martes, 23 de junio de 2015

TÁPENSE (12/06/2015)

No lo ha dicho un obispo, ni un censor. Lo dice Carolina Herrera. La diseñadora venezolana, que da nombre a una de las empresas de moda más prestigiosas del mundo, ha puesto el grito en el cielo al comprobar cómo las celebrities se han lanzado a una peculiar competición por lucir el vestido más transparente. “¿Cómo puedes ser un icono de la moda si no llevas ropa?”, se pregunta la elegante septuagenaria en una reciente entrevista para el Washington Post. No sé si Beyoncé, la incombustible Jennifer López o Kim Kardashian se habrán dado por aludidas, pero es seguro que el dardo no habrá pasado desapercibido en los cuarteles generales de las firmas de moda que han sucumbido a la obsesión por la transparencia, como la denomina la señora Herrera, algunas tan importantes como Versace, Roberto Cavalli o Givenchy. ¿Guerra comercial o discrepancias sobre el concepto de belleza? De todo un poco. En un mundo tan competitivo como la alta costura, sería ingenuo pensar que las declaraciones de alguien tan influyente no tienen repercusión sobre las cifras de negocio o las estrategias empresariales. Pero estoy seguro de que la veterana diseñadora, además, está convencida de lo que dice. Y yo le doy la razón. Que todo el mundo te mire – porque eso es algo que las dichosas transparencias consiguen, indiscutiblemente – no significa que tu vestido, o tu no-vestido en este caso, guste o sea bonito. Personalmente, creo que esas gasas transparentes, por mucha pedrería que les acompañe, son vulgares. Y en cuanto a su presunta sensualidad, a este humilde escribano le sugieren el mismo erotismo que una activista de Femen con los pechos al aire pintados con Rotring negro, junto al Kremlin en un día de lluvia. Es decir, poco. Pero, en fin, tápense o descúbranse, que este mundo es libre. Los demás miraremos.     

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