sábado, 28 de marzo de 2009

UNA VERDAD INCÓMODA (Octubre 2007)

George Bush debe sentirse bastante incómodo con el asunto. Al Gore, el Derrotado, en lugar de hacerse el harakiri o entregarse a la bebida, se ha convertido en el apóstol mundial de la lucha contra el cambio climático. Estados Unidos no ha ratificado el Tratado de Kioto y su presidente afirma, siempre que tiene ocasión, que no piensa hacerlo. Claro que, hay unas ocasiones más amargas que otras. Por ejemplo, cuando a tu enemigo político le conceden el premio Nobel de la Paz y empiezas a presentir que los libros de Historia serán mucho más generosos con él. Al Gore, un hombre de paz; George Bush, el presidente de la guerra de Irak. Sus asesores deben tener las orejas ensordecidas por los juramentos. “Una verdad incómoda” me ha convencido. Creo que todo el mundo debería verlo. El documental dedica una atención especial a explicar por qué es tan difícil reaccionar ante un problema como este. Aporta un dato revelador: toda la controversia científica sobre el tema se produce en las publicaciones de divulgación, en la prensa común. ¡En la comunidad científica la unanimidad es total! Existen poderosos lobbies empresariales interesados en desacreditar las tesis de Gore y el Panel Internacional sobre el Cambio Climático. Es evidente que los medios de comunicación generalistas son mucho más receptivos a la polémica, sensibles a la intoxicación informativa y propensos a publicar hechos no contrastados que las revistas científicas. Desde hoy voy a ser un poco menos ingenuo. Cuando oiga que un juez británico ha detectado “nueve errores” en el documental de Gore, pondré atención a la letra pequeña. Sabré leer entre líneas. Por favor, vean “Una verdad incómoda”.

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