martes, 26 de abril de 2016

EL CARRUSEL (23/10/2015)

En el carrusel de la política, un día eres el hombre de moda y al siguiente eres el guiñol al que todos pegan con el garrote con cualquier excusa. Que se lo digan a Pablo Iglesias. Hace unos meses se comía el mundo con patatas y hoy su coleta parece un postizo barato, a su espalda le ha salido chepa, y su estado de ánimo se define como “cansado”. Las encuestas decían que Podemos era la primera fuerza política de España y su líder se lo creyó. Hoy, recostado en el diván de algún especialista, se pregunta qué hizo mal. El carrusel también ha girado para Mariano Rajoy. Del balcón de Génova, en loor de multitudes peperas, ha caído al sótano de la impopularidad, a las catacumbas sombrías donde se agazapa Bruto, daga en mano, dispuesto a hundirla en los intestinos gallegos del presidente. Y qué me dicen de Pedro “Ken” Sánchez. ¿Alguien sabe si este hombre se ha dado un golpe con el quicio de una puerta recientemente? El fichaje de Irene Lozano, fallida aspirante a la dirección de UPyD, el partido favorito de las elecciones al inframundo, ¿no es el peor movimiento estratégico de un político español en los últimos 150 años? Y ya que hablamos del partido rosa, el carrusel de Rosa Díez ha girado con tanta fuerza que en estos momentos debe estar a punto de abandonar el sistema solar. Y falta Albert Rivera. A él los dioses le han tocado con la varita, y su estrella brilla hoy como ninguna otra en el firmamento político español. Joven, renovador, dialogante, convincente… Venga ya. Algo tendrá que tener. Sus enemigos, la esperanza de que un día se atasque en una frase y no sepa cómo continuar. Que no pasen pena. El carrusel girará también para él y un día será comida para los buitres. Como no es un advenedizo, es probable que ya lo sepa. Mientras tanto, se conforma con ser el próximo presidente del gobierno.

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