domingo, 29 de marzo de 2009

MUSICA (Octubre 2008)

Comprendo que necesite un nombre que transmita seriedad y disciplina - Conservatorio Superior de Música -, pero quizá no tanta. A un servidor, los misterios del solfeo y las carreras de piano de más de una década, siempre le han dado algo de miedo. Por otro lado, es extraño que a ningún dirigente socialista le haya dado por cambiarle el nombre: ¿Progreso Superior de Música? El caso es que los griegos ya lo sabían. Pitágoras concebía el mundo como una gran armonía donde la distancia entre los planetas era proporcionalmente igual a los intervalos de una octava musical. La música purificaba cuerpo y alma y era considerada una disciplina próxima a la medicina. Musicoterapia, lo llaman ahora. Uno de los grandes dramas de la historia consiste en que el mundo fue siempre gobernado por los hombres de la guerra y no por los de la música. El músico tiende a ser reflexivo, pausado, no violento: cualidades perfectas para el buen gobierno. No destaca, quizá, en sus aptitudes estomacales para eliminar adversarios políticos o mandar batallones de jóvenes soldados al matadero. Intento pensar en algún político de renombre que haya practicado la música. Hitler pintaba (y mal), Churchill fumaba puros...¡Maldición! No encuentro ninguno. ¿Ruiz Gallardón? No, no vale con ser un melómano confeso. También dicen que los nazis se emocionaban con Wagner. Se trata de hacer, interpretar música, no sólo de escucharla. Queridos lectores: en esta humilde columna creo que hoy hemos dado con algo importante. Para la paz mundial, nada menos. ¡El mundo necesita Políticos-Músicos! Más conservatorios y menos institutos estratégicos o academias militares. Alcañiz tiene uno, en fase de ampliación y mejora. Qué dinero más bien gastado. Qué orgullo para toda la comarca. Felicidades.

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