viernes, 4 de febrero de 2011

EL MELONAR ESPANYOL (04/02/2011)

El viernes pasado, Carles Tères dedicó su columna en este periódico a comentar la mía, publicada la semana anterior, en la que intentaba desahogar mi estupor ante una iniciativa política que califiqué de melonada: el uso de traductores del catalán, euskera, gallego y valenciano, en las sesiones plenarias del Senado. A mi colega no le gustó, lo que es algo perfectamente respetable. Sin embargo, su artículo contenía algunos juicios erróneos que me gustaría rebatir. En primer lugar, Carles, aclararte que no me molestan las culturas no castellanas. Prueba de ello es que hasta tu columna, creo que escrita en matarranyes, no he llegado porque alguien me haya avisado de su contenido. Me parece fantástico que La Comarca incluya artículos en tu lengua, y juro que no me salen ronchas en la piel cuando los leo. Puedo recitar canciones de Serrat en catalán, mi deportista favorito, Rafael Nadal, habla mallorquín, y mi abuelo materno, que Dios lo tenga en su gloria, era un conductor de tranvías barcelonés, que además tenía la desfachatez de apellidarse España. Sospecho, estimado Carles, que las cosas no son tan simples como te gustaría. Ni conquistador, ni monolingüe, ni nacionalista cañí. Te confieso que aun siendo de esa España del pan, fútbol y toros de la que hablas, a ratos leo poemas. ¡No se lo digas a nadie! Y sin embargo, sigo pensando que renunciar al uso de la lengua común, ya sea esta el castellano o el mandarín, en un foro de debate, es una perfecta melonada. Bueno, no exactamente. Los nacionalistas sueñan con el día en que los traductores sean necesarios entre españoles, y a conseguirlo dedican gran parte de sus desvelos. En su caso, habría que hablar de estrategia. El independentismo que profesan es una opción política respetable, que ni me escandaliza ni me asusta. Pero sería de agradecer que nos ahorraran las melonadas.

12 comentarios:

  1. Buenos días. Me gustaría matizar algunas cosas de tu artículo:
    1. Las palabras que me atribuyes sobre la "España cañí" no son mías, tal y como referencio en mi artículo. Son del periodista y estcritor gallego Suso de Toro (La Ser, El País, La Vanguardia...).
    2. No me considero en absoluto nacionalista. Al contrario, creo que todos los humanos somos iguales y tenemos los mismos derechos: ricos y pobres, hablantes de lenguas poderosas y de lenguas con pocos hablantes, etc.
    3. Siempre he creído que todas las lenguas que se hablan en España son españolas. Esto quiere decir que saber dos (o tres) quizá te convierte en un español con más pedigrí que saber solo una. Creo que los independentistas son los que no toleran la existencia normalizada, en todos los ámbitos de la vida, de las lenguas españolas no castellanas. Ellos excluyen a los bilingües.
    3. Una vez al año no hace daño: para un español es bonito escuchar de vez en cuando en un foro común como el Senado (cámara de representación territorial) todas las lenguas que enriquecen el patrimonio de este estado. El coste que puede tener es una pequeña inversión en tolerancia, conocimiento y autoestima. Y es ridículo al lado de otros dispendios (desfiles, protocolos, pompas diversas...).
    4. Hay un problema muy grave en Aragón con las dos lenguas no castellanas. Me gustaría que hubiera más solidaridad con nosotros sus hablantes. Creo que son un patrimonio tanto o más valioso que los bienes de las parroquias segregadas de la diócesis leridana.
    Nada más. Gracias por leerme.

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  2. El uso del término 'castellano' para referirse al español es un uso larvado. Como la omisión compulsiva de la palabra 'España' y su sustitución por 'El Estado'. Tan larvado que obliga a poner en cuestión cuanto dices. Eso sí, cuando hacéis (pues sólo los reivindicativos de lenguas y dialectos a extinguir como las que nos ocupan lo hacéis) uso político de dichas lenguas y dialectos le hacéis un flaco servicio a las mismas. Es tan obvio... cada euro dedicado a mantener esas lenguas y dialectos fuera de los laboratorios (los departamentos universitarios correspondientes) es un euro que resulta antipático (sin perjuicio del desperdicio que ello comporta, que no quiero valorar). Hagáis lo que hagáis.
    Además, obligar a hablar cosas básicamente inútiles fuera del microámbito a que se circunscriben -que es, al fín, lo que se hace en Comunidades Autónomas que todos sabemos- es una aberración, que exigimos que no pase aquí, en Aragón.
    Dicho esto, ningún problema tengo con las lenguas diferentes del español que se hablan en España, alguna de las cuales manejo, por cierto.
    Ah: para concluir, Suso de Toro, en general y por si mismo -y aún más si su mérito es sólo publicar en ciertos medios- no merece respeto intelectual alguno. El hecho de publicar sistemáticamente en dichos medios sólo demuestra que sabe mantener los pesebres adecuados calentitos.

