viernes, 2 de abril de 2010

DIGITAL (02/04/2010)

Al ministro de industria, Miguel Sebastián, se le iluminaba la cara al pronunciar las palabras mágicas: Televisión Digital Terrestre. Al fin podía ser ministro, y feliz, todo a la vez. Mientras apretaba el botón protocolario que finiquitaba la era analógica, pensó: “Para estas cosas quería ser yo ministro, no para encerrarme en el palacio de Zurbano a negociar con la oposición”. Es la palabra mágica que todo lo puede. Digital. No sólo le ocurre al ministro. Añádanla a cualquier cosa y verán como les entran ganas de sonreir. “Me he comprado una aspiradora”. Nada. En cambio: “Me he comprado una aspiradora digital” A sonreir. Lo digital es así. El problema de las sonrisas es que no pueden ser eternas. Al final siempre viene alguien a aguarte la fiesta y helarte la susodicha. Esta vez han sido nuestros queridos colegas del diario francés “Le Monde”. Al parecer, todos los cd´s, dvd´s y discos duros en los que hemos almacenado nuestros datos digitales, fotos familiares, novelas inacabadas, tienen una vida finita de unos diez años, pasados los cuales la información se pierde. Si logran contener sus impulsos egoístas, piensen también en la infinidad de datos científicos, administrativos y bancarios que estarían en juego, si se confirma la amenaza. Lo irritante del artículo es que no da ninguna solución. Hacer nuevas copias de todo es materialmente imposible, existen medios seguros de almacenaje pero son carísimos etc... Al final, el periodista estampa su firma al pie, Laurent nosequé, y se marcha a casa tan fresco. ¿Qué clase de broma es esta? ¿Cómo saben que se borran los discos si todavía no han pasado diez años? ¿Qué nuevo formato van a intentar colocarnos? Suena el teléfono del ministro. Un mensaje de la ministra Salgado. Escueto. “Que vuelvas”. Sebastián suspira. Qué poco dura lo bueno.

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