viernes, 27 de septiembre de 2013

LUIS SORANDO (27/09/2013)

Cuando a un paisano le van bien las cosas, no solo en su tierra sino sobre todo lejos de ella, no es demasiado difícil alegrarse por su éxito. Si, además, el reconocimiento a su trabajo viene de la capital, hasta el más envidioso de sus vecinos lo celebrará. El triunfo de un compatriota también es un poco nuestro, como si parte de su sabiduría o su genio fueran la decantación de los talentos de todos los que crecimos cerca de él. A Luis Sorando le van bien las cosas en la capital, aunque muy pocos aragoneses lo sepan. No es de extrañar: Luis es director artístico y asesor histórico para cine y televisión, un oficio bastante discreto y poco convencional. En su caso, la fórmula del éxito es sencillísima; hacer de la obligación y la devoción una misma cosa, echarle más horas que un reloj y, en su libérrima condición de autónomo, saltarse cualquier frontera temporal de las que se usan comúnmente para regular las relaciones laborales: día-noche, laborable-festivo. Vamos, que si a alguien se le ocurre llamarle un domingo a las tres de la mañana, es probable que lo encuentre puliendo una armadura medieval o construyendo una réplica exacta de las cámaras que usaba Segundo de Chomón. Faena no le falta. Actualmente trabaja en una película y asesora a la serie de TVE “Isabel” para evitar gazapos que empañen su rigor histórico. Alguien estará pensando que su labor consistirá en evitar que Fernando el Católico luzca un Viceroy en la muñeca o que el cardenal Carrillo se tome unos huevos rotos para desayunar. No, en ese telar se hila más fino. Luis corrige el guión para que a los reyes católicos se les llame altezas reales y no majestades, para que la reina Isabel luzca “rostrillo” y no vaya con los pelos al aire, o para que el cadáver de Juana de Avis sea velado sobre un catafalco y no sobre la cama. Como debe ser. Que sigan los éxitos, Luis.

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