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  3. Siento haberte molestado, Hans. He tenido la desgracia de nacer en una familia de aragoneses catalanohablantes. Y, para más inri, me he casado con otra aragonesa de lengua catalana. Este ha sido el idioma de nuestro amor y, fruto de ello, tenemos dos hijas a las cuales no hemos podido evitar hablarles en nuestra lengua (y la de sus abuelos, tíos, primos...). El español o castellano (tanto da), lo saben perfectamente, mejor incluso que nuestro pobre "dialecto en vías de extinción". De hecho es el único que aprenden en la escuela, por lo que, de momento, son analfabetas en el idioma de su familia. Supongo que, si quieren dominarlo, deberán hacer como yo y estudiarlo por su cuenta. Por suerte, los años que me queden, podré seguir disfrutando, además del español o castellano, de la considerable producción en mi lengua familiar, tanto en música, literatura, etc. Como escribí en una columna, lo siento mucho
    http://esmolet.wordpress.com/2010/09/13/ho-sento-molt/
    Me reafirmo: no soy nacionalista en absoluto, pero tengo el defecto (supongo que compartido contigo) de amar mi lengua. Si hay otros que la utilizan con fines politicos, en uno u otro sentido, no es mi problema. Creo que con el castellano-español pasa lo mismo. Y con el resto de idiomas.
    No me enrollo más. En otra vida intentaré nacer en una familia con idioma hegemónico, con ejército, estado, etc. Pero en esta, no doy para más. Salud y suerte, que decimos en mi pueblo.

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  4. Veo que no ha habido respuesta.Mejor, quizá me he hecho entender

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  5. Te contesté por correo electrónico. Espero que te llegara. Por cierto, felicidades por tu reciente premio literario!

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  6. No recibí nada... quizá no tienes el e-mail correcto.
    Gracias por la felicitación. Ahora a ver si gusta.

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  7. (Te adjunto el mail que te envié en su día. ¡El 16 de febrero! Siento que no llegara)

    Estimado Carles,
    Te respondo a las matizaciones que me envías:

    1 Es cierto que las palabras que citas son de Suso del Toro, pero entiendo que si las incluyes en tu artículo y calificas el del escritor gallego como "muy recomendable", las estás haciendo tuyas.

    2 y 3 No se qué concepto tienes del independentismo. El que no respeta una lengua minoritaria es un intolerante, en mi opinión, no un independentista. También te recuerdo que en muchas partes cuecen habas. Actualmente en Cataluña, la lengua débil no es el catalán sino el castellano, y los que tanto se han quejado de discriminación lingüística en el pasado (con toda la razón), ahora están cayendo en el mismo error. Por cierto, a esa política injusta la llaman "normalización".
    "Siempre he creído que todas las lenguas que se hablan en España son españolas. Esto quiere decir que saber dos (o tres) quizá te convierte en un español con más pedigrí que saber solo una" Sobre esto estoy completamente de acuerdo.

    4 Los traductores en el senado no se han puesto ahí para "una vez al año", ni dos, ni tres. TODAS las sesiones plenarias del senado y todos los debates sobre mociones tendrán traductores. Ahí está el desatino. Yo no tendría ningún problema en que en la sesión inaugural de cada año se hablase en todas las lenguas españolas, con traductores. Es más, me parecería muy bien. Respecto al coste económico del asunto, ni lo he citado en mis artículos, cosa que han hecho en casi todas partes. Siendo grave, me parece secundario.

    5 Respecto al problema muy grave que citas sobre las lenguas no castellanas en Aragón, confieso que no lo conozco. Tampoco se qué clase de solidaridad demandas. Y sí, me parece un patrimonio muy valioso.

