viernes, 9 de julio de 2010

LOA A LA SELECCIÓN (09/07/2010)

Hace 2.500 años, Sun Tzu ya escribió que el arte de la guerra se basaba en el engaño. Contemplando el partido de cuartos de final entre Brasil y Holanda, pensé que el militar chino tenía razón. Como los campeonatos de fútbol han sustituído a las guerras del pasado – alguien debería nominar a la FIFA al premio Nobel de la Paz - es lógico que los partidos más disputados conserven algunos tics bélicos: espionaje en los entrenamientos, guerra de propaganda en la prensa, engaño al árbitro a cualquier precio. No importa si propinó a su rival una patada en la espinilla ante los ojos de mil millones de personas; cuando el árbitro la señale, protestará, y sus brazos parecerán los de un molino manchego. Cuando la pelota salga del campo mirará al señor juez, señalando invariablemente en dirección a la portería rival. Jurará por Dios que no fué el último en tocarla... En esas estábamos entre cariocas y tulipanes cuando tuve una revelación, un pálpito, una taquicardia en código morse: “Estos tipos no pueden ganar el mundial. España ganará”. Me sentí como si acabara de ver al arcángel San Gabriel. Podríamos seguir hablando de Sun Tzu y de metáforas guerreras sobre el fútbol, pero cada uno tiene que ser fiel a lo que es. Y yo soy un romántico. Más que el mismísimo Lord Byron. Por eso creo que los buenos de corazón ganan siempre, que un equipo de fútbol unido, sano de cuerpo y de mente, que respeta al rival, al árbitro, que tiene un entrenador que no manotea, que no insulta, un país que se da cuenta de pronto que unido es más feliz, una generación de deportistas superdotados...debe ganar el mundial. ¿Se van a fiar de un pulpo antes que de mi? El próximo domingo fingiré estar nervioso, para no despertar sospechas. Ahora que lo saben, hagan lo mismo. Disfruten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario