viernes, 19 de octubre de 2012

HACIENDO ECONOMÍAS (19/10/2012)

La economía es la ciencia que estudia cómo satisfacer necesidades humanas siempre crecientes, mediante la administración de recursos siempre limitados. Economizar, en el sentido estricto del término, significa ahorrar. ¡Qué lástima que en España olvidáramos durante años este concepto tan básico! Dos décadas de construcciones faraónicas, aeropuertos sin aviones y conciertos de Julio Iglesias en las fiestas patronales de cada pedanía de España, han logrado que en las arcas públicas tejan sus telas las arañas, resuene el eco y se sienta un vacío sobrecogedor. El ministerio de Hacienda debería plantearse convocar un concurso de ideas para encontrar nuevas fórmulas de obtener ingresos. Allá va la mía: que en cada edificio público de España se levanten los cojines de los sillones y sofás para hacer acopio de los centimillos que se han ido cayendo con los años. Menos da una piedra, digo yo. Afortunadamente, el ministro Montoro cuenta con individuos de ideas mucho más brillantes. Un ejemplo: ¿cómo crear un impuesto totalmente nuevo, que garantice ingresos fijos al Estado con independencia de la coyuntura económica –824 millones de euros; más que el impuesto sobre el Patrimonio - y que no despierte ninguna contestación social porque las futuras víctimas de ese impuesto se alegrarán de serlo? Lo acaba de hacer el gobierno imponiendo un tributo del 20% a los premios de loterías superiores a 2.500 euros, hasta ahora exentos. Esta navidad, cuando a los agraciados se les pase la resaca del champán y se enteren de la mordida gubernamental, van a poner el grito en el cielo. Pero claro, en voz muy baja: a ver quién es el guapo que se va a asaltar el Congreso de los Diputados cuando te ha tocado el Gordo. Lo reconozco: una idea retorcida y genial. Digna de un premio Nobel.

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