domingo, 29 de marzo de 2009

OBJETIVO LA LUNA (Octubre 2008)

Cómo se está poniendo la luna. Primero fueron los americanos y los rusos. Ahora los chinos, los japoneses y los indios. A este paso, cuando nos toque a nosotros, no podremos ni extender la toalla. ¿Llegaremos los españoles a pisar la luna en un cohete llamado “Juan Sebastián Elcano”? ¿Plantaremos la rojigualda sobre la corteza lunar? Hagamos cálculos. Si una tripulación se compone tradicionalmente de tres personas y cada una de ellas pertenece a una comunidad autónoma distinta, así, a botepronto, entre naciones, comarcas, entidades locales menores y patrocinadores, deberían plantar doce banderas. Imposible. No caben todas en la foto. Eso contando con que no haya un vasco o un catalán en el grupo que se haya olvidado casualmente la bandera española en la taquilla de la base, y liemos una guerra de las banderas espacial. Que no. Que hasta que no organicen conexiones aéreas regulares a la luna, los españoles no la pisaremos. De acuerdo, no somos perfectos, pero en estas ocasiones no puedo evitar sentir un puntito de orgullo por nuestra peculiar forma de ser. A pesar de nuestro complicado mosaico plurinacional a nadie se le ha ocurrido mandar un costosísimo cohete a la luna...por orgullo nacional. Al menos mientras la sanidad pública y universal pueda ser mejorada. Mientras el informe Pisa nos saque los colores y nuestros chavales se atasquen un poco con las ecuaciones de segundo grado. Mientras la N-232 no se desdoble. Entrañables amigos indios y chinos: No se ofendan. No afirmo que los españolitos seamos mejores personas. Sólo creo que jugar a los space-cowboys mientras el país está manga por hombro es un error. Utilicen su innegable ingenio, empuje y entusiasmo en cosas más prioritarias. Sus pueblos lo agradecerán.

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