viernes, 18 de octubre de 2013

EL DESGOBIERNO AMERICANO (18/10/2013)

Estos días se emite en televisión “La historia no contada de los Estados Unidos”, una serie de documentales, dirigida por Oliver Stone, que presenta una visión nada amable de la historia de la primera potencia mundial en el último siglo. Stone es una rara excepción en su país, más inclinado a exhibir el orgullo nacional que la autocrítica, y sospecho que sus documentales tendrán mucha mejor acogida a este lado del Atlántico. No comparto todos los puntos de vista del polémico cineasta – hacerlo así equivaldría a considerarlo infalible – pero desde luego admiro su valentía. La conclusión más importante a la que he llegado viendo su “historia no contada” es que, demasiado a menudo, los Estados Unidos de América han sido gobernados por individuos de capacidades muy limitadas. No me refiero a sus titulaciones en Harvard o Yale, sino a sus capacidades morales y a su empatía hacia el sufrimiento ajeno. Durante décadas, estos individuos de ética dudosa o directamente inexistente – y sus opuestos al otro lado del telón de acero – tuvieron al mundo en vilo con sus juguetes nucleares en el capítulo más vergonzoso y demencial de la historia humana. Esta semana, algunos norteamericanos han vuelto a dar muestras de esa mezquindad tan lamentable. Por suerte, esta vez no está en juego la vida en el planeta tierra; esta vez “solo” se trata de la estabilidad económica mundial. Un puñado de republicanos radicales, empeñados en echar abajo el programa sanitario del presidente Obama que aspiraba por fin a situar a su país en el concierto de las naciones realmente civilizadas, han puesto en jaque al gobierno de la nación. Mientras escribo estas líneas, leo que finalmente no lo han conseguido. Es lo que suele ocurrir en las películas americanas. Al final, casi siempre ganan los buenos.

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