jueves, 19 de noviembre de 2015

EUROPA EXISTE (20/11/2015)

Quizá no tengamos la autoestima de los americanos o las ganas de trabajar de los chinos, pero los europeos somos cada día más fuertes porque estamos unidos. Alguno arqueará las cejas al leer esta sentencia tan optimista y no es extraño: en los últimos tiempos, los europeos le hemos cogido gusto a sacudirnos con el cilicio, como hacía el malo de El código Da Vinci, para mortificarnos con la flojedad de nuestras instituciones comunitarias y con todas esas monsergas del gigante económico y el enano político, que son como un grano supurante que nos gusta pinzar con las uñas de vez en cuando por el gusto que da. No, señoras y señores, Europa está cambiando. Los millones de euros gastados en redes transfronterizas – ferrocarriles, carreteras y túneles que desafían a la todopoderosa naturaleza -, en becas Erasmus que mestizan culturalmente – y a menudo también biológicamente – a nuestros jóvenes universitarios, y en subvenciones a aerolíneas low-cost que hacen posible que hasta el tipo más soso y cerril se haya hecho una foto delante de la torre Eiffel, el foro romano o el Big Ben, no se han ido por el desagüe sin dejar un poso que ahora se demuestra más profundo de lo que pensábamos. Los salvajes ataques terroristas de París de la semana pasada nos han enseñado más sobre nuestra condición de europeos que todas las campañas institucionales y elecciones habidas y por haber. Es la amarga lección que dejan las guerras. Todos somos Francia. Todos estamos junto a los que cayeron acribillados en los bulevares de París, porque ellos también somos nosotros. El estadio londinense de Wembley se vistió ayer con la tricolor y 90.000 gargantas entonaron la Marsellesa. Si Churchill o Monnet levantaran la cabeza, se pincharían hasta convencerse de que no es un sueño. Europa existe. Vive l´Europe! 

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