Estimado... francamente, no sé ni cómo empezar. Te
llamaría compatriota, pero a lo mejor te cabreabas ya, de primeras, y dejabas
de leer. No me andaré por las ramas: tus ideas políticas no me gustan nada,
aunque las respete y te reconozca el derecho a expresarlas en pacífica
libertad. Me considero una persona tolerante. Cuando alguien me habla de la Diada, no se me va la mano
al sable, y tampoco soy dado a las amenazas apocalípticas con las que muchos
intentan asustaros: ¡No entraréis en Europa! ¡El Barca jugará la liga con la Gimnástica de
Tarragona! ¡El cava lo beberá vuestra santa madre! Trato de ser un poco más
civilizado y realista. Con sinceridad, decir que el independentismo que
profesas es una afirmación, en positivo, de tu identidad catalana, creo que no
se sostiene. Cataluña, como parte de España, ya tiene lengua propia, gobierno,
parlamento, bandera, himno, policía, televisión... Ya perdonarás pero, más que
un “somos”, tu independentismo me parece una negación, un “no queremos”: no
queréis ser españoles, ni compartir nada con nosotros. ¿Ese carácter negativo
le quita legitimidad a vuestro sueño? En absoluto, pero tiene una consecuencia
que a lo mejor has pasado por alto. Vuestra aspiración separatista, además de
un corte de mangas al Estado, ese ente difuso, madrileño y cercenador de
libertades, es también un rechazo a millones de personas concretas, con nombres
y apellidos. Españoles que viven en Zamora, Albacete, Asturias o Las Palmas de
Gran Canaria. Yo soy uno de ellos y te diré algo: duele. Duele que alguien que
consideras de la familia te diga que no te quiere. Que su deseo más profundo es
que llegue el día en que pueda llamarte “extranjero”. Qué quieres que te diga. Espero
que fracases. Que haya muchos más catalanes que no piensen como tú. Estimado, a
pesar de los pesares.
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¡Bravo! Un análisis muy acertado. Duele todavía más pensar que muchos de los que desean llamarte "extranjero" son nietos o hijos de andaluces, aragoneses, castellanos o extremeños a los que la casualidad geográfica decidió situar en algún punto de Cataluña y que han terminado aceptando las tesis del odio y rechazo a todo lo español, aunque para ello hayan tenido que renunciar a sus verdaderas raíces como individuos.
ResponderEliminarGracias Pablo!
EliminarDe estos hay MUCHOS ..... pero el trabajo de la MENTIRA y la MANIPULACION sistematica por fin dio sus frutos .... quizas AMARGOS Y AGRIOS .... pero aunque los venden como un manjar .... puede resultar en diarrea ....
EliminarHola... has decrito perfectamente el sentimiento de muchos ... yo un andaluz en catalunya desde los 5 años y tengo cerca de 60 creo que conozco esa realidad y para que te cuento ... (sinceramente preferiria no contarlo) pero es EL TEMA...
ResponderEliminarYo ademas ecribiria en tu carta .....
¿En cuantas capitales de provincia españolas, se queman cada año banderas de catalunya? (aqui en BCN cada año la bandera de españa)
¿En que pais del mundo te MULTAN por rotutar tu negocio en la lengua de ese pais? Ley aprovada por el Parlament y despues de 14 años ha sigo derogada pero sin ningun EFECTO.
¿en que pais del mundo un ciudadano NO es libre de poder escolarizar a sus hijos en la lengua oficial de ese pais? (Inmersion linguistica)
¿En que parlamente del mundo se insulta al estado diciendo: ESPAÑA NOS ROBA sin que no pase NADA? ( posiblemente catalunya PAGUE MAS por que tiene MAYOR RIQUEZA. Igual que el Sr Botin (B Santander) paga mas que yo, y ninguno aceptariamos que pague menos. Igual que Alemania y Finlandia pagan mas a la CEE que España Grecia y Portugal. CATALUNYA ES MAS RICA¡¡¡¡ ... seguramente si la industria que el dictador Franco puso en Catalunya la hubiera repartido, otro gallo cantaria.
El Mago Mas lo ha hecho muy bien ... No se habla nada de sus RECORTES EN SANIDAD ni en ENSEÑANZA ... POR CULPA DEL DINERO QUE LE ROBA ESPAÑA ... y la INDEPENDENCIA ES LA SOLUCION.
Deveria de escuchar mas a SUS EMPRESARIOS que a sus radicales.
Que dios nos coja confesados pues al final el monta el espectaculo, que le pagaremos entre todos, esperando que no acabe en TRAGEDIA.
