viernes, 16 de julio de 2010

EL BESO (16/07/2010)

Teníamos el de Gustav Klimt, el de Robert Doisneau, el de Auguste Rodin…y ahora hay que hacer hueco al beso de Iker Casillas y Sara Carbonero. Las imágenes han dado la vuelta al mundo. Después de semanas de críticas y chascarrillos sobre la relación sentimental entre el portero y la periodista, las emociones se desbordaron y el capitán de la selección plantó un romántico beso en los labios de su amada en mitad de una entrevista. Ahora toca recular. La esposa del político británico Nick Clegg, ha invitado a The Times a hacer una rectificación por el titular, con foto incluída, que el diario publicó en su portada tras la derrota contra Suiza: “¿La derrota de España? Culpen a la chica”. El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid debe estar buscando plaza en algún vuelo a Alaska, después de criticar con dureza la inaceptable situación de que el portero y la periodista ¡eran novios! Pensándolo bien, creo que podríamos fletar un charter: siguiendo la estela del decano, otros columnistas madrileños pusieron a la reportera a caer de un burro. Como no podían con su belleza, que es inatacable, la emprendieron con su desempeño profesional, lo que es una injusticia. Nada como un puñado de paradas decisivas y un título mundial para cerrar unas cuantas boquitas. De pronto, comparar el beso Casillas-Carbonero con obras maestras del arte universal me parece algo bastante serio. ¡Una teoría sostenible! A fin de cuentas, ¿qué es el arte? Emoción. Recuerdo unas cuantas salas de museos con instalaciones y televisores amontonados que me emocionaron bastante menos. Se han expuesto cadáveres humanos, vacas en formol, ¿cuerpos desnudos? Ya sólo nos queda arrancarnos la piel a tiras. ¡Y un simple beso ha sido capaz de emocionarnos! Sincero, espontáneo, desinteresado. Que tomen nota los artistas.

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