viernes, 25 de noviembre de 2011

SONRÍAN (25/11/2011)

Según el psicólogo inglés Richard Wiseman, si una persona es feliz y está satisfecha con su vida, a menudo, su rostro dibujará esa mueca universal que llamamos sonrisa. Para llegar a esa conclusión no hacía falta ser inglés, llamarse Richard, ni estudiar psicología, pensarán algunos. Pero es que resulta que hay más; este individuo afirma que esa relación causa-efecto, felicidad lleva a sonrisa, también funciona en la otra dirección: si una persona sonríe, será feliz. Una idea sencilla, pero revolucionaria. ¿Quiere esto decir que si me echan del trabajo, mi mujer me abandona, la batería del móvil se acaba en medio de una conversación trascendental, me sacan una muela o pincho una rueda del coche y descubro que no tengo ni idea de cómo cambiarla... y me pongo a sonreír... seré feliz?? Más o menos. Para demostrarlo, el psicólogo inglés propone que cojamos un lápiz y lo sostengamos entre los dientes durante diez minutos. Eso nos obligará a activar los músculos faciales como si estuviéramos sonriendo, y pondrá en marcha ese misterioso mecanismo que describe: de pronto, nos sentiremos un poco más felices. El experimento está bien, el único problema que le veo es que solo puede practicarse en soledad; si en mi barrio me vieran salir de casa con un lápiz entre los dientes sería el fin. Modestamente – mi psicología es más de andar por casa - tengo observado que la gente que sonríe mucho, cae mejor a los otros, es más atractiva y se hace perdonar todos los defectos. La sonrisa es perfecta para dar malas noticias o conseguir algo de los demás. No es extraño que los políticos más profesionales, la practiquen generosamente. ¿Se imaginan a Barack Obama sin su sonrisa? Por cierto, Rajoy debería estar dando cursos acelerados, o hacer a Richard Wiseman ministro de algo. Pronto, en la Moncloa, no quedará un lápiz sano.

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