    Carles, sospecho que estamos condenados a estar en desacuerdo sobre estos temas; de todos modos, encuentro saludable el "choque" de opiniones.
    Cordialmente,

    José Manuel Herráiz

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  8. Buenos, no creo que estemos en desacuerdo en lo fundamental. En lo único que podríamos discernir es en el hecho que veo la lengua catalana, que es mi idioma familiar, en claro peligro, especialmente en Aragón, aunque también en Cataluña (conozco muy bien la situación allí). Quizá es normal que se extingan en breve todas las lenguas minoritarias, pero no por ello debemos resignarnos. Se protegen animales, plantas, se restauran monumentos... y el idioma, que es el reflejo de una manera de entender la vida, se considera una molestia por puro nacionalismo (especialmente si éste tiene un estado detrás). En Aragón, donde se habla catalán incluso antes de que el castellano fuera la lengua predominante, al estar absolutamente desprotegidos sus hablantes, el peligro de extinción es clarísimo. Con el agravante que la mayoría de los catalano-hablantes, después de décadas de decirnos que lo que hablamos es una lengua sin valor (un chapurreado), estamos interrumpiendo su transmisión. Sólo que nuestros hijos la pudieran aprender a leer y escribir, les daríamos la oportunidad de elegir si quieren usarla o no. Ahora está relegada al ámbito oral y doméstico. Yo soy del 1962. En una sola generación, los chavales de mi pueblo han abandonado muchas palabras que nosotros siempre hemos usado y las han sustituido por sus correspondientes castellanas… En cambio, si a alguien se le ocurre usar un solo vocablo en "estándar" catalán, lo acusan del crimen más execrable: de ser catalanista.
    En fin, es muy largo y ya hay diversos trabajos hechos por sociólogos muy interesantes, y no sólo del caso aragonés. Lo único que me gustaría es que un español castellano-hablante sintiera el mismo placer que yo al oír hablar cualquiera de nuestras lenguas.
    Una saludo. Da gusto poder intercambiar opiniones con gente que escucha, aunque no esté de acuerdo en algunos puntos.

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  9. Lo mismo digo, Carles.
    ¡Nos leemos en La Comarca!
    Saludos.

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  10. Una nota a la falacia "Actualmente en Cataluña, la lengua débil no es el catalán sino el castellano".
    Puede rebatirse de mil formas diferentes. Pero la más sencilla es mirarse cualquier estudio sobre monolingües en Catalunya. El último:
    http://www.idescat.cat/cat/idescat/publicacions/cataleg/pdfdocs/eulp2008.pdf

    Población catalana que sabe hablar en catalán: 78,3% (pàg. 139).
    Población catalana que sabe hablar en castellano: 99,7% (pàg. 142).
    En resumen: en Catalunya el 0,3% de la población no sabe hablar castellano y el 21,7% no sable hablar catalán. Supongo que se ve de manera clara cuál es la lengua NECESARIA y cuál es la accesoria. Sobretodo si sabemos que del 0,3% que no sabe castellano, la mayoria tampoco sabe catalán...

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  11. El Hombre del Faro3 de enero de 2012, 12:49

    Mi argumento podrá calificarse de inexacto o impreciso, pero no de falacia. Lo tuyo es un SOFISMA como un castillo: argumento aparente con que se quiere defender lo que es falso.

    ¿Qué significa débil en este caso? Evidentemente, me estoy refiriendo al trato que reciben ambas lenguas por parte de los poderes públicos catalanes.
    En Cataluña no se puede escolarizar a un niño en castellano, ni siquiera en un sistema bilingüe, que sería lo ideal.
    En Cataluña te pueden multar por poner un rótulo en castellano.
    En Cataluña, los productos culturales en catalán acaparan todas las ayudas de los poderes públicos.

    Te aseguro que no tengo ningún problema con el catalán ni con los catalanes. Si viviera en Cataluña lo hablaría SIN NINGUNA DUDA. De hecho, escucho música en catalán y no me salen urticarias. Con lo que estoy frontalmente en desacuerdo es con la visión nacionalista-separatista de Cataluña, que lleva a cometer dislates como los que han justificado este artículo.

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