sábado, 7 de noviembre de 2009

CAJAS (06/11/2009)

¿Alguien sabe verdaderamente cómo funcionan las Cajas de Ahorros? Pues convendría: los sudores, madrugones y esfuerzos de muchos, un servidor entre ellos, están almacenados en sus tripas contables. En estos días, la pregunta es oportuna. La semana pasada asistimos al espectáculo insólito de la lucha, a plena luz del día, por el control de una de las Cajas más importantes. Lo sorprendente de esta bronca por la presidencia de Cajamadrid, es que el debate mediático se ha centrado en las luchas intestinas del Partido Popular, sin que nadie se haya hecho la pregunta del millón: ¿por qué un partido político puede decidir sobre el futuro de la cuarta entidad financiera de España? Si una Caja de Ahorros es una fundación privada de interés público, que no reparte beneficios, con una importante obra social...¿para qué quieren controlarla? Sí, conozco la Ley de Cajas, pero que nadie se ofenda: poner políticos a custodiar Cajas de Ahorros es como meter zorros a vigilar gallinas. No porque vayan a meter la mano en la susodicha – pese a las apariencias, la mayoría de los políticos en España son honrados -, sino porque los partidos son maquinarias de financiación opaca que necesitan estar bien posicionados para procurarse el sustento. El sistema no cambiará fácilmente. Las leyes están en manos de los grandes partidos, y estos saben muy bien cuando algo les beneficia corporativamente para mantenerlo ad eternum, sin que importe demasiado quién gobierne en cada momento. Las Cajas de Ahorro debieron ser diseñadas por mano divina. Que el negocio de prestar dinero no produzca beneficios empresariales sino que se destine al bien común, se acerca mucho al ideal de justicia. Luego llegamos los humanos y las echamos a perder.

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