sábado, 7 de enero de 2012

SALARIOS (06/01/2012)

Mínimo, máximo. Quizá las cabezas pensantes del FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea, deberían repasar alguno de los conceptos básicos que aprendieron en “Barrio Sésamo”, gracias a la rana Gustavo y al monstruo de las galletas. Alto, bajo. Mucho, poco. Esta troika de instituciones económicas acaba de “recomendar” al gobierno griego que reduzca el salario mínimo interprofesional por debajo de los seiscientos euros; una de dos, o estos tipos son unos hipócritas redomados, o no tienen los conceptos demasiado claros: hablan de salario mínimo, pero en realidad se están refiriendo al máximo; solo así tiene sentido proponer una medida tan rastrera para reactivar la economía. En el fondo, los expertos de la troika sienten un desprecio tan agudo por sus semejantes, que deberían acudir corriendo a la consulta de un especialista, a ver qué encuentra en sus cabezas. Desprecio por los trabajadores, porque están dispuestos a recomendar para ellos un salario que roza peligrosamente el umbral de supervivencia; y desprecio por los empresarios, porque tienen en bajísimo concepto sus motivaciones: los imaginan siempre agazapados, esperando la orden gubernamental que les permita explotar todavía un poco más a sus empleados. A lo mejor es que los demás somos un poco tontos, o un poco ingenuos. El tipo de empresario al que yo admiro es alguien que quiere ganar dinero (y no se avergüenza de ello), sin renunciar a pagar salarios dignos. No solo por una cuestión ética; también por pura lógica económica: remunerar con justicia a los buenos trabajadores aumenta la productividad y los beneficios empresariales. Los economistas de la troika, ¿por qué no prueban antes en sí mismos sus recetas, como hacen los investigadores con las vacunas? Con un par de meses a 580 euros netos, iban a aprender un montón de cosas.

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