Querido Hombre del faro, aprecio mucho el sentimiento que expresas, y que suena muy sincero. Soy vasco y desde muy joven me he sentido independentista. Muchas veces he intentado comprender la actitud del pueblo español en su conjunto ante este problema, y para ello he intentado ponerme en vuestro lugar, imaginando qué se sentiría en vuestra situación... y muchas veces he pensado: "es que tiene que doler que gente que tú ves como tus compatriotas te digan que no quieren serlo". Esta columna me hace pensar que mi intuición era acertada. Sin embargo, creo que los españoles que pensáis y sentís así (creo que sois muchísimos, probablemente la gran mayoría) os equivocáis en una cosa muy importante. Dices: "no queréis ser españoles, ni compartir nada con nosotros". ¡Qué equivocado estás! Debes darte cuenta de que NO SOMOS ESPAÑOLES. Aquí estamos hablando de identidades nacionales, no de ciudadanía. Yo soy ciudadano español, como tú, y como tal tengo exactamente los mismos derechos que tú (al menos en teoría). Pero mi identidad no la dicta ninguna ley, es un sentimiento que nace de dentro, y ningún Estado puede obligarme a ser lo que no soy. Es más, la Constitución habla de las diferentes nacionalidades que coexisten en el Estado español. (sigue)
ResponderEliminarO sea, lo que nosotros estamos diciendo no es que no queremos ser españoles, es simplemente que no somos españoles, y que por lo tanto sentimos que tenemos derecho a decidir libremente nuestro propio camino. En ningún caso estamos diciendo que no queremos compartir nada con vosotros. Llevamos compartiendo cosas con vosotros toda la vida. Sois nuestros vecinos, y nos unen lazos de todo tipo. Muchos de mis amigos y amigas, incluso parientes cercanos, son españoles. ¿Dónde está el problema? ¿Crees que cuando me encuentro con un español le llamo "extranjero"? Mi tío es español y le quiero muchísimo aunque discutimos mucho de política. Mi novia es española. Tengo un buen amigo que es argentino, y tampoco es un extranjero para mí. Lo de la identidad nacional es algo muy personal, pero si nos dejáramos de complejos extraños no supondría ningún problema. ¿No crees que tiene que llegar el día en que podamos convivir tranquilamente con alemanes, franceses, ingleses, chinos o lo que sea, sin sentir que son extranjeros? Creo que el problema del pueblo español es que tiene un grave complejo de inferioridad, debido a la historia de desastres y decadencia de los últimos siglos. Sinceramente, espero que la crisis actual sirva para que el pueblo español despierte de una vez y se dé cuenta de que es tan noble y válido como cualquier otro. En cuanto a lo de que no queremos compartir nada con vosotros, eso no es cierto. No puedo hablar por los catalanes, pero te puedo asegurar que los vascos llevamos toda la vida compartiendo todo tipo de cosas con los españoles. Como bien sabes, hay muchos españoles que viven en el País Vasco, y la mayoría de los vascos que no se sienten españoles no ven ningún problema en la convivencia diaria (también hay fanáticos llenos de odio, claro, como en todas partes). En resumen: la cuestión de "independencia sí o independencia no" no consiste en saber si queremos ser españoles o no (eso ya está decidido: hay vascos que se sienten españoles y vascos que solo se sienten vascos: punto), sino simplemente en decidir cuál es la organización política que preferimos para nosotros y nuestros hijos. Te puedo asegurar que hay muchísimos vascos que NO SON ESPAÑOLES y sin embargo consideran que lo mejor para el País Vasco es seguir perteneciendo al Estado Español. ¿Ves lo que quiero decir? Pase lo que pase al final en los procesos de independencia de Cataluña y Euskadi, los españoles no vais a perder ni un solo compatriota. Los catalanes y vascos que se sienten españoles (y por lo tanto SON ESPAÑOLES) van a seguir siéndolo, haya o no un estado catalán o vasco independiente. O sea... creo que no debería doleros nada de esto a los españoles. (y sigue)
ResponderEliminarClaro, podríais esforzaros en reformar el Estado español para hacerlo más justo, más tolerante, más atractivo, y de esta manera conseguiríais que la independencia no fuera una opción tan atrayente, y así vuestros compatriotas que viven en Cataluña y Euskadi podrían seguir perteneciendo al Estado español... pero eso es otro tema, y no creo que sea importante desde un punto de vista identitario. Para terminar, te recomiendo que pienses un poco en el ejemplo de Escocia: ningun inglés cree que los escoceses son ingleses. Ningún inglés se va a sentir dolido si los escoceses deciden independizarse. Simplemente la actitud de los políticos ingleses (o mejor dicho, británicos) es convencer a los escoceses de que van a estar mejor dentro del Reino Unido. Y probablemente lo van a conseguir. Pero pase lo que pase, los escoceses van a seguir siendo escoceses, y los ingleses ingleses. ¡Qué diferente hubiera sido nuestra historia si el concepto "español" fuera algo similar al concepto "británico", o sea, desprovisto de connotación nacional, y habláramos solo de la nación catalana, la nación vasca y la nación castellana, etc.! (Pero aquí ya entramos en problemas: ¿formarían parte, por ejemplo, los andaluces, de esa "nación castellana? ¿o hablaríamos de una "nación andaluza"?) Otra opción sería mantener la idea de una nación española, la que actualmente existe, y cambiar el nombre del Estado. Llamarlo, por ejemplo, el Reino de Iberia, o si acaso la República Ibérica (con el permiso de los portugueses, y lo siento por los canarios), un estado en el que pudieran convivir armónicamente las diferentes naciones, sin necesidad de competir entre ellas. En fin, nuestra historia es la que es, y simplemente hasta ahora no hemos conseguido encontrar una organización política que encaje perfectamente y de manera armónica con nuestras identidades nacionales. Pero ya llegará. Eso sí, para alcanzar esa nueva armonía tendremos que esforzarnos todos en comunicarnos mejor e intentar comprendernos unos a otros... Yo por ahora pongo mi granito de arena con este rollo que acabo de meter aquí... ¡Ya siento la chapa! Un saludo afectuoso de alguien que, aunque no se siente español, no te considera un extranjero.
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