto, han ofendido necesariamente a alguien, ha empleado esa fórmula tramposa en condicional que traslada parte de la responsabilidad a la víctima: "si he ofendido a alguien, pido perdón". ¿Pero todavía le queda alguna duda después de la que ha montado? Cierto es que la polvareda ha sido generosamente aventada por el Partido Socialista, que ha aprovechado la torpísima salida del ex-ministro para llevar la campaña electoral al terreno de la igualdad y los derechos de las mujeres, que es donde su candidata se siente más cómoda. Ya se sabe, el clásico discurso político de altos vuelos en el que la izquierda es buena, progresista y solo piensa en los demás, mientras que la derecha es egoísta y esencialmente mala. Las declaraciones de Cañete apestan a machismo, sin duda. Pero sospecho que en eso se diferencia poco de muchos hombres de su generación. El machismo está inoculado en la sociedad española desde hace milenios y tardará en desaparecer definitivamente de nuestros cerebros. Lo más preocupante, en mi opinión, es su increíble torpeza, su vanidad y la incapacidad para reconocer el error. Ha sido el cansancio, se justifica el candidato. Se acepta. Pero que alguien le obligue a descansar. Con urgencia.

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