sábado, 28 de marzo de 2009

SCOUTS (Febrero 2007)

A menudo, películas o anuncios publicitarios repiten el mismo mensaje: jóvenes modernos y realmente guays se burlan de unos individuos patéticos, vestidos con uniformes ridículos que se hacen llamar scouts. El scout es la encarnación del marginado, del aburrido, de alguien que está pidiendo a gritos que le den una colleja. Como he tenido la suerte de conocer ambos mundos, el de la gran diversión juvenil y el del Escultismo, creo que estoy bastante autorizado para opinar. Que cada cual se divierta como pueda, como sepa o como le dejen. Pero burlarse del movimiento Scout me parece algo tan cutre, tan ignorante y tan equivocado, que me produce más pena que otra cosa. Por los pobres botarates que lo hacen, claro. Con las marcas publicitarias que utilizan esos mensajes ya me pongo un poco más borde: a estas alturas ya sé que me he bebido el último refresco Fanta de toda mi vida. Sí, ya sé que el movimiento Scout fue fundado por un militar pero evolucionó...¡hace muchas décadas! Hoy es un movimiento educativo que utiliza la naturaleza como escenario, para transmitir valores de amor, respeto y solidaridad. Yo fui scout y, con el paso de los años, me he dado cuenta de lo mucho y bien que me ha influido esa experiencia. No porque me haya convertido en un tipo fantástico, sino porque sé que, de no haber vivido aquellos años, hoy sería alguien bastante peor. Cuando en la vida no consigo lo que me propongo y siento deseos de autocompadecerme, algo por dentro me empuja también a luchar, a apoyarme en los demás y a compartir. Estoy seguro de que parte de ese impulso lo aprendí en el río Guatizalema o en la pedriza del monte Ezcaurre. Y yo que pienso que no he dejado nunca de ser un tipo bastante guay...

No hay comentarios:

Publicar un comentario