viernes, 10 de septiembre de 2010

CHARLES DE GAULLE (10/09/2010)

Este año se ha conmemorado el 70 aniversario de “L´appel”- la llamada - el discurso que Charles de Gaulle lanzó a través de la BBC, llamando a la resistencia del pueblo francés tras la derrota infligida por las tropas alemanas en el verano de 1940. De Gaulle no es una figura demasiado conocida en España. Su larga carrera política coincidió con la dictadura de Francisco Franco, empeñado en convencer a los españoles de que fuera de las fronteras patrias todo era peor, los hombres eran menos viriles y las mujeres no besaban de verdad. Sin embargo, creo que De Gaulle merece ser recordado hoy, aunque sólo sea para comprender por qué nuestros vecinos franceses son como son. La huella gaullista es tan profunda en Francia a pesar de los años, que el mismo Sarkozy, con bastantes menos centímetros de estatura, reproduce fielmente muchas actitudes de su predecesor sobre la grandeur y el sentimiento francés. Para De Gaulle, Francia era como una madre, como una diosa, un concepto superior que estaba por encima de su propia persona. Cuando los alemanes la invadieron, él se limitó a aplicar su propia filosofía y no aceptó la derrota. No se entrega a la madre al enemigo. De Gaulle era un completo desconocido pero esa fe inquebrantable, esa valentía serena, funcionó como un imán para los deprimidos franceses; si al principio le ignoraron, acabaron encumbrándolo como salvador de la patria cuando la victoria militar aliada expulsó a los nazis de su territorio. Quizá no sea cuestión de resucitar ese patriotismo, poco acorde con los tiempos. Sin embargo, sí se echa de menos en los políticos actuales algo de esa fe, de esa confianza contagiosa que se necesita para gobernar un país en medio del temporal. La materia de la que están hechos los líderes.

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