lunes, 7 de diciembre de 2015

BERTÍN (05/12/2015)

La presencia de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy en el programa de entrevistas “En tu casa o en la mía” ha sido el espaldarazo definitivo a su éxito. Bertín Osborne es el hombre de moda. Los directivos de las cadenas se preguntan cómo podrían repetir el milagro de un 24% de share con un producto tan barato. Los políticos de segunda fila maquinan para que el jerezano les invite, y que toda España vea lo divertidos que son después de tomarse un par de vinos. La progresía patria, que le tiene bastante tirria por aquello del señorito andaluz y el apellido pijo, se devana los sesos para no desgastar demasiado las palabras “caspa” y “rancio”, que les son tan queridas. Sospecho que a Bertín estas críticas le traen al pairo. Después de recorrerse los escenarios de toda España durante casi 40 años como el latin lover nacional, ha acumulado la experiencia suficiente para saber que es imposible gustar a todo el mundo y que el éxito siempre granjea enemigos, aunque seas el tipo más simpático del mundo. Y luego está el casoplón, la guapa mujer venezolana, sus hijas estupendas, el metro noventa, la sonrisa de pícaro conquistador... Los motivos para despertar envidia se le amontonan. Personalmente, no me cuesta nada alegrarme de su éxito. Por encima de sus cualidades musicales, que tampoco desdeño, o de su porte de galán clásico, siempre he valorado su personalidad. Bertín es un tipo que no se esconde, que dice lo que piensa y que no va por ahí criticando al personal. Cuando en la vida le han venido mal dadas -en ese justo momento en que se sabe de qué pasta está hecho cada uno- ha sido coherente y ha plantado cara. Lo demostró en uno de los episodios de su programa, cuando apareció junto su hijo, afectado de una grave enfermedad. Lo hizo con naturalidad. Con valentía y sin alardes. Como lo hacen las personas de bien.     

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