viernes, 26 de octubre de 2012

SE BUSCA ESTRELLA DEL ROCK (26/10/2012)

Me gustaría ser estrella del rock por un día. Debe ser una sensación increíble sentir a cincuenta mil personas a tus pies, recitando de memoria todas tus canciones y saludando cada gesto tuyo como si fuera una genialidad. No hay comparación posible. Un líder político puede gozar de un día de gloria, pero su alegría siempre estará ensombrecida por la certeza de que cuando sus promesas no se cumplan, los mismos que hoy le aclaman mañana le insultarán. Un líder religioso puede sentir el afecto de su rebaño, pero en un recodo de su mente siempre anidará la duda, y su felicidad nunca será completa. La estrella del rock no promete el paraíso, ni en la tierra ni en el cielo. Se limita a oficiar una ceremonia de comunión con su público, y después se marcha al hotel donde le espera una nutrida legión de groupies, y donde es más que probable que cause algún desperfecto que su manager pagará sin regateos. Me gustaría ser estrella del rock por un día, porque si fueran dos me volvería majareta. En los grandes conciertos ocurre un fenómeno que siempre me ha llamado la atención: cuando el grupo toca alguna de sus canciones más emblemáticas, el líder invita al público a unirse a él, y miles de gargantas cantan al unísono. ¡Y nunca desafinan! Si tomáramos sus voces por separado la mayoría no sabría entonar debidamente, pero la unión de todas logra una armonía sorprendente. Una prueba más del poder mágico de la solidaridad humana. En España no se sabe si falla la canción, el líder o es que el público prefiere quedarse en casa. Aquí se encuentra especial placer en ir por libre, en separar, en tribalizar, en fabricar países, naciones, fronteras, y en dejar alto y claro que - ¡líbreme Dios!- yo no soy como mi vecino sino mucho mejor. Necesitamos canciones nuevas, realistas, alejadas de mesianismos. Se busca estrella del rock.

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