viernes, 21 de enero de 2011

EL MELONAR ESPAÑOL (21/01/2011)

La expectación era grande. Los pasillos del Senado, donde habitualmente se aburre hasta el mármol reluciente de sus suelos, bullían esta vez de periodistas y cámaras de televisión. Se disponía hablar el socialista Ramón Aleu. Tampoco esta vez el contenido de sus palabras tenía demasiada importancia. Por primera vez, un senador iba a dirigirse al pleno en catalán, y unos traductores titulados trasladarían sus palabras a sus señorías en lengua castellana. El resto de lenguas cooficiales – euskera, gallego y valenciano – esperaban ansiosamente su turno. Para los defensores de la medida, se trata de una brillante demostración de la pluralidad lingüística y cultural de España, una conquista de la democracia, un avance histórico. Para sus detractores, entre los que me incluyo, una melonada. Sin embargo, ¡ay!, las cosas nunca son tan sencillas. Constatar que España amenaza con convertirse en un gran melonar, es una obviedad. Que la mayor aspiración de los partidos nacionalistas – PNV y CiU incluidos – es ver el día en que sus churumbeles no logren expresarse en castellano con corrección, y den otro paso más hacia la separación de España, es otra gran obviedad. Lo que no parece estar tan claro para algunos, es que lo absurdo del uso de lenguas cooficiales en el Senado español va mucho más allá del coste económico de los traductores. Lo que deja de manifiesto es la completa inutilidad de la institución: si lo que se discutiera dentro de esa cámara tuviera alguna trascendencia, una tontería de tal calibre jamás se habría permitido. En todo caso, que nadie se alarme. Todo seguirá igual. El Senado seguirá celebrando sesiones intrascendentes, y populares y socialistas volverán a incluir su reforma en los programas electorales. Reforma que nunca emprenderán. Qué bonitos melones nos van a salir.

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