domingo, 29 de marzo de 2009

CUESTIÓN DE JUSTICIA (Abril 2008)

De la masía más recóndita de la sierra de Gúdar al eterno atasco de Zaragoza, en apenas dos horas. Antes de un cambio tan salvaje, un servidor debería haber realizado una mínima descompresión, como los buceadores. Una paradita en Calamocha, un cafelito, ¿hace un paseo por Daroca?, y llegada a la capital con la cabeza menos filosófica y más preparada para la presunta civilización. Pero claro, la autovía, tan recta y tan bonita, no invita a parar. Más allá del hermoso horizonte, la flamante infraestructura tiene pocas distracciones; por no tener, no tiene ni gasolineras. Los kilómetros vuelan y se llega a Teruel capital en un suspiro: como ande uno despistado en sus cosas, acaba en el Mediterráneo. Resumen de perogrullo: la autovía mudejar es una auténtica maravilla. ¿Y qué va a pasar con el Bajo Aragón Histórico? Si ves al vecino cada día vistiendo un traje arrugado y pasado de moda como el tuyo, probablemente, te concentrarás en otras preocupaciones. Pero si una mañana aparece con smoking y camisa de seda por decisión gubernativa, se te va a subir la sangre a la cabeza. Y con razón. Parece que al sastre del Ministerio de Fomento se le acumulan los encargos. Dijo la vicepresidenta del Gobierno que el desdoblamiento de la nacional 232 se finalizaría en 2010. Las palabras ahí quedan. Con el proyecto de la Ciudad del Motor avanzando inexorablemente, es evidente que el sacrificio de tener que aguantar cada día una carretera peligrosa y saturada mientras la otra parte de la provincia se desplaza disfrutando del paisaje, no puede prolongarse indefinidamente. Cumplir los plazos, en este caso, ya no es una cuestión operativa, plurianual o estratégica – palabrejas que abundan en los planes del ministerio-. Es mucho más sencillo. Es una cuestión de pura justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario