viernes, 21 de agosto de 2009

MUJERES (21/08/2009)

En 1989, Nicholas Kristof y Sheryl WuDunn, matrimonio de corresponsales del New York Times en China, asistieron en primera fila a la revuelta de Tiananmen. La Historia fabricándose delante de sus ojos. El sueño de todo periodista. Sin embargo, en los años que siguieron, Nicholas y Sheryl empezaron a ser testigos de otros acontecimientos, aparentemente insignificantes, que cambiaron para siempre su forma de ver el mundo. Resultó que frente a las 800 víctimas de la represión política cuyas imágenes hemos visto infinidad de veces en la televisión, 40.000 niñas morían cada año en China durante su primer año de vida, porque sus padres no les proporcionaban los mismos cuidados médicos que a los niños, sin que al mundo pareciera importarle demasiado. Tras la crisis vocacional que siguió, la pareja decidió abandonar el periodismo de los libros de historia y dedicarse a estudiar los problemas de la pobreza y el subdesarrollo. Después de años de recorrer el mundo, llegaron a la siguiente conclusión: el maltrato a la mujer es el desafío moral más importante de nuestro siglo, como lo fue en el pasado la esclavitud. Sin embargo, la mujer no es el problema, es la solución. Descubrieron que había una relación directa entre libertad de la mujer y calidad de vida de un país, y que la ayuda al desarrollo más efectiva era aquella dirigida a las mujeres. El Banco Mundial les dio la razón. ¡El alto mando del ejército de EEUU, también! Comprobaron que el extremismo político fermentaba en aquellas sociedades en que la mujer está ausente por marginación y abuso de poder. ¿Y la violencia machista, aquí en España? Los dramáticos coletazos del mismo fenómeno. La confirmación doméstica de la misma tesis: el nuestro sería un país más rico, bonito, habitable y acogedor, sin la cobarde presencia de los maltratadores.

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