viernes, 3 de abril de 2009

PROTOCOLO (03/04/2009)

La reunión en Londres del G-20 ha levantado gran expectación en todo el mundo. Los analistas políticos discuten sobre quién se llevará el gato al agua en los debates. ¿Será el eje franco-alemán regulacionista o el anglo-americano de los paquetes de rescate? Otros comentaristas más ligeros no quitarán ojo a los modelos que luzca Michelle Obama y al grado de grisura del pelo de su flamante marido, Barack. A medio camino entre la frivolidad y la diplomacia está el protocolo. La ciencia de los tenedores para el pescado y las relaciones sociales entre poderosos puede parecer algo superficial pero, en una cumbre mundial como ésta, juega un papel fundamental. Piensen, por ejemplo, en la cena celebrada el miércoles en Downing Street. ¿Cómo sentar a los 18 hombres y 2 mujeres más influyentes del planeta en la misma mesa sin que nadie se moleste? Algunas reglas básicas del protocolo pueden deducirse fácilmente. La zona central de la mesa, la más codiciada, la ocupan los poderosos. El anfitrión inglés, por supuesto, el americano, el chino, el francés y la alemana. ¿Cómo evitar que se note demasiado? Infiltrando en alguno de los puestos de honor a países menores, elegidos al azar. Allí estaban esta vez los presidentes de Corea del Sur e Indonesia, entre el susto y la satisfacción, junto a Obama y Gordon Brown. ¿Y nuestro Zapatero? Cómodamente instalado en la clase media, entre el australiano y el sudafricano, hablando de fútbol con el presidente turco (sabe Dios en qué idioma). El brasileño Lula Da Silva se sienta junto al rey saudí Abdullah. ¿De qué hablarán? ¿De las mujeres y el carnet de conducir? ¿Del nuevo sambódromo de Río de Janeiro? Un puro misterio. La ciencia del protocolo aún guarda secretos que escapan al entendimiento de los simples aficionados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario