EVITEN LOS ALARDES (Septiembre 2007)

No es sólo la bomba en sí. Lo que verdaderamente preocupa es la película promocional que los rusos se han encargado de difundir por los telediarios de todo el mundo. La bomba de vacío más potente y mortífera del mundo, aseguran. No nos vamos a caer de un guindo. El mundo es un polvorín de armas de todo tipo desde hace décadas. Pero volver a ver a un general con la pechera forrada de medallería multicolor, presumiendo de lo estupendamente mortales que son sus juguetes de guerra, es algo lamentable. Uno pensaba que esto pertenecía a épocas pasadas. El general presume como si estuviera en la puerta de un colegio, pero quien ordenó al general ponerse el uniforme de bonito y salir en televisión, se dedica a algo mucho más siniestro: la amenaza, pura y dura. Aviso para navegantes, cuidadito con nosotros, que nadie nos tosa.
El asunto ha coincidido con la compra de 87 eurocazas por parte del gobierno español, al módico precio de 124 millones de euros cada uno. Sin estar muy al día en los precios de los aviones de guerra, diría que son algo caros. Me declaro pacifista, pero también entiendo que la mejor forma de trabajar por la paz, hoy, no consiste necesariamente en desmantelar los ejércitos. Dicho esto, pediría a los responsables del Ministerio de Defensa que evitaran sacar pecho delante de los aviones, aunque les entren ganas. El ministro debería intentar no calificar su compra como “una inversión productiva”, aunque lo sea. Porque lo que se presenta como una maravilla de la ingeniería no es el último prototipo de McLaren. Es una máquina de matar, y conviene no olvidarlo. Aunque sólo sea por estética y buen gusto, por favor, eviten los alardes.