sábado, 28 de marzo de 2009

TOKIO (Abril 2007)

Un buen camino para llegar a comprender el lugar al que pertenecemos, es el que nos aleja de el. Poner distancia y abrir los ojos, no solo hace posible conocer otras culturas del mundo. Tambien nos ayuda a medir la propia. Viajar, lo llaman. Me he tomado el consejo al pie de la letra y hoy escribo desde Tokio, la capital del Japon. En la era de internet, es facil estar informado de lo que pasa a miles de kilometros. Mucho mas dificil seria encontrar a alguien aqui a quien le importe. Entre los 35 millones de habitantes del Gran Tokio, dudo mucho que encontraramos personal suficiente para organizar un debate sobre De Juana Chaos...en la mesa de un cafe. Eso nos salva. Puedo asegurar que el espectaculo, ofrecido por el canal internacional de TVE en horario transcontinental, es poco edificante.
Un viandante japones, ante un semaforo en rojo en una calle donde no pasa un solo coche, espera pacientemente a que la senal cambie a verde para cruzar. No se me ocurre otra forma mejor de resumir este pais fascinante. El de la gente obediente. Visto con los ojos de un latino, esta forma de actuar parece la propia de un enajenado. Sin embargo, cuando se comprueban los resultados de la aplicacion de esta conducta a todos los ordenes de la vida, uno se lo piensa dos veces antes de juzgarla. Japon es la segunda potencia economica mundial, un pais extremadamente educado y eficiente. Una mujer puede pasear segura, a medianoche, en un parque solitario. Los trenes llegan siempre a la hora. El graffiti es una expresion artistica marginal. Misteriosamente, los perros no hacen sus necesidades en la calle. ?Un pais perfecto ? Evidentemente no. El mundo es un lugar complejo, variado y estimulante. Conviene, de vez en cuando, levantar la vista y mirar alrededor. Algunos de nuestros debates nacionales, empezarian a no ser tan importantes.

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