sábado, 28 de marzo de 2009

ACROSS THE UNIVERSE (Febrero 2008)

Para conmemorar el 50 aniversario de la creación de la NASA, los responsables de la agencia espacial más famosa del mundo han lanzado al universo una misión muy especial: la canción de los Beatles, “Across the universe”. Una idea económica, ecológica y eficaz. Las canciones son baratas, a diferencia de los cochecitos teledirigidos enviados a Marte; un pedrusco marciano imprevisto es capaz de detenerlos para toda la eternidad, echando a perder miles de millones de dólares y haciendo que Cabo Kennedy se llene de gritos como “¡¿por qué a nadie se le ocurrió ponerle marcha atrás?!”. Además, en estos tiempos de saqueo implacable a los derechos de autor, se hace más fácil renunciar a ellos. Derrotados por el emule, los herederos de John Lennon se han permitido el gesto torero de lanzar la canción al espacio para que se la descarguen hasta los extraterrestres. Por otro lado, con tanto Viking y Sputnik, ¿no hemos lanzado ya suficiente basura espacial? Siempre representará mejor a la civilización humana una bella, pacífica e imperecedera melodía. Imaginen que el mismo año 1968 en que se compuso “Across the Universe”, hubiésemos mandado al espacio el coche de moda por aquel entonces: un Seat 850 Especial, cuatro puertas. Qué bochorno. Está claro que las buenas canciones envejecen muchísimo mejor. Estoy seguro de que hacer música es una facultad de dioses que se le concedió al género humano por error. La cósmica canción de John Lennon atravesará el espacio a 300.000 kilómetros por segundo, en dirección a la Estrella Polar, donde podrán escucharla dentro de...431 años. En estos días de omnipresentes monseñores y jerarquías, pensar en la brutal vastedad del espacio me llena de gozosa espiritualidad. Falta me hacía.

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